Rastrean ballenas azules en el Ártico con datos acústicos Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
7 mayo, 2024
Las ballenas azules son el animal más grande en nuestro planeta; sin embargo, no es fácil encontrarlas. Un equipo de investigadores del Departamento de Cambio Climático, Energía, Medio Ambiente y Agua de la División Australia-Antártida hicieron un rastreo de estos enormes animales.
Para su investigación, publicada en Frontiers in Marine Science, se basaron en datos acústicos. El periodo de estudio va de 2006 a 2021 y permite reconocer su distribución en el polo sur, así como los cambios que han ocurrido a lo largo del tiempo.
En busca de un gigante
Las ballenas azules alcanzan los 30 metros de largo. Su peso puede llegar a las 200 toneladas. Si lo dimensionamos en objetos creados por el ser humano, son similares a un Boeing 787, un avión de tamaño medio con fuselaje ancho.
Sin embargo, no son seres fáciles de rastrear. A pesar de su gran tamaño es necesario buscar métodos especiales para encontrarlas. El que eligió el equipo de investigadores australianos fue el sonido.
“Las ballenas azules antárticas están en peligro crítico, y esto las hace difíciles de encontrar en el vasto Océano Austral, pero hacen llamadas muy fuertes y de baja frecuencia que podemos detectar desde cientos de kilómetros de distancia, utilizando tecnología acústica”, explica en un comunicado el Doctor Brian Miller, quien aparece como primer firmante en el estudio.
De acuerdo con los datos, las ballenas azules se distribuyen alrededor de la Antártida y a través de la sub-Antártida durante el verano. Ubicarlas es un logro científico debido a que se volvieron escurridizas después de ser cazadas agresivamente.
Para el estudio se usaron “boyas sonoras” y “estaciones de escucha” durante 15 años. Con ellas se detectó, rastreó y registró el sonido de las ballenas azules y otras especies de cetáceos.
Los investigadores realizaron 7 viajes durante más de 8 meses. Su recorrido abarcó 145,510 kilómetros. Estudiaron cerca de 3,900 horas de sonidos grabados en las estaciones de Antártida.
El audio no fue el único recurso de los investigadores. También recurrieron a imágenes satelitales, seguimiento por video, fotografías, muestras de ADN, drones e inteligencia artificial. La combinación de datos les permitió crear una fotografía de la distribución, abundancia y comportamiento de las ballenas azules.
De acuerdo con el Doctor Miller las “boyas sonoras” son método de estudio para ballenas con una muy buena relación costo-beneficio. Sin embargo, están limitadas en cuanto a lo que permiten aprender sobre lo que se puede aprender únicamente escuchando.
Cada “boya sonora” tiene un hidrófono que envía los sonidos hacia el barco en tiempo real. Esto lo consigue con un enlace VHF de radio. Una vez que los investigadores detectan llamados de ballena, obtienen una dirección hacia la que pueden llevar más instrumentos para obtener datos más precisos.
“Podemos escucharlos de forma fiable, navegar hacia ellos y verlos visualmente, luego fotografiarlos y seguirlos, e incluso tomar pequeñas biopsias de su piel y grasa para un estudio adicional”, describe el Doctor Miller.
Para los investigadores, es necesario hacer más investigación para comprender la relación de las ballenas con su mayor fuente de alimentación: el krill. Esto de cara a los cambios en el medio ambiente y el incremento en la presión sobre el krill a causa de la pesca.
Para esto serán necesarios nuevos métodos de estudio. Entre ellos se sugieren flotas de vehículos sin tripulación equipados con hidrófonos. Con ellos será posible seguir a las ballenas. También serán necesarios otros instrumentos para estudiar a sus presas.