En Urano y Neptuno puede estar lloviendo diamantes Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Sí, leíste bien.
Tal vez aquí en la Tierra es imposible que del cielo cayeran grandes y hermosos diamantes, pero en otros planetas esto podría ser una realidad. Desde hace tiempo algunos científicos creen que este fenómeno podría ser bastante común en los gigantes de hielo Urano y Neptuno.
Las características atmosféricas de otros planetas son sumamente distintas a las nuestras, es por esto que las circunstancias naturales de otros mundos pueden resultar muy extravagantes para nosotros, aunque se trate de los mismos elementos que existen aquí en la Tierra.
Tal es el caso de la lluvia de diamantes que tal vez experimenten Urano y Neptuno. Ambos mundos cuentan con pequeños núcleos rocosos rodeados por un manto de agua, amoniaco y hielos de metano (recordemos que el metano es un hidrocarburo compuesto por hidrógeno y carbono) con una espesa atmosfera, que en conjunto podrían estar creando su propia lluvia de diamantes. ¿Tú lo crees? Pues los científicos pusieron a prueba esta teoría.
Neptuno. NASADominik Kraus, científico del laboratorio Helmholtz Zentrum Dresden-Rossendorf en la ciudad de Dresden, Alemania, y autor principal de este estudio, dijo en un comunicado de prensa que presenciar los resultados había sido de “los mejores momentos de su carrera”.
Como sus sobrenombres lo indican, estos dos planetas son realmente helados en la parte superior de su atmósfera, gracias a la distancia tan alejada que se encuentran del Sol; sin embargo, mientras más cerca del núcleo, la temperatura aumenta considerablemente por la inmensa presión que existe sobre el interior. Tomando en cuenta la temperatura y la gran presión que existe, en teoría, el hidrogeno y el carbono de la atmósfera podrían resultar en una lujosa lluvia de diamantes, a unos 8,000 km por debajo de la superficie exterior de la atmósfera.
Para replicar estas condiciones, los científicos tuvieron que recrear circunstancias bastante complicadas pues se requería de una muy, pero muy alta temperatura y mucha, pero mucha presión. Los investigadores utilizaron un láser muy intenso para enviar ondas de choque superpuestas a través de un plástico hecho de hidrógeno y carbono que simulaban estos compuestos de metano. Estas ondas de choque crearon por un breve instante una presión y una temperatura comparable a la que se vive dentro del gigante de hielo.
Lo que pasó a continuación dejó perplejos a los investigadores, pues ¡oh sorpresa!, a pesar del poquísimo tiempo que duró el experimento, diminutos diamantes brotaron de inmediato.
Y te sorprendería a ti también cuando te enteres que todo este experimento se llevó a cabo en una cuatrillionésima de segundo. Se necesitaron 50 pulsos de femtosegundos (un femtosegundo es una milbillonésima parte de un segundo) de la fuente de rayos X más potente de la Tierra –la Linac Coherent Light Source (LCLS,– para poder capturar el momento exacto en que los átomos de carbono del plástico se separaron y unieron fuerzas para formar minúsculos diamantes, de tan solo unos nanómetros de ancho, es decir una milmillonésima parte de un metro.
A pesar de que aquí en la Tierra solo se pudieron crear pequeñísimas piedras preciosas, se esperaría que bajo las condiciones más estables de ambos planetas se estuvieran creando piedras mucho más grandes. Estos diamantes extraterrestres pueden pasar millones de años formándose hasta pesar millones de quilates. Lamentablemente, con el paso del tiempo se hunden hacia el núcleo, tal como la lluvia en nuestro mundo. Que pena no poder volar hasta allá y tomar por lo menos la mitad de uno, ¿no crees?.
No obstante, nadie podría estar seguro de esto, ya que las capas externas, gaseosas pero lodosas, de estos últimos dos planetas son tan gruesas que ninguna sonda terrestre ha logrado observar lo que pasa en su interior. Así que mientras los científicos siguen inhabilitados a explorar estos gigantes helados, este tipo de experimentos sirven para que podamos imaginar un poco lo que pueden estar viviendo nuestros vecinos uranianos y neptunianos.
¿Y si reconsideramos mudarnos a uno de estos planetas en lugar de a Marte?