La ciencia en la charrería Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
15 septiembre, 2024
Aunque los deportistas mexicanos resaltan en distintas disciplinas en competencias internacionales, el deporte mexicano por excelencia es la charrería. Quienes la practican aplican distintas disciplinas científicas.
Este deporte combina la habilidad de los charros con animales como caballos, yeguas y toros, además de accesorios como la cuerda. Esta combinación convierte a la charrería en laboratorio con todo tipo de experimentos.
Un deporte mexicano
Durante la colonia el uso de caballos estaba permitido únicamente para los españoles. Esto llevó a los demás habitantes de la Nueva España a probar sus habilidades para participar en las actividades ganaderas. Con el tiempo las normas se fueron flexibilizando y otros grupos étnicos pudieron acceder a los caballos.
El caballo es un animal que a lo largo de la historia ha vivido un proceso de domesticación. Un estudio publicado por la revista científica Cell en 2019 analizó el genoma de los caballos en los últimos 5 milenios.
Aunque pareciera que nuestra especie ha convivido con caballos desde siempre, muchas de las características actuales son muy recientes. Por ejemplo, la carrera de velocidad en distancias cortas es una habilidad que los caballos adquirieron hace aproximadamente 1,500 años.
Otro detalle interesante es que entre los últimos 2 y 3 siglos se ha reducido de forma importante la diversidad genética de los caballos. Los investigadores creen que esto se debe a la aparición del concepto de “raza pura”.
En los últimos 200 años el genoma de los caballos se ha modificado más que en los 4,000 años previos. La reducción genética en los caballos se estima entre el 14 y el 16% de su diversidad.
Los caballos que se usan actualmente para deportes como la charrería son muy distintos a los que conocieron nuestros antepasados hace apenas un par de milenios. Así que muchas de las cualidades que ahora reconocemos como típicas de un caballo de charrería podrían ser completamente desconocidas para caballos que vivieron durante la época del imperio romano, por ejemplo.
Los charros realizan distintas suertes con asistencia de caballos. Entre ellos está la cala de caballo, donde se pone a prueba el galope, la carrera y las posturas. Como la charrería se practica en espacios cerrados similares a las plazas de toros, podemos imaginar que un caballo de hace más de 1,500 años tendría problemas para realizar esta suerte.
Otras suertes charras incluyen yeguas, que son las hembras de caballo. Entre ellas están los piales en el lienzo, el jineteo de yegua y el paso de la muerte. Esta última suerte es una de las más complicadas y visualmente atractivas debido a que el charro pasa de una yegua mansa a otra sin domar, esto lo hace sin equipo de protección.
Uno de los accesorios básicos de los charros son sus cuerdas. En la época en que surgió la charrería era un instrumento indispensable para trabajar con los animales. Como dato curioso, no se sabe exactamente donde apareció la charrería, algunos autores señalan al estado de Hidalgo, otros a Puebla y algunos más a la capital del país. Durante el virreinato se extendió por todo el país y se convirtió en una atracción popular.
El uso de cuerdas es similar al de los vaqueros estadounidenses; las actividades que se realizaban originalmente tenían mucho en común. Sobre el uso que se le da a la cuerda en las suertes, el campeón de lazo de Colorado, Craig Ingram, menciona que incluye mucha ciencia como geometría, velocidad, ritmo y fuerzas centrífugas.
El físico Pierre-Thomas Brun de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) de Suiza ha hecho demostraciones de aplicación matemática en las suertes con cuerda. Hace poco más de una década participó en una reunión de la Sociedad de Física de Estados Unidos en Denver con una demostración de “física de vaqueros”.
Brun considera que muchos aspectos de la vida cotidiana comparten modelos matemáticos con las suertes con cuerda. Entre ellos está el pelo, los hilos textiles, el ADN, los cables submarinos de banda ancha o la miel.
La charrería comenzó a considerarse deporte a partir del siglo XX pero su popularidad comenzó mucho antes. En 1984 un grupo de charros mexicanos viajó a Estados Unidos para participar en concursos mostrando sus habilidades y ganando popularidad. Posteriormente, en 1900 se realizó un viaje similar para mostrar la charrería mexicana en Europa.
Para 1923 existían asociaciones de charros por todo el país y comenzaron a realizarse competencias oficiales. A mediados del siglo anterior el emperador Maximiliano impulsó la charrería y se cuenta que la vestimenta que reconocemos como típica se estableció durante su gobierno.
La charrería es un deporte que cualquiera en el mundo reconoce como mexicano. Existe gracias a diversos fenómenos científicos. Conocer algunos detalles de ellos hará que los disfrutes más la próxima vez.
Fuentes
Suertes Charras: Orígenes, Historia y Clases Principales
La ciencia que hace girar el lazo de los vaqueros
El ADN de los caballos reconstruye la historia de su domesticación