La NOAA predice un incremento en las temporadas de huracanes activas Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
26 noviembre, 2024
Los ciclones tropicales causan daños severos en muchos sentidos, su costo en vidas, daño de infraestructura y pérdidas económicas es alto. Por eso es importante mejorar la efectividad de las predicciones para naciones como Estados Unidos.
Un artículo publicado recientemente en la revista Science Advances señala que la frecuencia de las temporadas extremadamente activas de huracanes en el Océano Atlántico incrementará. Los participantes en el estudio trabajan para la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense (NOAA, por sus siglas en inglés).
Una gran variabilidad para mediados de siglo
Los resultados de la investigación apuntan a escenarios extremos. Tanto las temporadas muy activas como las poco activas serán más comunes. Lo que solemos comprender como temporadas normales de huracanes serán cada vez menos frecuentes.
El estudio se enfoca en los cambios a futuro de la energía ciclónica acumulada (ACE) en el Atlántico Norte. Los investigadores de la NOAA se enfocaron en los cambios y el impacto del cambio climático en intervalos de dos años.
Al analizar los años recientes, se encontró que desde la década de los 90 son más comunes tanto las temporadas activas como las inactivas. De acuerdo con los modelos informáticos, para la mitad de este siglo la variabilidad podría incrementar en un 36%. La zona donde este cambio será más pronunciado será al centro del Atlántico Norte, en la región del trópico.
Los cambios en la actividad durante la temporada de huracanes se relaciona con cambios en los patrones del viento y la temperatura. Para que se forme un ciclón tropical deben coincidir varias condiciones atmosféricas y oceánicas como una perturbación preexistente en el clima, aguas oceánicas cálidas (superior a 26 grados Celsius), actividad de tormentas eléctricas y cizallamiento bajo (que es una diferencia entre la velocidad del viento en la parte baja y alta del huracán).
Los cambios en la cizalladura vertical del viento y en la estabilidad atmosférica influyen en los cambios en la variabilidad de la temporada de huracanes en el Atlántico. A esto se suma la diferencia de temperatura entre el Pacífico y el Atlántico.
Las categorías que usa actualmente la NOAA y otras instituciones para describir la actividad de huracanes considera tres niveles: por encima de lo normal, normal y debajo de lo normal. La proyección a futuro es que los dos extremos sean cada vez más comunes.
De forma práctica, esta diferencia entre las temporadas muy activas y las poco activas complica la elaboración de pronósticos precisos. Al mismo tiempo, evita que se tomen medidas de prevención adecuadas y oportunas.
Las acciones preventivas para una temporada muy activa y para una poco activa son distintas. Esto será cada vez más difícil de preparar si la variabilidad aumenta entre cada temporada de huracanes.
Como resultado, las comunidades costeras en áreas afectadas por huracanes deben prepararse ante el riesgo de una temporada muy activa. Sin embargo, estas precauciones no siempre serán necesarias y reconocer las condiciones para cada situación se vuelve cada vez más complicado.