La ciencia detrás del surf Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
14 julio, 2024
Desde la década de los 20 del siglo XX los seguidores del surf buscaron que se convirtiera en deporte olímpico. Entre ellos estuvo Duke Kahanamoku quien fue campeón olímpico de natación estilo libre en tres ocasiones y era originario de Hawai.
Esta disciplina fue aceptada como deporte olímpico casi un siglo después, se le incluyó en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. A diferencia de la mayoría de los deportes, su sede no estará en París, sino en el sitio de surf Teahupo’o en Tahití.
Cómo moverse entre las olas con una tabla
La elección de la sede olímpica nos da una idea de la primera complicación para practicar este deporte. No existen olas adecuadas en todo el mundo.
El oleaje se forma por el viento lejos de las costas. El surf es un deporte que se practica cerca de las costas. Tanto la duración del viento como la duración del mismo son los encargados de crear olas de gran tamaño. Las que llegan primero a las costas son las que alcanzan mahor altura y forman longitudes de onda más altas.
Cuando las olas se acercan a la costa las condiciones en que se formaron cambian. En primer lugar, la profundidad del suelo oceánico influye en la velocidad de las olas. El fondo influye en la dirección de propagación a causa de la refracción. El peralte aumenta, lo que provoca que la ola gane altura en función de su longitud de onda.
Del lado de la ola queda un detalle. La pendiente no siempre ayuda a la formación de olas adecuadas. Las pendientes bajas son las mejores para practicar el surf.
Desde el lado del surfista, es importante elegir una tabla adecuada. De ella depende un correcto agarre sobre la ola para desplazarse con una velocidad adecuada.
Para desplazarse el surfista se mueve sobre la cara de la ola. Ahí, la tabla interactúa con el flujo del agua. En este proceso uno de los cantos de la tabla (rail) se pega a la cara de la ola, esto permite que la tabla se eleve y tenga un empuje hacia adelante.
Mientras la tabla se mantiene pegada a la cara de la ola, el agua golpea el casco de la tabla (bottom). Esto obliga al agua a fluir por los cantos y así se produce la adherencia. Esto, junto con la fuerza que generan las aletas o quillas hacen que la tabla se mantenga fija a la ola.
Esto se puede calcular con el número de Reynolds. De forma más práctica, si los cantos de la tabla son delgados, la tabla se desplazará más rápido y tendrá menos agarre. Por otro lado, mientras más anchos sean los cantos habrá más agarre pero se desplazará más lento.
La forma en que la tabla cambia el flujo del agua es lo que le ayuda a ganar velocidad. Ese cambio crea un hydrofoil, algo similar a lo que pasa con las alas de los aviones en el aire; se crean áreas de alta y baja presión para el fluido. Esto permite que la dirección sea hacia adelante y el empuje hacia arriba.
Mientras más perpendicular se mantenga la tabla respecto a la ola, será mayor la cantidad de agua que tiene contacto con el casco. De esta forma, al estar más arriba en la ola, mayor será la velocidad porque se cambia la dirección de una mayor cantidad de agua.
Así que mientras más abajo de la ola se encuentra un surfista, más lento es su avance. Una excepción a esta regla es el bottom turn, una maniobra que se realiza en la parte baja de la ola, en ella influye el ángulo de ataque del surfista que le permite aumentar la velocidad.
Para quienes quieren dominar las olas, la recomendación es ir tan arriba como sea posible. No siempre se logra pero a mayor altura se consigue la mayor velocidad, de forma general.
Con esto en mente, puedes hacer algunos cálculos mientras ves los encuentros de surf o simplemente apreciar los movimientos desde una nueva perspectiva. Recuerda que por las exigencias de este deporte, no verás a París como fondo porque los surfistas podrían hacer muy poco sobre el Río Sena. Aún así, el espíritu olímpico estará presente.
Fuentes
La física detrás del surf ¿Como elegir la tabla ideal?