Científicos proponen al polvo lunar como una forma de controlar el cambio climático Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
9 febrero, 2023
La temperatura promedio del planeta es cada vez más alta; por ejemplo, durante enero de este año la Antártida registró su nivel más bajo de hielo. Esto representa un riesgo constante para la población humana y el resto de los seres vivos.
Conforme avanza el tiempo la situación se vuelve más crítica y un grupo de investigadores de la Universidad de Utah propone una solución que daría tiempo extra. El equipo cuenta con experiencia estudiando la formación de planetas y es de ahí de donde toman su idea de formar una barrera de polvo.
Tiempo extra para solucionar la crisis climática
Los gases de efecto invernadero (GEI) se acumulan cada vez más en la atmósfera. Esto hace que más energía solar quede atrapada dentro de ella. Así, nuestro planeta va acumulando más y más calor.
Entre las alternativas que se han propuesto antes para disminuir el cambio climático está crear algún tipo de barrera entre el Sol y la Tierra. Opciones hipotéticas como pantallas protectoras o bloques de partículas de polvo podrían atrapar entre el 1% y 2% de la radiación solar ayudarían a mitigar el efecto del cambio climático.
El equipo de investigación de la Universidad de Utah estudia normalmente la formación de planetas. En este proceso se forman discos de polvo alrededor de las estrellas anfitrionas. Estos discos atrapan la luz y la reflejan en forma de una radiación que es observable desde la Tierra.
Los investigadores se propusieron utilizar los conocimientos que tienen sobre el polvo y sus propiedades ante la luz para evaluar una solución al cambio climático. Estudiaron propiedades, cantidades y órbitas posibles para colocar polvo y así formar un escudo protector de la radiación solar. Los resultados se publicaron en la revista científica PLOS Climate.
“Si tomamos una pequeña cantidad de material y lo ponemos en una órbita especial entre la Tierra y el Sol y lo separamos, podríamos bloquear mucha luz solar con un poco de masa”, explica en un comunicado Ben Bromley, quien es profesor de Física y Astronomía en la Universidad de Utah y aparece como primer firmante del estudio.
El lugar ideal para colocar esta barrera artificial de polvo sería el Punto Lagrange 1 (L1). Sin embargo, llevar polvo desde la Tierra hasta esta ubicación sería costoso y tecnológicamente complicado. La segunda opción, mucho más accesible, es el polvo lunar.
Los puntos Lagrange son aquellos en que la gravedad de dos cuerpos celestes está en equilibrio, en este caso la del Sol y la de nuestro planeta. Como ejemplo, el Telescopio Espacial James Webb se ubica en el punto Lagrange 2 (L2), a espaldas de nuestro planeta respecto al Sol; el L1 está de frente al Sol.
Uno de los retos para esta propuesta es que el polvo se mantenga en órbita el tiempo suficiente para reducir significativamente la cantidad de radiación solar que llega a la Tierra. Sameer Khan, quien es estudiante aún sin graduar y participó en el estudio, comenta que se exploraron posibilidades de ubicación donde pudiera permanecer por más tiempo el polvo.
“Debido a que conocemos las posiciones y masas de los principales cuerpos celestes en nuestro sistema solar, simplemente podemos usar las leyes de la gravedad para rastrear la posición de un protector solar simulado a lo largo del tiempo durante varias órbitas diferentes”, destaca Khan.
Una limitante para esta propuesta es que para mantener este escudo sería necesario reabastecer polvo con regularidad. Con el paso de los días este se iría disipando. De ahí que enviarlo desde la Tierra sea una alternativa poco accesible.
La siguiente opción fue lanzar polvo lunar desde la superficie de nuestro satélite natural. Las propiedades del polvo lunar permiten que forme el escudo de forma efectiva. Los investigadores realizaron simulaciones para evaluar su rendimiento y resultó ser satisfactorio.
Este escudo de polvo no es una solución definitiva. Con el tiempo el polvo se desplazaría por el sistema solar, sin riesgo de caer a la Tierra. Esto tiene desventajas como que es necesario reabastecerlo. También tiene ventajas como que no bloquearía la luz solar de forma permanente.
“No somos expertos en cambio climático, o en la ciencia de cohetes necesaria para mover masa de un lugar a otro. Estamos explorando diferentes tipos de polvo en una variedad de órbitas para ver cuán efectivo podría ser este enfoque. No queremos perdernos un cambio de juego para un problema tan crítico”, aclara Ben Bromley.
Esta propuesta es una alternativa ante los efectos del cambio climático que ya son visibles para dar tiempo a encontrar una solución definitiva desde nuestro planeta. “Nuestra estrategia podría ser una opción para abordar el cambio climático… si lo que necesitamos es más tiempo”, sentencia Bromley.