Las ciudades reciben más lluvias que las áreas rurales cercanas, afirma un estudio Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
10 septiembre, 2024
En las últimas dos décadas se reconocen cambios en las condiciones de lluvia en las zonas urbanas en todo el mundo. Un estudio publicado recientemente en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) describe lo que se reconoce como “islas húmedas urbanas”.
Para realizarlo se analizaron datos de más de mil ciudades en todo el mundo. El objetivo de los investigadores de la Universidad de Texas en Austin que lo realizaron fue crear un mapa mundial en busca de puntos clave para las precipitaciones urbanas.
Islas húmedas urbanas
Se conoce más o menos bien el efecto de la acumulación de calor en las zonas urbanas. Se le ha dado el nombre de “islas de calor”. Los investigadores que participaron en el estudio citado se enfocaron en un efecto gemelo con consecuencias igual de importantes: las islas húmedas.
De acuerdo con el estudio, el desarrollo urbano tiene efectos medibles en la cantidad de lluvia que cae sobre el área. A partir de los datos de 1,056 ciudades alrededor del mundo se encontró que 60% de ellas recibe más lluvia que las áreas rurales cercanas.
En algunos casos la diferencia entre las zonas rurales y urbanas es considerable. Un ejemplo de esto es Houston, esta ciudad recibe al menos 5 pulgadas más de lluvia por año que las zonas rurales que la rodean.
Las consecuencias de este efecto son importantes. Entre las más importantes están las inundaciones en las zonas con alta densidad de construcción.
El estudio recurrió a datos satelitales que van de 2001 a 2020. En estudios anteriores se habían analizado casos específicos de ciudades o eventos lluviosos. Este es el primer acercamiento de escala global, de acuerdo con Xinxin Sui, quien participó en el estudio y es estudiante de doctorado en la Escuela de Ingeniería Cockrell.
“En general, encontramos que más del 60% de estas ciudades globales tienen más precipitaciones (que el campo circundante). Luego comparamos con diferentes zonas climáticas y encontramos que si el clima local es más caliente, si es más húmedo, entonces puede tener una anomalía de precipitación mayor en comparación con las ciudades en lugares más fríos y secos”, explica al medio digital Phys.org Sui.
Las ciudades con mayores anomalías que se reconocieron en el estudio son la citada Houston en Estados Unidos; Ho Chi Minh en Vietnam; Kuala Lumpur en Malaysia; Lagos en Nigeria; y el área metropolitana de Miami-Fort Lauderdale-West Palm Beach en Estados Unidos.
De acuerdo con Dev Niyogi, quien es profesor en la Escuela de Geociencias Jackson y la Escuela de Ingeniería Cockrell, las zonas urbanas toman la lluvia de un lugar y la concentran en otro. Este efecto es similar al de una esponja cuando se exprime.
“Si pellizcas una parte de la esponja, el agua baja más fuerte desde un lado. La cantidad de agua en la esponja es la misma, pero porque ahora tienes esa dinámica de apretar la atmósfera, tienes más capacidad para sacar el agua de ese lugar”, explica Niyogi.
En el estudio se reconocieron algunas excepciones a esta tendencia a registrar mayor volumen de lluvias en las ciudades. Ocurre en ciudades que se ubican en valles y en tierras bajas, ahí los patrones de precipitación son controlados por las montañas cercanas.
La lista de ciudades que no siguen la tendencia de acumular mayor cantidad de lluvias incluye a Seattle en Estados Unidos, Kyoto en Japón y Yakarta en Indonesia. En ellas no se reconoce el efecto de isla húmeda urbana.
Liang Yang, quien es profesor de la Escuela Jackson y participó en el estudio explica que las construcciones juegan un papel importante en este fenómeno. Los edificios altos son un freno para la velocidad del viento. Esto crea una convergencia del aire hacia el centro de la ciudad.
“Los edificios mejoran aún más esta convergencia al disminuir los vientos, lo que resulta en un movimiento ascendente del aire más fuerte. Este movimiento ascendente promueve la condensación del vapor de agua y la formación de nubes, que son condiciones críticas para producir lluvias y precipitaciones”, explica Yang.
De acuerdo con los investigadores, la población tiene una correlación mayor con las anomalías en la precipitación urbana que otros factores como los medioambientales o la urbanización en sí. Esto se debe a que la urbanización tradicionalmente forma áreas urbanas más densas y altas. Además, aumenta la emisión de gases de efecto invernadero, lo que aumenta la temperatura.
Este fenómeno se suma a los efectos del cambio climático. Los hallazgos de los investigadores de la Universidad de Texas indican que las ciudades deben prepararse para afrontar las cada vez más frecuentes inundaciones.