Chang’e 6 regresa con muestras de la cara oculta de la Luna Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
25 junio, 2024
El lunes 3 de mayo despegó la misión espacial Chang’e 6 a bordo de un cohete Gran Marcha-5. Este martes 25 de junio las muestras que tomó de la cara oculta de la luna aterrizaron en el desierto de Mongolia Interior.
China es la primera nación que consigue muestras del suelo lunar en la cara oculta de nuestro satélite. Este material ayudará a comprender mejor la historia y composición de la Luna.
Una recolección histórica
El aterrizaje de las muestras ocurrió a las 2:07 p.m., hora local, que equivalen a las 12:07 a.m. del centro de México. Así lo informó la Administración Nacional del Espacio de China. Ahora que las muestras están en la Tierra se enviarán a Pekín.
El orbitador de la misión ingresó a la atmósfera terrestre para soltar el módulo de reentrada con las muestras. La cápsula con las muestras ingresó a una velocidad aproximada de 11.2 kilómetros por segundo. Sobre la zona prevista para el aterrizaje se abrió un paracaídas para conseguir un aterrizaje suave. Ahí un grupo de científicos las recogió.
La misión duró 53 días. A diferencia de la cara que vemos habitualmente, la cara oculta de la Luna tiene un terreno con cráteres gigantes y pocas superficies planas. La misión incluía varios riesgos que pocos han superado; hasta ahora China es la única nación que ha alunizado en esa zona y lo hizo por primera vez en 2019.
Uno de los motivos para interesarse por la cara oculta de la Luna es que se cree que ahí puede haber rastros de hielo. De ser así, podrían usarse para obtener agua, oxígeno e hidrógeno para las futuras misiones de exploración de mayor duración.
Las muestras lunares que se tienen hasta el momento provienen principalmente de la cara visible. Tanto La ex Unión Soviética como Estados Unidos y China han conseguido fragmentos de suelo lunar. China es la primera que consigue muestras de la cara oculta.
Antes que la misión saliera se hicieron pruebas. El satélite Queqiao-2 envió datos que permitieron hacer simulaciones de recolección de muestras en un laboratorio; esto ayudó a tomar decisiones en cad etapa de la misión.
Durante la misión distintos dispositivos enviaron datos para ejecutar la extracción de forma correcta. Estos fueron: la cámara panorámica, la cámara de aterrizaje, el detector de estructura del suelo lunar y el analizador de espectro mineral lunar. Para extraer las muestras sobre la superficie de la Luna se recurrió a un taladro y un brazo robótico sobre diferentes ubicaciones.
El objetivo de la misión era obtener un máximo de 2 kilogramos de roca y suelo lunar. Sobre el destino de las muestras quedan algunas dudas. Las muestras que trajo la misión Chang’e 5 de la cara visible de la Luna quedaron a disposición de la comunidad internacional para su estudio. Sobre el material que trajo Chang’e 6 no se ha confirmado si ocurrirá lo mismo.
De acuerdo con la Sociedad Planetaria, las muestras de la cara oculta de la Luna que trajo Chang’e 6 podrían ayudar a comprender mejor la historia de la Luna. Específicamente sobre la cuenca Aitken, podrán calcularse fechas más precisas para sus cráteres. Esto ayudará a saber si se formó durante un evento conocido como el Bombardeo Intenso Tardío o se trató de un evento diferente.
“Esto también tiene implicaciones para comprender los orígenes de la vida en la Tierra”, según explica la Sociedad Planetaria. “Es posible que los asteroides transportaran agua y materiales orgánicos a la Tierra durante el último bombardeo intenso. Comprender el momento y las circunstancias de este evento es fundamental para desentrañar la historia de nuestro origen”, señala la misma institución.
Las misiones Chang’e se han convertido en motivo de orgullo para China. En un periodo mucho menor que otras naciones con una tradición de exploración más larga como Rusia o Estados Unidos.
Los planes para las próximas misiones Chang’e son ambiciosos. Chang’e 7 tiene como objetivo el polo sur lunar donde buscará depósitos de hielo de agua y está programada para 2026. Por su parte, Chang’e 8 buscará recursos lunares a partir de los datos que obtenga la misión anterior. Si todo sale de acuerdo con los planes, para 2030, China estará lista para enviar una misión tripulada a la Luna.