Seis catástrofes cósmicas que podrían borrar a la humanidad de la Tierra Copiar al portapapeles
POR: Antonio Medina
2 abril, 2017
Estamos muy acostumbrados a las películas de Hollywood en donde un grupo de héroes desconocidos intenta salvar a la Tierra de un desastre con consecuencias tan catastróficas como la eliminación de la raza humana y de toda forma de vida de la faz de la Tierra -generalmente representado por un meteorito que golpea la superficie terrestre-. Pero ¿Cuáles son las catástrofes cósmicas que de verdad podrían acabar con la vida en nuestro planeta?
1.- Energía solar
A pesar de que la vida en nuestro planeta se da gracias a la radiación solar, el astro de nuestro sistema solar también representa una gran amenaza para la Tierra. El Sol crea campos magnéticos de dimensiones gigantescas, las cuales producen las conocidas radiaciones, vientos y tormentas solares, que afectan de manera significativa a la superficie terrestre.
Las llamarada solares pueden provocar perturbaciones en la capa superior de la atmósfera terrestre resultando en bloqueos en radiofrecuencias y fallas en los sistemas gps. Las eyecciónes de masa coronal relacionadas que se dirigen a la Tierra pueden originar hermosas auroras pero también dañar las líneas de alta tensión por cambio de voltaje y dejar a oscuras a grandes ciudades así como sacar de órbita a los satélites poniendo, a veces, en peligro incluso a los astronautas. Una tormenta como éstas puede crear un caos en las comunicaciones de gran parte del planeta.
La tormenta solar de mayor intensidad de la que se tiene registro sucedió en 1859 y es conocida como el “Evento de Carrignton”, durante el cual hubo mucha interferencia con el equipo electrónico de la época, el cual no era mucho. Pero en nuestros tiempos, nos hemos convertido en una sociedad dependiente de los dispositivos electrónicos, y un evento de la magnitud del de Carrignton podría ponernos a sufrir más de lo que pensamos. A pesar de que un fenómeno catastrófico causado por las emisiones solares suena poco probable, no hay que descartarlo, pues el hombre tendría que prescindir de la electricidad, los sistemas de calefacción, el internet e incluso de las fabricas de alimentos y bebidas, causando una pandemia global que podría terminar en la desaparición de la raza humana.
2.- Impacto de un asteroide
El impacto de un asteroide es uno de los peligros espaciales más temidos de todos los tiempos. Hoy en día, estamos conscientes del peligro que conlleva el impacto de un cuerpo como este sobre la superficie terrestre, pues sabemos que un fenómeno similar causó la extinción total de los dinosaurios y podemos imaginarnos qué es lo que sucedería si un asteroide de dimensiones parecidas volviera a golpear la Tierra.
En tiempos recientes, los astrónomos han dedicado una gran parte de sus investigaciones a estudiar y calcular las órbitas de los asteroides cercanos a la Tierra. Ahora tenemos un panorama general un poco más claro acerca de aquellos que representan un peligro para la vida en nuestro planeta; al punto que se han desarrollado sistemas para protegernos de este tipo de eventualidades.
Pero estas medidas sólo pueden proteger la superficie terrestre de un determinado tamaño de asteroide. En el caso de cuerpos más grandes o de cuerpos de los que no sabemos absolutamente nada, estamos prácticamente indefensos. Si bien, no todos los asteroides que pudieran golpear la Tierra causarían un éxodo, las consecuencias del impacto tal como tsunamis, incendios y otros desastres naturales, sí podrían acabar por hacer de la Tierra un lugar inhabitable.
3.- La expansión solar
La expansión solar es una de las amenazas que más preocupación crea en la comunidad científica, pues mientras los otros fenómenos capaces de crear una catástrofe global, solamente son una probabilidad, sabemos con certeza que la vida de nuestro Sol terminará en aproximadamente 7,720 millones de años. En este punto, el sol se desprenderá de su atmósfera externa y formará una nebulosa planetaria para terminar su vida como una “Enana Blanca” (remanente estelar que se genera cuando una estrella ha agotado su combustible nuclear).
Pero no se preocupen, la humanidad no experimentará las fases finales de nuestro Sol. A medida que nuestra estrella comience a envejecer, su temperatura irá disminuyendo y su tamaño irá aumentando. Para el momento en que se convierta en un gigante estelar, será lo suficientemente grande como para devorar tanto a Mercurio como a Venus.
La Tierra podría parecer estar segura en este punto, pero el Sol no sólo crecerá en tamaño, pues la intensidad de los vientos solares también incrementarán drásticamente, lo cual desacelerará la rotación de nuestro planeta. Como resultado de todo lo anterior, en aproximadamente 7,590 millones de años, la Tierra entrará en espiral en las capas externas de nuestro Sol, fundiéndose para siempre en lo que para ese momento será una estrella moribunda.
4.- Ráfagas de rayos gamma
Las ráfagas de rayos gamma, son estallidos extremadamente intensos de energía y se producen por supernovas (estrellas en explosión) y sistemas estelares binarios (sistemas en los que dos estrellas orbitan un centro común). Estos estallidos son muy potentes debido a que enfocan su energía en un espacio estrecho y en un espacio de segundos o minutos. La radiación resultante de este fenómeno podría dañar o destruir por completo la capa de ozono de la Tierra, dejando a toda la vida de nuestro planeta vulnerable a la radiación ultravioleta del Sol.
Los astrónomos han descubierto un sistema estelar llamado WR 104, el cual podría ocasionar una ráfaga de rayos gamma que podría poner en peligro la capa de ozono que protege la superficie terrestre. WR 104 se encuentra a unos 5,200 años luz de distancia, lo cual no es lo suficientemente lejos para poder despreocuparnos de este fenómeno.
Los científicos no saben con certeza cuándo podría suceder este fenómeno, ni si quiera se sabe a ciencia cierta si ésta ráfaga de rayos gama golpearía a la Tierra, pero en caso de hacerlo, nos veríamos afectados por los rayos UV, los cuales causarían quemaduras graves en tan sólo 5 minutos, el deshielo de los polos cambiaría drásticamente la geografía del planeta y podría causar inundaciones de dimensiones bíblicas que podrían terminar con la vida como la conocemos.
5.- Supernovas
Las supernovas son explosiones de estrellas que han llegado al final de su vida, ocurren cada 100 años aproximadamente en nuestra Vía Láctea y aunque suelen darse en el denso centro de la galaxia y nosotros nos encontramos lejanos del centro, esto no significa que las supernovas no representen una amenaza para la Tierra.
La estrella Betelgeuse es una gigante roja que está llegando al final de su vida, se encuentra ubicada en la constelación Orión y está a tan sólo 460 años luz de distancia de la Tierra. Betelgeuse podría convertirse en una supernova que afectaría la vida en nuestro planeta de manera significativa.
Aunque no se puede determinar el tiempo de vida que le resta a la estrella Betelgeuse, se calcula que esto podría llegar a pasar dentro de los próximos cientos de años. Afortunadamente para los habitantes de nuestro planeta, se ha determinado que para que una supernova resulte peligrosa para nuestra capa de ozono, tendría que encontrarse en un rango de entre 50 y 70 años luz de distancia. Así que por el momento podemos dormir tranquilos.
6.- Estrellas errantes
Las estrellas también podrían terminar con la vida en la Tierra. Si bien generalmente éstas no representan peligro alguno para el planeta, sí una de las llamadas estrellas errantes (estrellas masivas que viajan a gran velocidad por el espacio interestelar) podría llegar tan cerca de nuestro Sol que podría interactuar con la Nube de Oort; como ésta es la fuente de nuestros cometas, incrementaría la posibilidad de que uno de estos cuerpos pudiera chocar con la Tierra o incluso con la Luna.
La consecuencia de que un meteorito colisionara con nuestro planeta serían desastrosas, comparables a una bomba de cinco mil megatones. Formaría un cráter de cinco kilómetros de diámetro que provocaría una inmensa bola de fuego y que incendiaría por completo todo lo existente en un área de entre 50 y 70 kilómetros a la redonda.
Todo esto depende del tamaño del cuerpo que choque con la Tierra, pero sin duda alguno podría cambiar la vida como la conocemos, pues además de la destrucción causada por el impacto, el meteorito podría ocasionar cambios climáticos a los cuales, en un periodo tan corto, nos sería muy difícil adaptarnos. Aún así, esta posibilidad también es bastante remota, así que no permitan que les quite el sueño.
En resumen, sabemos que el fin de la humanidad en la Tierra es algo que no podremos cambiar, pero esto no significa que tengamos que escondernos en un búnker antibombas. Todos los escenarios que hemos planteado podrían causar la extinción del género humano y otras formas de vida en el planeta, aunque no se vislumbra que pueda ocurrir en un futuro cercano.