Roald Amundsen, el explorador polar Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
16 julio, 2024
Roald Engelbregt Gravning Amundsen nació en Borge, Noruega, el 16 de julio de 1872. Sin embargo, se le recuerda por las expediciones que realizó mucho más allá de su tierra natal.
Amundsen dirigió la primera expedición que llegó al polo sur. Además, exploró el polo norte en más de una ocasión y fue ahí donde perdió la vida en 1928.
Explorar los polos, una proeza de principios del siglo XX
A los 18 años Amundsen asistió a una conferencia de Fridtjof Nansen. Se trataba de un héroe nacional noruego. En 1888 había sido parte de la expedición que atravesó Groenlandia por primera vez. También se proponía ser el primer ser humano que llegaría al polo norte.
Esto influyó fuertemente en el joven Amundsen, quien decidió que se dedicaría a la exploración polar. A partir de entonces se dedicó a formarse para explorar los confines de la Tierra. Se enroló en barcos para conocer directamente la exploración de los polos.
En 1897 salió en expedición a bordo del ballenero Bélgica. La dirigía Adrien de Gerlache y navegó por la Antártida. Desde entonces hizo evidente su cuidado en los detalles; mantuvo un diario con anotaciones técnicas de todo lo que ocurría en la expedición.
Durante la expedición el barco quedó atrapado en el hielo por trece meses. Esto obligó a Amundsen a buscar soluciones y hacer planes muy detallados. En aquella expedición aprendió mucho de lo que aplicaría en sus futuras expediciones.
En 1903 organizó su propia expedición. El objetivo era cruzar el Paso del Noroeste que bordea Norteamérica y conecta al Océano Pacífico con el Atlántico. El velero Gjoa zarpó la noche del 16 de junio de ese año.
Nuevamente la embarcación quedó detenida entre el hielo del Ártico. Durante el verano de 1905 el velero logró salir de su prisión de hielo. Para el 31 de agosto de 1906 llegó a Nome, Alaska, donde fue recibido eufóricamente por los habitantes.
En 1908 Amundsen anunció su plan de viajar al polo norte. La tarea de conseguir fondos para financiar su expedición tomó tiempo y mientras pasaba un antiguo compañero de viaje alcanzó el polo norte por primera vez en la historia. El Dr. Cook, que había participado en la expedición del Bélgica se volvió una celebridad internacional, al tiempo que Amundsen veía frustrado su sueño de conquistar el polo norte.
Quedaba un destino para triunfar como explorador de regiones desconocidas: el polo sur. El mismo Dr. Cook sugirió a Amundsen que se dirigiera allá. Esta vez mantuvo el destino en secreto.
Al mismo tiempo que Amundsen preparaba su expedición al polo sur, el capitán británico Robert Falcon Scott preparaba un viaje al mismo destino. A bordo del Fram, el mismo barco que en su momento tripuló Nansen, Amundsen y su tripulación salieron a la aventura.
Al principio el barco siguió la ruta que podría guiarlos al polo norte. Sin embargo, en la isla de Madeira, al oeste de Marruecos sobre el Atlántico, Amundsen reveló sus planes a la tripulación. Pidió su aprobación para viajar en secreto al polo sur y recibió una aprobación unánime.
Parte del plan incluía viajar en trineos tirados por perros. Durante el viaje estos se acostumbraron a la falta de actividad física y al llegar a la Antártida se negaron a tirar. Aún así, la tripulación desembarcó en la Bahía de las Ballenas el 18 de enero de 1911.
Tanto la ruta que seguía Scott como la que eligió Amundsen eran largas. Aunque la expedición británica llegó primero a la Antártida, el trazo que había planeado Amundsen fue preciso y la expedición noruega remontó el camino. Durante el trayecto, los perros jalaron los trineos de acuerdo con el plan.
Mientras que la expedición de Scott terminó trágicamente, la de Amundsen alcanzó su objetivo al final del año en que desembarcó. El 14 de diciembre de 1911 el explorador noruego y sus acompañantes se convirtieron en los primeros seres humanos en llegar al polo sur. Parte de esta travesía fue filmada.
Más de un mes después, la expedición de Scott se encontró con la bandera noruega en el polo sur. El capitán Scott registró en su diario la frustración de enterarse que no era el primero en llegar al polo sur. Poco después su expedición quedó atrapada entre la nieve, donde los expedicionarios fallecieron.
La conquista del polo sur fue un gran logro pero no dejó satisfecho a Amundsen. En 1918 comenzó una expedición al polo norte a bordo del barco Maud. Duró siete años y se le consideró un fracaso.
El siguiente intento fue desde un medio distinto: el aeroplano. En 1925 hizo un intento en el que por problemas técnicos no alcanzó el polo por vía aérea. En 1926 tuvo un nuevo intento exitoso, esta vez en dirigible.
Su llegada al polo norte en dirigible fue junto con el ingeniero italiano Nobile. Después del viaje tuvieron diferencias. Sin embargo, cuando Amundsen se enteró que su compañero tuvo un aterrizaje de emergencia en el polo norte no dudó en salir en su búsqueda.
El 18 de junio de 1928 fue la última vez que se le vio con vida. Despegó con mal tiempo y tres horas después se perdió el contacto por radio. El avión se dio por perdido.