DESCUBREN RÉPLICA ANTIGUA DE NUESTRO SISTEMA SOLAR Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Resulta que el telescopio espacial Kepler descubrió, en lo más profundo de la Vía Láctea, una réplica de nuestro sistema solar, en una escala mucho menor y mucho, mucho más antiguo que el nuestro.
Gracias a las imágenes y datos recogidos por el telescopio de la NASA, un equipo de investigadores pudo identificar un mini sistema que orbita alrededor de la estrella Kepler-444 y que podría tener 11 mil doscientos millones de años. Para poner más en claro lo que dicha antigüedad significa recordemos que nuestro sistema solar tiene solamente 4,600 millones de años. Eso significa que cuando nuestro sistema solar nació, el sistema de la estrella Kepler-444 era ya mayor de lo que es nuestro sistema ahora; es decir que la estrella solar Kepler-444 se formó poco después de que la Vía Láctea se colapsara hace 13,200 millones de años.
“Es un antiguo miembro de la galaxia y su edad nos emociona mucho” dijo el profesor de la Universidad de Yale Sarbani Basu, que también forma parte del equipo de investigadores.
Dicha investigación, que tardo 4 años en completarse, pudo arrojar datos muy interesantes sobre la vida y el desarrollo de Kepler -444 en comparación con nuestro propio sistema solar. Kepler-444, por ejemplo, es una estrella muy similar al Sol pero con un tamaño del 75% de éste. Además, cuenta con 5 pequeños planetas de tamaños que oscilan entre el pequeño Mercurio y la prudente circunferencia de Venus. Estos planetas orbitan mucho más cerca de su estrella madre que lo que nuestros planetas lo hacen del Sol; la combinación de sus órbitas representa una décima parte o menos de la distancia que existe entre la Tierra y el Sol.
En estos 4 años de investigación los científicos estudiaron las oscilaciones producidas por Kepler-444. Las temperaturas extremadamente altas de una estrella causan que ciertos materiales en sus capas exteriores se hierven o calienten, provocando que toda la estrella tiemble. Estos movimientos cambian periódicamente el brillo de una estrella en pequeñas cantidades. Kepler proporcionó este tipo de datos y los investigadores estudiaron los intervalos de obscurecimiento y brillo de Kepler-444 para determinar su tamaño, su edad y su composición. Este proceso es conocido como astrosismología.
“Con estas frecuencias de pulsaciones se puede determinar el número de veces que una estrella palpita por segundo, y esas pulsaciones están relacionados con la estructura de una estrella" dice Basu.
Cuando un planeta pasa frente una estrella, ésta se oscurece mucho más que con sus pulsaciones diarias. Los investigadores fueron capaces de determinar el número de planetas que orbitan Kepler -444, al enfocarse en estos debilitamientos de luz a medida que los planetas pasaban en frente de ella.
El hecho de que Kepler-444 tuviera planetas orbitando a su alrededor fue lo que más sorprendió y emocionó a los investigadores. Pues desde hace tiempo existe la teoría de que la formación de planetas alrededor de una estrella depende de la existencia de una gran cantidad de metales. Si recapitulamos, el sistema planetario recién descubierto se formó cuando la Vía Láctea era muy joven, por lo que se tuvo que formar en un ambiente con muy pocos elementos. Este hallazgo abre las posibilidades de la existencia de muchos más sistemas solares que antes no se pensaban.
Pero ¿esto qué significa? Ahora que sabemos que aumenta el número de planetas posibles en nuestra galaxia, aumenta la probabilidad de que exista vida extraterrestre en alguno de ellos. Basu menciona que en este caso particular los planetas no se encuentran en una zona habitable, pero si existen planetas así de antiguos en zonas habitables, cabe la posibilidad de que exista vida verdaderamente antigua.
En el caso de la Tierra, sabemos que tuvo que pasar mucho tiempo para que las formas de vida evolucionaran a seres inteligentes; lo que nos lleva a pensar que entre más antigua sea la vida, más posibilidades de que sea vida inteligente.
Ante esto, la posibilidad de que la Vía Láctea sea el hogar de algunas civilizaciones avanzadas está más cerca que nunca.
En resumen, los investigadores no sólo descubrieron un antepasado 7 mil millones de años más viejo que el Sol, sino que estos más de 4 mil millones de años fueron determinantes para abrir nuevas puertas al misterio del Universo. ¿Qué hay allá afuera? ¿Estamos solos?
Poco a poco nos acercamos a responder estas preguntas. Pero ¿estaremos preparados para esas respuestas y las nuevas preguntas que estén por venir?