Chang’e 5 encontró rastros de agua lunar Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
21 junio, 2022
El rastro de agua en la Luna se ha seguido por mucho tiempo. La visita de la misión espacial Chang’e 5 a finales de 2020 obtuvo nuevas pistas. Esta sonda de origen chino obtuvo muestras de la superficie lunar en su cara iluminada. Después de una serie de análisis, un grupo de científicos chinos encontró pruebas de la existencia de agua en nuestro satélite natural.
La investigación estuvo a cargo de los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia China de Ciencias (NAOC). Los resultados se publicaron en la revista científica Nature Communications.
Tras las huellas de agua en la Luna
Los datos de los que parten los investigadores chinos para buscar rastros de agua en la Luna son dos. Por una parte están las observaciones espectrales que se realizaron sobre la superficie lunar sobre 11 rocas. Como complemento se tienen las muestras que obtuvo la misión en diferentes sitios y que trajo de vuelta a la Tierra. La pieza clave para seguir el rastro de agua es el hidroxilo.
El hidroxilo se compone de un átomo de hidrógeno y uno de oxígeno. Se trata de un componente menor pero de gran importancia en el agua. Una analogía nos puede ayudar a comprenderlo mejor, podríamos decir que el hidroxilo es al agua como el humo que queda tras el fuego. Que esta sustancia esté presente indica que en la Luna ocurren reacciones químicas que incluyen agua.
“Por primera vez, los resultados del análisis de laboratorio de muestras de retorno lunar y los datos espectrales de los estudios de superficie lunar in situ se utilizaron conjuntamente para examinar la presencia, forma y cantidad de agua en muestras lunares”, explica Li Chunlai de los NAOC, quien participó en el estudio. “Los resultados responden con precisión a la pregunta de las características de distribución y la fuente de agua en la zona de aterrizaje de Chang'e 5 y proporcionan una verdad para la interpretación del terreno y la estimación de las señales de agua en los datos del estudio de teledetección”, agrega.
Se tienen identificadas dos fuentes del hidroxilo lunar. Por una parte se tiene el que proviene del vidrio de hidroxilo, este material se forma a partir de los vientos solares. Esta fuente representa apenas un tercio de las que consiguió la misión Apolo 11 de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio estadounidense (NASA) en 1971. Por otro lado, la mayor parte del hidroxilo formaba parte de un mineral que también se encuentra en forma natural en la Tierra: apatita, un mineral rico en fosfato.
Las muestras fueron tomadas durante el momento más cálido del día lunar. En ese momento las temperaturas van de los 62 a los 87 grados Celsius en la superficie de nuestro satélite. La superficie estaba seca y los vientos eran débiles. Una de las funciones de los vientos solares sobre la superficie lunar es hidratarla. Las condiciones en que se tomaron las muestras no fueron las ideales para conseguir un rastro amplio de hidroxilo, y aún así se consiguió.
“Este exceso de hidroxilo es autóctono, lo que demuestra la presencia de agua interna originada en la luna en las muestras lunares de Chang'e 5”, comenta Li. “Al investigar el agua lunar y su fuente, estamos aprendiendo más sobre la formación y evolución no solo de la Luna en sí, sino también del sistema solar. Además, se espera que el agua lunar proporcione apoyo para los futuros recursos humanos in situ”, complementa.
El agua en la Luna no se ha encontrado en la forma en que la conocemos en la Tierra como lagos o ríos. Sin embargo, el rastro está ahí. El estudio del agua lunar nos ayudará a comprender mejor la historia de nuestro sistema solar. Ahora que los planes de exploración espacial apuntan a la Luna, también será importante rastrear los depósitos naturales para extraerla. Queda mucho por aprender sobre la Luna y el agua pero las pistas son cada vez más claras.