Nobel de medicina por el estudio de ADN antiguo Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
5 octubre, 2022
El Instituto Karolinska, encargado de elegir al ganador del Premio Nobel de Fisiología y Medicina, decidió reconocer el trabajo de un investigador que consiguió algo que "parecía imposible". Svante Pääbo, fue galardonado con el Nobel "por sus descubrimientos concernientes al genoma de homínidos extintos y la evolución humana", de acuerdo con el comité.
Gracias a él, conocemos el ADN de los Neandertales, una especie cercana a la nuestra que se extinguió hace 40 mil años.
La reconstrucción genética de una especie extinta
Los orígenes de Homo Sapiens y Neandertales son distintos. Las investigaciones paleontológicas y arqueológicas los ubican en lugares de origen distintos. Los Homo Sapiens aparecieron en África aproximadamente hace 300 mil años. Por su parte los Neandertales se desarrollaron lejos de África, poblaron Europa y Asia occidental entre 400 mil y 30 mil años atrás cuando se extinguieron. Aproximadamente hace 70 mil años los Homo Sapiens salieron de África hacia Medio Oriente. A partir de entonces convivieron con los Neandertales en gran parte de Eurasia por decenas de miles de años.
La relación que pudieron haber mantenido ambas especies podría rastrearse mediante los genes. Sin embargo, al ser una especie extinta, el ADN de los Neandertales parecía imposible de estudiar. En el documental "First Peoples", Svante Pääbo hace una analogía sobre lo que significó reconstruir el genoma neandertal.
En una situación hipotética, las páginas de un diccionario son destruidas en una trituradora de papel, junto a esos restos también hay fragmentos de hojas que fueron parte de otros miles de libros que también fueron triturados. Finalmente, se vierte café sobre la pila de papel. Lo que queda es una pasta con fragmentos de un texto que se quiere reconstruir a pesar de lo confuso de su presentación. Una tarea así de complicada es la que se propuso Svante Pääbo al estudiar ADN antiguo.
Pääbo se propuso algo desde niño: ser egiptólogo. Esta meta profesional surgió después de visitar la tierra de los faraones con su madre, así lo narró en una entrevista en 2008. Comenzó la carrera de egiptología en la Universidad de Upsala. A los dos años decidió abandonarla porque él quería descubrir momias y pirámides y la carrera se enfocaba en gramática de jeroglíficos. “No era para nada lo romántico y del tipo Indiana Jones que yo creía”, comentó al medio británico BBC. Posteriormente estudió medicina y cursó un doctorado en genética molecular, algo más cercano a sus intereses de infancia.
Pääbo notó que con toda la tecnología alrededor del ADN, nadie se había interesado en estudiar restos arqueológicos. Entre los logros que se le reconoce está el haber fundado un área de estudio: la paleogenómica. Durante décadas perfeccionó procesos de extracción de ADN en fósiles antigüos. Uno de los retos a los que se enfrentó fue que con el paso del tiempo el ADN se modifica químicamente y se degrada en fragmentos cortos. De esta forma, lo que queda son rastros que se pueden contaminar con el ADN de bacterias y de los humanos que tuvieron contacto con los fósiles.
Katerina Douka, quien es profesora adjunta de ciencias arqueológicas en la Universidad de Viena y colabora con Pääbo, compara estos avances en el estudio de ADN con la aparición de la datación de radiocarbono. Así lo comentó al medio estadounidense CNN. La datación por radiocarbono obtuvo el premio Nobel en 1960. Los métodos de extracción de ADN desarrollados por Pääbo se han utilizado también para el estudio de otras especies antiguas. Entre ellas están mamuts, osos de las cavernas y perezosos gigantes.
Una pieza clave para el estudio del ADN de Neandertales fueron los desperdicios que dejaban en las cuevas. Entre esta especie de homínidos se practicaba el canibalismo. Los restos de individuos que mostraban cortes y se cree que sirvieron como alimento, se encontraban en mejores condiciones que las de los otros. “Si separas la carne de estos pequeños trozos de hueso y los arrojas a la esquina de la caverna, donde se secan rápidamente, tendrán menos actividad microbiana y se secarán mucho más rápido”, mencionó Pääbo a la BBC. “Tenemos que agradecer al canibalismo por el éxito de nuestro proyecto sobre neandertales”, agregó.
Entre sus hallazgos está que nuestra especie y los Neandertales compartimos entre 1% y 4% del ADN. Esto indica que su contacto incluyó apareamiento y descendencia común. Gracias al trabajo de Pääbo fue posible encontrar un dato “imposible”, información genética de una especie extinta. Diferentes áreas de conocimiento se han visto beneficiadas gracias a su investigación. El premio Nobel de Medicina de este 2022 premia una vida de investigación para investigar a seres que dejaron de vivir hace miles de años.