Este sábado se juntan los dos objetos más brillantes del cielo nocturno Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
12 febrero, 2016
Después de la puesta del Sol, se podrá apreciar una hermosa luna creciente. 7 grados por debajo y ligeramente a su derecha, encontrarás al deslumbrante “lucero de la tarde”: el planeta Venus.
A pesar de verlos tan juntos, es sólo producto de una ilusión creada por la geometría de las posiciones de Venus y la Luna desde una perspectiva terrestre. La luna creciente, iluminada en un 18 por ciento, se encuentra a 394,600 kilómetros de la Tierra, mientras que Venus está cerca de 370 veces más lejos, a unos 145 millones de kilómetros.
Y aunque Venus ha llamado la atención en los últimos días, ¡lo mejor está por venir!
Durante el resto de diciembre y enero, Venus subirá progresivamente en el cielo, apareciendo cada vez más tarde tras el atardecer. El 12 de enero, Venus llegará a su máxima elongación oriental, o su mayor distancia angular al este del Sol. Sólo unos días después, el planeta aparecerá casi 4 horas después que el Sol. Y durante los primeros 10 días de febrero, Venus se mantendrá 40 grados por encima del horizonte suroeste al atardecer, alcanzando su punto más alto.
Venus es el tercer objeto más brillante del cielo, sólo después del Sol y la Luna.
Una de las razones de su intenso brillo es, por supuesto, su cercanía con la Tierra, pero no es la única.
Los astrónomos utilizan el término albedo para describir lo brillante que es un planeta en términos absolutos. Cuando la luz del sol golpea a un planeta, parte de la luz es absorbida por la superficie o atmósfera del mismo, y otra parte se refleja. Albedo es una comparación entre la cantidad de luz que llega a un objeto y la cantidad que se refleja.
Venus tiene el albedo más alto que cualquier otro planeta de nuestro sistema solar. Su albedo es cerca de .7, lo que significa que refleja alrededor del 70 por ciento de la luz solar que recibe. Cuando vemos a la Luna acercándose a su fase llena, puede parecer mucho más brillante que Venus, pero la Luna refleja sólo el 10 por ciento de la luz que recibe. El bajo albedo de la Luna se debe al hecho de que nuestro satélite está hecho de roca volcánica oscura. Desde la Tierra la vemos brillante sólo por su cercanía.
Venus es brillante (tiene un alto albedo) porque está cubierto por nubes altamente reflectantes. Las nubes en la atmósfera de Venus contienen gotitas de ácido sulfúrico y cristales ácidos suspendidos en una mezcla de gases. La luz rebota fácilmente de la superficie lisa de estas gotas y cristales, convirtiendo a Venus en uno de los objetos más brillantes del cielo.
Pero, Venus no es el cuerpo más reflexivo en nuestro sistema solar. Ese título lo posee Encelado, una luna de Saturno. Su superficie helada refleja un 90% de la luz del sol que recibe.
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Fuentes: