Una eyección de masa superficial cambió el brillo de Betelgeuse en 2019 Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
15 agosto, 2022
En 2019 los observadores celestes, tanto profesionales como aficionados, notamos cambios en Betelgeuse. A 640 años luz de distancia, ubicada en la constelación de Orión, Betelgeuse es una de las estrellas más brillantes en el cielo terrestre. Durante casi dos siglos los cambios en el brillo de Betelgeuse habían sido regulares, seguían ciclos de pulsación de 400 días, a partir de 2019 este ritmo se perdió, al menos de forma temporal.
Los datos de distintos observatorios astronómicos indican que la causa fue una eyección de masa de dimensiones nunca antes vistas.
Un evento sin precedentes en el hombro de Orión
Los datos para estudiar a Betelgeuse provienen de distintas fuentes. El Telescopio Espacial Hubble, el observatorio robótico STELLA, el Reflector Tillinghast Espectrográfico Echelle del Observatorio Fred L. Whipple (TRES), la nave espacial Observatorio de Relaciones Solar-Terrestres de la NASA (STEREO-A), el Telescopio Espacial Hubble de la NASA y la Asociación Americana de Observadores de Estrellas Variables (AAVSO) aportaron datos sobre Betelgeuse. La información consiste en imágenes y datos espectrográficos. Andrea Dupree del Centro de Astrofísica Harvard y Smithsoniano de Cambridge en Massachusetts, afirma que los datos del Hubble fueron la clave para comprender el fenómeno.
En 2019 Betelgeuse perdió una parte importante de su luz visible. Esto se debió a un evento conocido como Eyección Masiva de Superficie (SME, por sus siglas en inglés). Este tipo de comportamiento jamás se había visto antes en una estrella. Algo similar que ocurre en nuestro Sol son las Eyecciones Masivas Coronales (CME); sin embargo, lo que ocurrió en Betelgeuse supera por mucho lo que ocurre con el Sol. Esta estrella expulsó casi 400 mil millones de veces más masa que un CME común.
"Betelgeuse sigue haciendo algunas cosas muy inusuales en este momento; en el interior ocurre una especie de rebote", explica Andrea Dupree. Por ahora la gigante roja en el hombro de la constelación de Orión parece recuperarse. Este evento nos aporta información valiosa sobre lo que ocurre cuando este tipo de estrellas pierden masa al final de su vida, antes de convertirse en una supernova. Aún cuando se trata de un evento de grandes dimensiones, no es una evidencia clara que indique que Betelgeuse se encuentra ante una explosión inminente.
Posiblemente el estallido de 2019 en Betelgeuse fue provocado por una pluma convectiva de millones de millas de diámetro que surgió en el interior de la estrella. Como consecuencia surgieron choques y pulsaciones que volaron trozos de la fotosfera. Una parte importante de la superficie se enfrió bajo una nube de polvo. Para este momento ya se observa la recuperación de la estrella desde nuestro planeta.
"Nunca antes hemos visto una enorme eyección de masa de la superficie de una estrella. Nos queda algo que no entendemos completamente. Es un fenómeno totalmente nuevo que podemos observar directamente y resolver detalles de la superficie directamente con el Hubble. Estamos viendo evolución estelar en tiempo real", explica Dupree.
Por ahora no se sabe si Betelgeuse volverá a la normalidad. Dupree explica que las células de convección en el interior de la estrella pueden estar chapoteando como una tina de lavadora que ha perdido el equilibrio, en esa zona se genera la pulsación regular. Los espectros observados por el Hubble y el TRES sugieren que las capas externas pueden recuperarse. Mientras tanto, la superficie mantiene un movimiento inestable.
El cambio en el brillo de Betelgeuse que comenzó en 2019 y continuó a principios de 2020 fue sorpresivo. Una explosión de estas dimensiones nos da la oportunidad de estudiar al universo de formas que no habíamos imaginado. El hombro izquierdo de Orión seguirá dando material de investigación astronómica. No sabemos qué sigue pero seguramente será de gran valor para comprender al universo.