¿Los renos duermen mientras rumian? Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
25 diciembre, 2023
Los renos son animales muy populares durante navidad. Un estudio recientemente publicado por Current Biology describe una curiosidad de esta especie: al rumiar pueden activar algo similar al modo de sueño.
Podríamos pensar en muchas ventajas de dormir mientras comemos. Lo que los investigadores sugieren es que esto les permite maximizar su ingesta de alimento durante el verano.
Un descanso durante la comida
El reno, también llamado caribú, es un animal que vive en una migración constante. Durante el verano recorre la tundra del hemisferio norte y en el invierno viaja al sur para buscar un clima más amable.
Durante el verano ingieren grandes cantidades de alimento. Un individuo adulto puede comer hasta 5 kilos en un día. Durante el invierno su ingesta disminuye y se basa en líquenes.
En un año un reno viaja más de 2,500 kilómetros. El desplazamiento es algo tan importante para esta especie que los recién nacidos son capaces de levantarse unos pocos minutos después del alumbramiento y un día después están listos para seguir a su madre.
Como el verano es la época en que pueden darse un festín es importante almacenar todo lo que sea posible para sobrevivir el invierno. Masticar todo lo que sea posible debe ser muy cansado pero están preparados para eso.
“Los renos pueden cumplir los requisitos digestivos y de sueño al mismo tiempo”, explicó a la revista Nature Melanie Furrer. Ella es neurocientífica en la Universidad de Zurich y aparece como primera firmante en el estudio titulado “Los renos en el Ártico reducen la necesidad de dormir durante la rumia”.
Los renos tienen cuatro segmentos estomacales, como las vacas. Al principio almacenan pasto para después regurgitarlo y masticar, lo que comúnmente llamamos “rumiar”.
¿Cómo investigar el cerebro de un reno al masticar?
Los investigadores registraron electroencefalogramas de renos de la tundra asiática en cautiverio. Los individuos que se estudiaron llevan el nombre científico de Rangifer tarandus tarandus. Su hogar está en Tromsø, Noruega.
Los períodos en que se registró su actividad cerebral fueron tres. El primero fue el solsticio de verano en junio. También se registró durante el equinoccio de otoño en septiembre. El último momento fue el solsticio de invierno en diciembre.
Los investigadores notaron que mientras los renos rumian hay un incremento en las ondas lentas y en las ráfagas rítmicas de actividad. Estos patrones se asocian usualmente con el sueño no REM, el que no incluye movimientos oculares rápidos (en español se conoce como no MOR).
Aunque los ojos no están cerrados. El cerebro de los renos tiene un comportamiento similar al sueño mientras rumian. En esta fase se sentaron, se quedaron quietos y tuvieron menos reacciones a los sonidos de otros renos.
Mientras más rumiaban menos dormían los renos que participaron en el estudio. Un método que usaron los investigadores para poner a prueba a los renos fue interrumpir dos horas de su sueño habitual. En ese tiempo les ofrecieron comida fresca e hicieron ruido.
En esta parte notaron que aumentaba la actividad de ondas lentas en sus cerebros. Esto sugiere un aumento de la presión del sueño, que es un motor biológico normal para dormir.
Se comparó la actividad de ondas lentas entre los renos que rumiaron y los que no. Para los que sí lo hicieron había menos de esta actividad cerebral mientras dormían.
“La necesidad de dormir disminuye a través de la rumia. Lo más probable es que este sea el caso porque los renos pueden 'dormir' durante la rumia”, explica Furrer.
La investigadora lo describe como una estrategia que les asegura tiempo para una alimentación casi constante durante el verano. Así engordan y sobreviven el invierno en que hay menos comida disponible.
Los investigadores esperaban que los renos durmieran menos en verano pero no fue así. El tiempo de sueño en todo el año se mantiene constante para ellos. Existen animales que cambian sus periodos de sueño de acuerdo con las condiciones ambientales pero no es el caso de los renos.
Otros estudios similares se han hecho en ovejas, bovinos y ratoneros menores. En ellos también aparecen ondas cerebrales similares a las del sueño no REM mientras rumian. Sin embargo, esta es la primera vez que se indagó en cómo altera la necesidad de un sueño profundo.