Trump se deshace de las políticas de cambio climático de Obama Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Al parecer el legado en cuestiones climáticas de Barack Obama ha quedado atrás, pues tan sólo horas después de que Donald Trump ocupara la oficina oval en la Casa Blanca, su administración marcó un cambio de dirección dramático al dar de baja la página de la Casa Blanca en torno al cambio climático y publicar en su lugar “El Primer Plan de Energía de América”.
De acuerdo a este “Primer Plan de Energía de América”, Trump descartará dos de los elementos claves de la política de cambio climático del ex Presidente Obama: el Plan de Acción del Clima y el reglamento para el agua de los EE.UU. El primero es un plan para reducir las emisiones de carbono, preparar al país para las consecuencias del cambio climático y los fenómenos naturales que estas podrían ocasionar y liderar un esfuerzo internacional para proteger el clima y el medio ambiente. El segundo es un reglamento que nombra a todos los ríos, lagos y humedales de la nación norteamericana como reservas protegidas por la EPA (Enviormental Protection Agency).
En cambio, el nuevo plan de Donald Trump, que ya se encuentra disponible en la página de la Casa Blanca, describe un plan para explotar las reservas de gas natural, petróleo y gas que se encuentran en terrenos federales, esto con el fin de revivir la industria del carbón en los Estados Unidos. También específica que la EPA, volverá a sus funciones vitales, que son simplemente las de proteger el agua y el aire, sin tener que inmiscuirse en otros asuntos como las emisiones de gases de efecto invernadero.
Pero todo esto no será tan sencillo como parece. Un dictamen de la Suprema Corte de Justicia ha establecido que las emisiones de dióxido de carbono son contaminantes, por lo cual la EPA es responsable de abordar este tema bajo la ley de “Aire Limpio” en caso de que el gobierno de Trump se niegue a tomar acciones al respecto; de lo contrario se verá inmiscuido en una serie de litigios y demandas legales, que podrían afectar su imagen pública.
En repetidas ocasiones, Donald Trump ha llamado al cambio climático una farsa, pero el grupo de gente que trabaja para él sabe de la importancia del tema y gracias a esto sus nominados para cargos relevantes en el gabinete tienen una posición conciliatoria con respecto al tema. Como un ejemplo de esta posición un poco más moderada, tenemos las palabras de Scott Pruitt, el elegido de Trump para dirigir la EPA, quien ha declarado: “La ciencia nos indica que el clima está cambiando y que la actividad humana es responsable de alguna manera del impacto que estos cambios producen”. O la declaración de Rick Perry, nominado para Secretario de Energía, “Yo creo en el cambio climático. Creo que una parte está ocurriendo naturalmente, pero sin duda alguna otra parte es debido a la actividad humana”.
Estas declaraciones hacen difícil para los detractores de Trump el catalogarlo como un “opositor del cambio climático”, pero las mismas abren la puerta para negociar y maniobrar con las decisiones políticas que puedan llegar a tomarse en cuanto a este tema.
Mientras el cambio en la Casa Blanca sigue su curso natural, alguno de los estados de la nación estadounidense han hecho cambios en sus propias políticas para hacer frente al cambio climático. El estado de California anunció el mismo día de la toma de posesión de Trump, que extendería su programa de “Cap and Trade”, el cual pone un límite a las emisiones de carbono que se pueden emitir por parte de las refinerías de petróleo en el estado y las incentiva económicamente a bajar incluso más estos números por medio de la condonación de algunos impuestos. Este tipo de acciones abre la posibilidad a otros estados de tomar sus propias iniciativas para atacar el cambio climático y no esperar a saber la verdadera posición del nuevo gobierno al respecto.