¿La microcefalia es causada por el virus Zika o los pesticidas? Científicos siguen buscando respuestas Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
En 2015 y 2016 el área de distribución geográfica del virus Zika ha aumentado considerablemente, siendo América Latina la región más afectada. De los más de 40 países y territorios donde se ha reportado la transmisión local del virus, 26 países pertenecen a esta región.
La preocupación principal de este virus se centra en las mujeres que se infectan durante el embarazo, pues existe una posibilidad (cada vez mayor) de que el Zika provoque microcefalia - cabezas inusualmente pequeñas y cerebros dañados – en los recién nacidos.
El país más afectado es Brasil. De acuerdo a las últimas cifras dadas a conocer por el ministerio de Salud de ese país, 5,079 casos sospechosos se han reportado, de los cuales 463 han sido confirmados, mientras que 765 han sido descartados. De los casos confirmados de microcefalia, 41 se han vinculado con el virus del Zika.
Actualmente, investigadores de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) están colaborando con los investigadores que estudian el virus en Brasil para averiguar si definitivamente el virus transmitido por mosquitos está afectando los cerebros en desarrollo de los fetos.
En una reciente conferencia de prensa, el director de los Centros, el Dr Thomas Frieden, dijo que "cada día que pasa, la asociación entre el virus Zika y la microcefalia es más y más fuerte."
Esto después de que los Centros analizaran muestras de tejido cerebral tomadas de dos bebes con microcefalia en Brasil que murieron poco tiempo después de nacer, y dos embarazos que terminaron en aborto temprano involuntario. Las cuatro madres tenían signos del virus.
Esos resultados de laboratorio mostraron la presencia de virus Zika en los tejidos cerebrales de los bebés y los tejidos de la placenta de los abortos involuntarios, lo que sugiere una fuerte conexión entre la exposición intrauterina al virus Zika y la microcefalia.
Sin embargo, los investigadores señalan que estas pruebas aún no son definitivas, por lo que no se puede concluir la relación causa y efecto, solamente la existencia de un vinculo potencial.
Para investigar más a fondo la relación causal entre el virus Zika y la microcefalia, una de las principales metodologías que los investigadores utilizarán será un estudio de casos y controles, el cual se refiere a un estudio epidemiológico en el que los sujetos se seleccionan en función con la presencia o ausencia de la enfermedad.
En este caso, los investigadores identificarán a los bebés que tengan microcefalia como los “casos” y los bebes que no lo tengan como “controles”. Una vez que los investigadores tienen un número suficientemente grande de cada grupo, pueden comparar muchas de las características de los bebés y sus madres. Observando numerosos factores como edad; estatus socioeconómico; condiciones de vida; estado nutricional; exposición a toxinas durante el embarazo, tales como pesticidas o plomo; infecciones que experimentaron durante el embarazo, entre otros, los investigadores pueden tratar de descifrar si el virus del Zika solo o en combinación con otros factores de riesgo puede estar contribuyendo a este defecto de nacimiento.
¿Podrían los productos químicos – y no el Zika- ser el culpable de los defectos de nacimiento en Brasil?
A pesar de las pruebas, cada vez más contundentes, sobre la relación entre el virus Zika y la microcefalia, un grupo de médicos e investigadores de Argentina ha publicado un polémico informe en el que señala que no es el virus del Zika el culpable de la alarmante cantidad de defectos de nacimientos que se reporta en Brasil, sino el piriproxifeno, un pesticida utilizado para bloquear el desarrollo de las larvas del mosquito Aedes aegypti, producido por la empresa subsidiaria de Monsanto, Sumitomo Chemical.
“En la zona donde viven los enfermos, desde hace 18 meses aplican un larvicida químico que produce malformaciones en los mosquitos, y que este veneno (piriproxifeno) el estado lo aplica en el agua de consumo de la población afectada” Se reporta en el informe publicado el 3 de febrero, por el grupo Médicos de Pueblos Fumigados.
Además de las reacciones en internet y redes sociales, el informe está teniendo un efecto importante: Aunque el gobierno brasileño rechazó las afirmaciones de una relación entre el piriproxifeno y la microcefalia, al menos un estado en Brasil ya ha suspendido su uso.
La realidad es que, en este momento, existe evidencia circunstancial que sugiere que el piriproxifeno en el agua potable de Brasil podría aumentar el riesgo de microcefalia, y este vínculo se hace más fuerte en la ausencia de una relación causal definitiva entre el trastorno neurológico y el virus Zika.
Sin embargo, el hecho de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no haya confirmado la relación entre el virus del Zika y la microcefalia no significa que no exista evidencia científica que lo respalde. Para declararlo necesita tiempo para llevar a cabo sus investigaciones adecuadamente y estar 100 por ciento seguro de que, de existir una relación causal, esté respaldada por evidencia sólida.
Por otra parte, son muchos los científicos que descartan por completo la teoría relacionada con el uso del piriproxifeno. La ciudad de Recife ha reportado el incremento en casos de microcefalia, sin embargo, no utiliza el piriproxifeno. Así mismo, los científicos en contra señalan que si fuera cierta la relación, la microcefalia sería un problema global mucho más grande, pues el pesticida está aprobado para su uso en los EE.UU. Y Europa desde hace muchos años (aunque no en el agua potable, como lo ha sido en algunas regiones de Brasil).
El hecho es que la gente quiere respuestas, y es comprensible que surjan nuevas hipótesis que intenten dar sentido a lo que está pasando. Aún hay muchas preguntas acerca de por qué los casos de microcefalia se han disparado en los últimos meses, y probablemente muchas de ellas no puedan ser contestadas inmediatamente si los científicos declaran oficial la relación entre el Zika y la enfermedad. Pero hasta que tengamos evidencia causal de una relación entre la enfermedad y un cierto tipo de pesticida, es poco científico saltar a conclusiones basadas en pruebas circunstanciales inconsistentes.
Lo que sin duda hay que hacer es mantener la calma y sobre todo estar bien informados y preparados.
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Fuentes: OMS; LiveScience; Science Alert;