El Webb analizó a un exoplaneta similar a la Tierra Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
8 septiembre, 2025
TRAPPIST-1 e es un exoplaneta que realiza su órbita alrededor de una enana roja. Aunque su entorno es muy distinto al de nuestro sistema solar, despierta el interés científico por sus similitudes con la Tierra.
Actualmente el Telescopio Espacial James Webb lo observa para analizar su atmósfera. Un par de artículos científicos publicados recientemente exponen los resultados que se tienen hasta ahora, así lo menciona la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio estadounidense (NASA) desde su sitio oficial.
Un planeta parecido a la Tierra
TRAPPIST-1 e pertenece a un sistema en el que se conocen siete mundos de tamaño similar a la Tierra. Este exoplaneta despierta el interés de los investigadores porque se encuentra a una distancia adecuada para tener agua.
El planeta e se encuentra a una distancia suficiente de la estrella TRAPPIST-1 para que el entorno no sea ni muy caliente ni muy frío. Aunque en teoría es capaz de contener agua, esto depende de si tiene o no atmósfera.
Por eso se recurrió al Webb para observarlo. A través del Espectrógrafo de Infrarrojo Cercano (NIRSpec) es posible analizar su atmósfera. Para hacerlo basta esperar a que pase frente a su estrella para que la luz atraviese su atmósfera, si existe.
Con el instrumento NIRSpec es posible reconocer los químicos que existen dentro del planeta a partir del espectro de luz. Mientras más tránsitos se observen, más precisos serán los datos que se obtengan porque podrán compararse todas las observaciones.
“Los instrumentos infrarrojos de Webb nos están dando más detalles que nunca antes, y las cuatro observaciones iniciales que hemos podido hacer del planeta e nos muestran con qué tendremos que trabajar cuando llegue el resto de la información”, explica Néstor Espinoza del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial en Baltimore, quien pertenece al equipo de investigación.
Las observaciones que se tienen hasta ahora hacen suponer que la atmósfera actual del exoplaneta no es la primera que tuvo. La estrella de este sistema es muy activa y emite llamaradas con frecuencia.
Para los investigadores no es sorprendente que una atmósfera inicial con helio e hidrógeno haya sido arrasada por la radiación estelar. Incluso la Tierra formó una segunda atmósfera más pesada que la original. Sin embargo, existe la posibilidad de que TRAPPIST-1 e no haya sido capaz de formar una segunda atmósfera.
Las observaciones del Webb indican que la atmósfera del planeta, si realmente lo es, está dominada por el dióxido de carbono. Un par de planetas en nuestro sistema solar se encuentran en condiciones similares: Venus y Marte. Sin embargo, las condiciones del sistema de TRAPPIST-1 son muy diferentes a los alrededores de nuestro Sol.
Los investigadores consideran que si existe agua líquida en TRAPPIST-1 e, esta vendría acompañada de un efecto invernadero. Varios gases influirían en esta condición, principalmente el dióxido de carbono. Esta sería la forma en que la atmósfera podría mantenerse estable y el planeta se conservaría caliente.
Las órbitas de los planetas en el sistema TRAPPIST-1 son cercanas a la estrella. Además, el tamaño de los planetas hace pensar a los investigadores que todos ellos tienen un lado que siempre ve de frente a la estrella y otro que siempre está en sombra.
De ser así, el agua del planeta e podría formar un océano global. Otra posibilidad es que cubra una zona pequeña del planeta que se mantenga en medio día de forma permanente, en este caso estaría rodeada de hielo.
Las observaciones no han terminado. Además, se ha propuesto una nueva fuente de datos. El Webb ha observado de forma simultánea a los planetas b y e del sistema TRAPPIST-1. Con esto se tienen datos de 15 observaciones más.
Por ahora se consideran posibilidades sobre la existencia de una atmósfera en el planeta e del sistema TRAPPIST-1. Con más datos será posible confirmar si realmente tiene una atmósfera que permita la existencia de agua. Por ahora es un candidato importante para ser un planeta habitable.