¿Los animales tienen algo parecido a la conciencia? Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
25 junio, 2024
Damos por hecho que el único ser vivo que posee conciencia es el humano. Por mucho tiempo ha bastado como respuesta que no hay evidencia que demuestre que los animales la tienen pero, ¿qué pasaría si comienza a aparecer?
Darwin consideraba que los animales son capaces de percibir el mundo en términos similares a los humanos como “placer, dolor, felicidad y miseria”. Por mucho tiempo se consideró que esta proyección de rasgos humanos en los animales no tenía base científica pero algunos científicos creen que debería replantearse esta posibilidad.
Acercamientos a la conciencia
Las abejas son un ejemplo de lo que comenzamos a comprender sobre cómo los animales perciben el mundo. Actualmente se les reconocen capacidades como reconocer rostros humanos, contar y aprender el uso de herramientas.
“Si las abejas son tan inteligentes, tal vez puedan pensar y sentir algo que sea la base de la conciencia”, mencionó el profesor Lars Chittka de la Universidad Queen Mary de Londres al medio británico BBC. Él ha trabajado en algunos de los estudios más importantes sobre inteligencia en abejas.
Entre los hallazgos del profesor Chittka está que tienen la capacidad de jugar y disfrutar el juego. El juego en cuestión consiste en rodar pequeñas bolas de madera. Por otro lado, también son capaces de modificar su comportamiento después de un incidente traumático.
El profesor Jonathan Birch de la London School of Economics es otro investigador que cree que es momento de reconsiderar la “conciencia animal”. “Tenemos investigadores de diferentes campos que empiezan a atreverse a hacer preguntas sobre la conciencia animal y a pensar explícitamente en cómo su investigación podría ser relevante para esas preguntas”, comenta.
Por ahora no hay pruebas definitivas. Lo que se tiene son resultados separados que sugieren la posibilidad de conciencia en los animales como algo factible cuando se les ve en conjunto.
Podemos pensar en animales que históricamente se reconocen como más inteligentes o avanzados como los grandes simios o los delfines. Sin embargo, distintas investigaciones ofrecen pistas sobre serpientes, pulpos, cangrejos, abejas y moscas de la fruta.
Falta investigación al respecto pero por ahora existen un par de limitantes. Por una parte se requieren recursos para financiar los estudios. Una vez que se consigan deberá haber cierta claridad sobre un tema que se ha debatido por siglos: ¿qué entendemos por conciencia?
En la época moderna podemos remontarnos al filósofo francés René Descartes. A partir de su trabajo se da por hecho que el lenguaje, la inteligencia y la conciencia están interrelacionados, algo que se ha cuestionado con insistencia en las últimas décadas.
Anil Seth de la Universidad de Sussex califica a estos criterios como una “trinidad impía” que ha funcionado como base para el conductismo. De acuerdo con el conductismo, para el estudio del comportamiento no se pueden tomar en cuenta pensamientos y sentimientos porque no es posible medirlos.
De acuerdo con Seth, muchos expertos en comportamiento animal se formaron bajo el conductismo. Sin embargo, actualmente se consideran otras posibilidades para no cerrar los enfoques al ser humano.
“Debido a que vemos las cosas a través de una lente humana, tendemos a asociar la conciencia con el lenguaje y la inteligencia… El hecho de que estén juntos en nosotros no significa que vayan juntos en general”, señala Seth.
Stevan Harnad de la Universidad de Quebec sugiere el uso de otras palabras por la ambigüedad de “conciencia”. Para él, “sensibilidad” define de forma más estricta la capacidad de sentir. “Sentirlo todo, un pellizco, ver el color rojo, sentirte cansado y hambriento, son todas las cosas que sientes”, aclara.
Monique Udell, de la Universidad Estatal de Oregón, alerta sobre el riesgo de ampliar mucho el concepto sobre conciencia. La búsqueda podría abordar preguntas diferentes que no permitirían llegar a un consenso.
Kristin Andrews, quien es profesora de Filosofía especializada en mentes animales en la Universidad de York en Toronto, considera que la investigación debe salir de los sujetos de estudio habituales en este tema: humanos y monos. “no estamos aprendiendo sobre la conciencia en su forma más básica”, sentencia la especialista.
A principios de 2024 se firmó la Declaración de Nueva York sobre la Conciencia Animal. 286 investigadores participaron, entre ellos la profesora Andrews. Ahí se señala que es “irresponsable” ignorar la posibilidad de la “conciencia animal”.
Una de las implicaciones de esta nueva propuesta es que la investigación con animales tendría que redefinirse. Por ejemplo, evaluando el sufrimiento de los animales y tomando como referencia los posibles beneficios de realizar experimentos o no.
El tema aún es motivo de dudas, burlas y todo tipo de sobreentendidos. Sin embargo, algunos científicos ya están avanzando en la exploración de lo que entendemos como conciencia, más allá de una cualidad exclusiva de nuestra especie.