Un nuevo sistema es capaz de convertir PET y CO2 en combustible Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
10 enero, 2023
La producción acelerada de plásticos y gases de efecto invernadero es un riesgo para el medio ambiente. Existen distintas propuestas para transformarlos en productos de valor.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge propone un reactor que funciona con energía solar. Además, es capaz de trabajar con dos materiales contaminantes muy distintos entre sí.
Un proceso químico que ofrece un par de soluciones
El reactor transforma dióxido de carbono (CO2) y plástico en combustibles sustentables. Los productos resultantes son útiles para diferentes industrias.
El CO2 se transformó en gas de síntesis. Se trata de un combustible gaseoso que se obtiene a partir de sustancias ricas en carbono que se someten a altas temperaturas. Este material es una pieza importante para fabricar gases líquidos sustentables.
Por su parte, las botellas de plástico que se usaron en las pruebas se convirtieron en ácido glicólico. La industria cosmética recurre frecuentemente a esta sustancia. Es el hidróxido de cadena molecular más pequeña, esto le permite entrar a estratos más profundos en la piel.
Para trabajar con materias primas tan distintas como el CO2 y el PET basta con agregar un catalizador diferente al dispositivo de absorción de luz. Este reactor funciona con energía solar, lo que representa una gran ventaja sobre otras alternativas similares que consumen grandes cantidades de energía.
"En general, la conversión de CO2 requiere una gran cantidad de energía, pero con nuestro sistema, básicamente, sólo brilla una luz en él, y comienza a convertir productos dañinos en algo útil y sostenible", explica Motiar Rahaman del Departamento de Química Yusuf Hamied de la Universidad de Cambridge, quien participó en el estudio.
"Antes de este sistema, no teníamos nada que pudiera hacer productos de alto valor de forma selectiva y eficiente", agrega Rahaman.
El reactor se divide en dos compartimientos separados. Cada uno de ellos está ahí para almacenar el producto de una sustancia diferente, ya sea plástico o CO2.
Para funcionar recurre a un dispositivo construido con perovskita que absorbe la luz. Este mineral es un trióxido de titanio poco común en la corteza terrestre, además es una alternativa prometedora al silicón para la próxima generación de celdas solares.
"Lo que es tan especial de este sistema es la versatilidad y sintonización - estamos haciendo moléculas basadas en carbono bastante simples en este momento, pero en el futuro, podríamos ser capaces de ajustar el sistema para hacer productos mucho más complejos, sólo cambiando el catalizador", menciona Subhajit Bhattacharjee del Departamento de Química Yusuf Hamied, quien formó parte de la Investigación.
Recientemente el equipo de Investigación recibió el apoyo del Consejo de Investigación Europeo. Durante los próximos cinco años cuentan con fondos para seguir explorando las posibilidades de su reactor para producir moléculas cada vez más complejas.
Los investigadores confían en que algún día será posible crear una planta de reciclaje que funcione completamente con energía solar. Este reactor es un primer acercamiento.
"Desarrollar una economía circular en la que hagamos combustibles útiles y sostenibles a partir de residuos en lugar de tirarlos a vertederos es vital si vamos a abordar de manera significativa la crisis climática y proteger el mundo natural", afirma Erwin Reisner del Departamento de Química Yusuf Hamied, quien aparece como primer firmante del estudio.