Tormentas solares Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
El Sol es una enorme estrella de gas que se divide en varias zonas concéntricas. En su interior se crea la energía solar a temperaturas aproximadas de 15 millones de grados, con una presión altísima que provoca reacciones nucleares, liberando protones (núcleos de hidrógeno) y partículas alfa (núcleos de helio). La energía generada en el centro del Sol tarda un millón de años para alcanzar la superficie solar (fotósfera).
El Sol pasa por ciclos de actividad que se intensifica cada 11 años. Ese incremento de actividad produce explosiones, llamaradas o destellos que salen disparados a veces con dirección a la Tierra, causando tormentas geomagnéticas y que originan auroras boreales y australes, además de potenciales daños en las redes eléctricas y bloqueos o interferencias en las comunicaciones.
¿Qué son las Eyecciones de Masa Coronal (CME por sus siglas en inglés) y las llamaradas solares?
Las CMEs son nubes masivas de partículas solares disparadas hacia el espacio a millones de kilómetros por hora. Las llamaradas solares, por el contrario, son explosiones de radiación de alta energía.
Clasificación
Las llamaradas solares se clasifican en cinco letras de acuerdo a su fuerza: A,B,C,M y X; las del tipo A son las más débiles y las del tipo X son las más potentes y peligrosas. Cada una de estas clasificaciones es 10 veces más potente que la anterior y dentro de cada clase hay una escala del 1 al 9, por lo que una llamarada solar puede ser de clase M1.0 o M9.0, por ejemplo.
Consecuencias
Cuando alguna llamarada de clase X o alguna eyección de masa coronal relacionada se dirige a la Tierra puede dañar y sacar de órbita a los satélites poniendo, a veces, en peligro a los astronautas. Una tormenta como ésta puede crear un caos en las comunicaciones y dejar grandes ciudades a oscuras.
Las llamaradas o destellos solares causan tormentas geomagnéticas que producen hermosas auroras polares, pero también pueden causar daños en redes eléctricas y bloqueos o transferencias en las comunicaciones de radios y celulares.
Tormentas solares en la historia
En el pasado, tormentas solares como ésta han ocasionado daños severos en distintos puntos del planeta. La tormenta solar sucedida en 1994 causó errores en dos satélites de comunicaciones, afectando los periódicos, las redes de televisión y el servicio de radio en Canadá. De manera similar, en 1989 una eyección de masa coronal provocó que la planta hidroeléctrica de Quebec se detuviera durante más de nueve horas.
La tormenta solar más potente se registró en septiembre de 1859 causando auroras boreales de tremendo alcance (hasta Cuba y Hawai) así como fallas en los sistemas de telégrafo de toda Europa y América del Norte; de ahí que algunos la hayan bautizado “la tormenta solar perfecta”. A ésta también se le conoce como Tormenta Carrington.
¿Qué pasaría si hoy tuviéramos una gran tormenta solar parecida a la de 1859?
Con la llegada de una fuerte tormenta solar se pondría en riesgo las comunicaciones vía satélite que, a diferencia de 1859, hoy son imprescindibles para la actividad diaria. Imagina que repentinamente dejara de funcionar la banca electrónica, todas las transacciones con tarjetas de crédito, la cancelación de miles de vuelos, o incluso que no pudieras hacer uso de tu celular.
Sin embargo, una mayor preocupación sería el que las grandes urbes sorpresivamente se quedaran sin energía eléctrica, ocasionando un caos por una semana, un mes o hasta un año.
Muchos podrán señalar que este es un escenario muy alarmista, pero los científicos dedicados al clima espacial, corporaciones globales de seguros y agencias gubernamentales internacionales han mostrada interés y cautela ante la posibilidad de una tormenta geomagnética similar a la ocurrida en 1859.
Ante una tormenta solar severa, éstas son algunas recomendaciones:
- 1.- Reducir al mínimo el uso de la electricidad en empresas, hogares y servicios públicos.
- 2.- Seguir instrucciones de las autoridades competentes en energía y Protección Civil.
- 3.- Restringir el uso del teléfono sólo para situaciones de emergencia.
- 4.- Evitar el uso de ascensores.
- 5.- Revisar planes de evacuación
- 6.- Tener a la mano kit de emergencia con alimentos no perecederos, agua embotellada y medicamentos.