4 décadas después del terremoto de 1985 Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
12 septiembre, 2025
La Ciudad de México ha sufrido todo tipo de cambios y uno de los más importantes ocurrió el 19 de septiembre de 1985. Este año se cumplen 40 años y como cada año habrá un simulacro nacional.
Fuera de los escombros, este evento marca un antes y un después en la sociedad mexicana. Además de la cultura de prevención y las regulaciones de construcción, las personas que hemos habitado la ciudad en las últimas 4 décadas hemos coexistido con la posibilidad de nuevos temblores.
El inicio de un mito moderno
El 19 de septiembre de 1985 ocurrió un movimiento sísmico en las costas de Michoacán, su magnitud fue de 8.1. Al día siguiente ocurrió uno más en las costas de Guerrero con magnitud 7.6. Algunos más han ocurrido en fechas cercanas desde entonces.
En 2017 los habitantes de la Ciudad de México vivieron un recordatorio de los riesgos sísmicos. El 7 de septiembre desde el centro del país se sintió un nuevo temblor, su magnitud fue de 8.2. El 19 de septiembre de ese mismo año ocurrió un nuevo movimiento sísmico en el Golfo de Tehuantepec que se sintió en el centro del país, su magnitud fue de 7.1.
Pocos años después, el 7 de septiembre de 2021 ocurrió uno de magnitud 7.1 en las costas de Guerrero. Con este se completa una lista de cinco temblores a lo largo de varias décadas que han creado la idea en muchas personas de que septiembre es un mes marcado por terremotos.
Si lo vemos estadísticamente, 5 temblores con magnitud igual o mayor a 7 en 4 décadas es una cifra pequeña. Sin embargo, la cercanía de las fechas refuerza la idea popular de que septiembre es un mes con predisposición a que la tierra se sacuda. Como muchas otras creencias del dominio público, no tiene sustento científico.
Hay todo tipo de mitos en torno a septiembre y los sismos. Entre ellos está el fragmento del himno nacional: “y retiemble en sus centros la tierra”, ignorando que la letra continúa relacionando ese movimiento con el disparo de un cañón. También hay quienes culpan al calor de la temporada, otros a las lluvias. Algunos más citan a la supuesta “ley de la atracción”; creen que hablar de temblores invoca más temblores.
Ninguna de estas creencias difundidas con frecuencia en las redes tiene fundamento. Sin embargo, cuando una creencia está ampliamente difundida las personas comienzan a crear sesgos para “confirmar” en cada ocasión que sea posible. Por ejemplo, cuando se recuerdan 5 temblores con magnitud mayor a 7 el mismo mes durante 40 años. Incluso si se distribuyeran geométricamente, uno cada 8 años, sería una coincidencia poco significativa.
¿Por qué tiembla?
El investigador de la UNAM Raúl Valenzuela Wong, explica en una entrevista que le realizó la Gaceta de aquella universidad, que los factores que la gente imagina no influyen en la formación de sismos. Estos se producen a decenas de profundidad bajo tierra. Ni la lluvia, ni el calor, ni el frío podrían tener algún efecto en ellos.
Los sismos ocurren por liberación repentina de energía. Duran poco y su intensidad es variable. Así los describe el Servicio Geológico Mexicano (SGM) en su página web. La principal causa de estos eventos es la interacción entre placas tectónicas, aunque no es la única.
México se encuentra en el cruce de diferentes placas tectónicas. Cerca de la frontera sur se encuentra la placa del Caribe, junto a ella sobre el Océano Pacífico se encuentran las placas de Cocos y del Pacífico. La mayor parte de nuestro país se ubica sobre la placa de América del Norte.
Cualquier proceso geológico que concentre una gran cantidad de energía entre las rocas puede provocar un movimiento sísmico. El SGM las clasifica de la siguiente forma:
- Tectónica. Se producen por el comportamiento de las placas tectónicas, abarcan grandes extensiones y son la causa más común de los temblores.
- Volcánica. Cuando una erupción es violenta, provoca sacudidas en el suelo. Su área de acción es menor que los movimientos tectónicos.
- Hundimiento. Ocurre cuando las aguas subterráneas han erosionado la corteza. Entonces, el suelo cede ante el peso de la parte superior. Además de ser poco frecuentes, afectan a un área pequeña.
- Deslizamientos. Otro caso poco común ocurre cuando el peso de las montañas provoca que estas se aplanen. Ocurre sobre fallas geológicas y son de baja magnitud.
- Explosiones atómicas. Esta es una causa de origen humano. Este tipo de explosiones tienen como efecto movimientos sísmicos.
El tipo de roca donde ocurre la acumulación energética también influye. Además las condiciones ambientales, de temperatura y presión, propician que estas se comporten de forma elástica o plástica.
Cuando se aplica una fuerza pequeña, la roca se mantiene elástica. En cambio, si se aplica una gran fuerza podría deformarse e incluso romperse y así surge una falla.
A lo largo de la falla la energía puede moverse libremente y la roca puede tomar su forma original de forma súbita. Con este movimiento se producen ondas sísmicas que viajan a través de la corteza y forman un sismo.
Este proceso fue estudiado a principios del siglo pasado. H.F. Reid observó los efectos del terremoto de San Francisco en 1906. Lo llamó repercusión elástica. Posteriormente se han realizado otros estudios que lo confirman.
Vivir entre temblores
México se ubica en una zona sísmica. Así como pueden ocurrir terremotos en septiembre, también pueden suceder en cualquiera de los otros 11 meses. De ahí la importancia de la cultura de la prevención. Si estamos preparados para actuar ante un sismo, no importa la época del año, nos mantendremos a salvo.
A diferencia de 1985, ahora se realizan simulacros y se educa a la población desde edades tempranas para que sepa cómo reaccionar ante un temblor. Instituciones como el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC), el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) y el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico A.C. son algunos ejemplos de la importancia de este asunto para la sociedad mexicana.
Actualmente se monitorea la actividad sísmica del país. En caso de un movimiento sísmico de gran magnitud contamos con la alerta sísmica. Difícilmente México vivirá una tragedia como la de hace 40 años aunque la tierra siga sacudiéndose bajo nuestros pies.
Fuentes
SISMOS: Causas, características e impactos
¿Sucederá de nuevo en septiembre? Mitos y creencias detrás de los sismos
Terremoto de México de 1985, cambió a la sociedad y mostró la solidaridad de su población