¿Qué tiene que decir la ciencia sobre la prueba nuclear de Corea del Norte? Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
9 abril, 2017
Por: Deyanira Almazán
El pasado domingo 3 de septiembre, alrededor de las 3:36 GMT, algunos sismógrafos alrededor del mundo detectaron lo que parecía ser una detonación subterránea de una bomba atómica en Corea del Norte.
De acuerdo al Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), el evento fue equivalente a un terremoto de magnitud 6.3. Ocho minutos después, un segundo sismo de magnitud 4.1 parecía indicar el colapso de un túnel en el mismo sitio.
El evento sucedió cerca de la base de pruebas nucleares Punggye-ri, escenario en donde Corea del Norte realizó cinco ensayos atómicos en años anteriores, pero ninguno tan poderoso como el del pasado domingo, que de acuerdo al centro sismológico noruego Norsar, corresponde a una detonación de 120 kilotones (unas siete veces el tamaño de la bomba que destruyó Hiroshima en 1945).
De esta manera, el régimen de Corea del Norte aseguró a través de su agencia oficial que la prueba fue llevada a cabo para determinar “la exactitud y credibilidad de su bomba de hidrógeno que pudiera colocarse en un misil de alcance internacional”.
Kim Jong Un examina un artefacto en un lugar no revelado en una foto sin fecha publicada por la agencia de noticias oficial de Corea del Norte. (AFP / Getty Images)
A pesar de que algunos expertos aseguran que es improbable que Corea del Norte conozca esta tecnología, y que probablemente se trate de una pantalla propagandística, este potente ensayo, aunado a los por lo menos cuatro misiles balísticos que este país ha lanzado en poco más de una semana –incluyendo uno que sobrevoló Japón-, confirman que el régimen que lidera Kim Jong Un está aumentando la capacidad destructiva de su arsenal nuclear, algo que con justificada razón pone a temblar no sólo a Estados Unidos, sino a la comunidad internacional.
Así que ¿qué tiene que decir la ciencia sobre estas pruebas nucleares?
Terremotos vs. bombas
Cualquier tipo de terremoto o explosión, ya sea natural o artificial, produce diferentes tipos de ondas de choque que viajan a través de la Tierra y pueden ser detectadas por los sismómetros, que pueden medir movimientos muy pequeños.
Las ondas causadas por los terremotos difieren de las producidas por las explosiones. Los terremotos liberan ondas primarias o compresionales (P) y ondas secundarias (S), producidas por el movimiento o deslizamiento a lo largo de una falla. Estas ondas viajan a través de la tierra y llegan a tiempos ligeramente diferentes. El verdadero daño en un terremoto viene de las ondas S que viajan a lo largo de la superficie terrestre y son las últimas en llegar.
Por el contrario, una explosión, como la sucedida el domingo, genera una “esfera” de ondas compresionales que viajan en todas direcciones. En este caso el sismógrafo mostrará una señal fuerte y brusca de ondas P. Además, una explosión subterránea genera ondas superficiales menores que las esperadas en la mayoría de los terremotos.
Así que mientras que la explosión de una bomba nuclear puede ser de magnitud similar a un sismo moderado, se ven muy diferentes en los sismógrafos.
¿Qué es una bomba de hidrógeno y por qué el mundo esta tan preocupado?
Corea del Norte afirmó que la explosión del domingo fue diferente a sus cinco pruebas anteriores porque había detonado con éxito una bomba de hidrógeno. Sin embargo, algunos expertos sospechan que este país pudo haber probado una bomba atómica "reforzada". ¿Cuál es la diferencia?
Las bombas atómicas “normales”, como las que cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki, utilizan sólo la fisión nuclear para dividir átomos y producir energía. Tras la detonación, esta energía se libera dando por resultado una gran explosión.
Por el contrario, las bombas de hidrógeno (bomba H) utilizan la fusión nuclear – la unión de átomos- para liberar energía más explosiva. Estas armas "termonucleares" son tan poderosas que de hecho necesitan la fisión nuclear para arrancar el proceso de fusión. En otras palabras, las bombas de hidrógeno utilizan una bomba atómica para ponerse en marcha, por lo que se consideran mucho más poderosas que las atómicas.
Científicos estadounidenses detonaron la primer bomba de hidrógeno en 1952. En el Atolón de Enewetak, en el Océano Pacífico. Fue más de 500 veces más potente que las bombas que cayeron sobre Nagasaki e Hiroshima en 1945 y que mataron más de 200,000 civiles y militares.
En 1952 se detona un dispositivo nuclear en el Atolón de Eniwetok en las Islas Marshall.Crédito: Gobierno de los Estados Unidos
Las bombas de hidrógeno son al menos dos veces más potentes. Es por eso que todo el mundo está tan asustado sobre la posibilidad de que Corea del Norte tenga una bomba de hidrógeno y, por supuesto, la capacidad para enviarla a través de un misil de largo alcance.
¿Qué sigue?
Mientras los líderes del mundo intentan resolver la tensión geopolítica a través de amenazas, provocaciones o bien, negociaciones pacíficas y vías más diplomáticas, los analistas que asesoran a los gobiernos sobre armas nucleares estudiarán las ondas de choque de la explosión y buscarán rastros de gases nucleares que pudieran flotar en la atmósfera. Esos rastros podrían indicar si esta prueba fue realmente una bomba de hidrógeno, o quizás algo menos que un dispositivo termonuclear a gran escala -aunque pudiera llevar semanas en ser detectados-.
Pero aún si esta prueba sólo hubiera sido una bomba atómica sería suficiente para terminar con una ciudad entera, por lo que es algo que no debe tomarse a la ligera.
Pocas cosas son tan aterradoras como una guerra nuclear.