Un pedazo de hielo del tamaño de México desaparece del Ártico Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
El otoño da comienzo a la época del año cuando los hielos marinos retoman sus niveles normales, pero este noviembre mostró un retroceso sin precedente en 40 años. Desde que los satélites ayudan a medir estos niveles nunca se había tenido una disminución tan grande en los nivela de hielo marino, según datos revelados por el National Snow and Ice Data Center el pasado martes.
En el polo opuesto, la franja de hielo de la Antártida también estableció un récord negativo en noviembre, revirtiendo una racha de varios años en donde se habían obtenido récords positivos.
El científico de la NSDIC, Julienne Stoeve declaró: “Este noviembre ha sido asombroso en ambos hemisferios. Definitivamente continua la disminución a largo plazo del hielo marino en el Ártico. Aunque es un poco más curioso lo que está sucediendo en la Antártida, por lo que se necesita investigar más a fondo este caso”.
El hielo marino del Ártico sigue un ciclo estacional, creciendo durante los fríos y oscuros meses de otoño e invierno y disminuyendo cuando el sol vuelve a emerger en primavera y verano.
Pero las inestables temperaturas del Ártico, que están incrementándose al doble de la velocidad del promedio global, han detonado una espiral descendente en los niveles de hielo marino.
Un estudio reciente encontró que las emisiones de dióxido de carbono equivalentes de un sólo viaje trasatlántico se traduce en una perdida de 2.78 metros cuadrados de hielo marino. Si las emisiones no se regulan y la temperatura sigue aumentando, el Ártico podría quedarse sin hielo durante el verano para mitad del siglo XXI.
La pérdida del hielo marino afecta a la flora y la fauna local, a las comunidades locales y a las actividades industriales; e incluso podría cambiar el patrón del clima en Norteamérica, Europa y Asia.
Las excepcionales condiciones del invierno marcaron un mínimo histórico en el Ártico, con temperaturas de 2 a 6 grados centígrados por arriba del promedio. Pero, el verano relativamente templado de este año, evitó que se rompiera el récord mínimo establecido en el 2012.
Mientras el invierno comienza a tomar fuerza, el hielo comienza a crecer como es costumbre, aunque muy por debajo de su promedio normal semana tras semana.
Para mediados de noviembre empezó a ocurrir un fenómeno muy extraño, el hielo marino empezó a decrecer. Antes de comenzar a subir a principios de diciembre, el área de hielo marino bajó unos 50,000 km cuadrados, una cifra sin precedentes. La única perdida parecida se dio en noviembre de 2013, cuando se perdieron cerca de 14,000 kilómetros cuadrados, casi una cuarta parte de la cifra perdida este 2016.
Esta inusual temporada invernal ayudó para que este noviembre la cantidad perdida de hielo marino fuera de 1.95 millones de kilómetros cuadrados por debajo del promedio de 1981 a 2010 para este mismo mes (aunque la tasa de crecimiento del hielo marino, fue ligeramente superior a la media). Esto es un área un poco más pequeña que el total de la República Mexicana.
La extraña temporada fría a la cual se hace referencia fue causada por los persistentes vientos del sur que llevaron continuamente aire caliente y aguas tibias del océano, mismas que impidieron que el hielo marino se formara en el Mar de Barents, un área al norte de Escandinavia y al este de Rusia. La temperatura marina en la zona fue hasta 7 grados centígrados por encima de lo normal en el mes de noviembre.
Históricamente los hielos marinos se forman en los fiordos en los inicios de noviembre, pero este año no se podía encontrar hielo alguno. declaro Julienne Stroeve, quien estuvo en la zona durante esta temporada.
Los niveles de hielo marino también descendieron de manera dramática en la Antártida, que se acerca al verano. La cifra promedio para el mes de noviembre fue de 1.8 millones de kilómetros cuadrados por debajo del promedio entre 1981 y 2010, más del doble del récord mínimo para este mes. Los científicos de la NSIDC piensan que este decrecimiento se debe a la temperatura del aire y el rápido cambio en las corrientes del mismo que han afectado al hemisferio sur.
En años anteriores los niveles en la Antártida habían alcanzado máximos históricos, posiblemente por los cambios en las condiciones de los océanos debido al derretimiento de los glaciares. Pero científicos polares han aseverado que todavía hay mucho que aprender acerca del comportamiento de los hielos marinos de la Antártida, que es completamente diferente al comportamiento del Ártico.
Stroeve y otros científicos dedicados al estudio de los hielos marinos no creen que este sea un punto de inflexión, donde la perdida del hielo marino se vuelva irreversible. Los científicos se preocuparon durante 2007 por haber llegado al punto de no retorno cuando se alcanzó el mínimo histórico, pero desde entonces los niveles han estado creciendo y si el calentamiento global se mantiene bajo control, los niveles seguirán incrementándose año con año.
A pesar de esto, es posible que estas disminuciones durante la temporada fría se conviertan en algo más común mientras las temperaturas globales y del Ártico sigan incrementándose.