Nobel de Economía 2025: la ciencia como motor del progreso Copiar al portapapeles
POR: Deyanira Almazán
14 octubre, 2025
En ChemaTierra, dedicados a la divulgación de las ciencias de la Tierra y el espacio, no imaginamos que algún día estaríamos escribiendo sobre el Premio Nobel de Economía. Pero este 2025, el galardón nos toca de cerca: reconoce que la ciencia y el conocimiento son la base misma del crecimiento económico.
El premio fue otorgado a Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt por sus investigaciones sobre cómo la innovación impulsa el desarrollo sostenido y continuo, algo que en el pasado no sucedía.

Antes, las economías crecían a “golpes”: un invento revolucionario provocaba un salto de productividad, pero después venían décadas de estancamiento. Hoy, en cambio, vivimos un fenómeno distinto: desde mediados del siglo XX las economías desarrolladas han crecido de manera sostenida, es decir, a un ritmo constante que ronda entre el 1% y 3% anual. Puede parecer poco, pero acumulado significa multiplicar varias veces el nivel de vida en una o dos generaciones.
Este cambio radical, de acuerdo con los ganadores, se explica por la capacidad de las sociedades para generar, organizar y aplicar conocimiento científico. Cada avance abre el camino para el siguiente, y así el progreso ya no depende de un golpe de suerte histórico, sino de un ecosistema donde la ciencia y la innovación alimentan un motor que nunca se apaga.
Mokyr y la “cultura del crecimiento”
Joel Mokyr, historiador económico, ha mostrado que el progreso sostenido no depende únicamente de recursos materiales como el carbón o las fábricas, sino de una cultura que valora la ciencia, la curiosidad y la innovación. En su visión, las pequeñas mejoras técnicas —las llamadas micro-invenciones— suelen surgir de la expansión del mercado y la especialización, pero los grandes saltos tecnológicos —las macro-invenciones— requieren algo más: un cambio en la forma de pensar y de combinar saberes.
La clave, señala Mokyr, está en el encuentro entre el conocimiento científico, que explica cómo funciona el mundo, y el saber práctico de artesanos e ingenieros. Cuando estos dos tipos de conocimiento se alimentan mutuamente, aparecen innovaciones capaces de transformar a la sociedad. Muchas de las invenciones decisivas de la historia solo pudieron consolidarse cuando encontraron un fundamento científico que explicara por qué funcionaban.
Aghion y Howitt: la dinámica de la innovación
Mientras Mokyr nos recuerda la importancia cultural del conocimiento, Philippe Aghion y Peter Howitt construyeron un modelo teórico que explica cómo la innovación y la competencia interactúan para generar crecimiento económico continuo.
En su modelo, cada nueva tecnología desplaza a la anterior en un proceso conocido como “destrucción creativa”: las empresas deben innovar para sobrevivir y, al hacerlo, generan un ciclo que mantiene a la economía en movimiento. Este enfoque muestra que la inversión en investigación y desarrollo (I+D) no es un lujo, sino una necesidad estructural para cualquier país que busque prosperar en el largo plazo.
Además, su trabajo conecta la innovación con las políticas públicas: regular monopolios, promover la competencia y estimular la inversión en ciencia se convierte en condición indispensable para que los descubrimientos se conviertan en bienestar colectivo.
Ciencia, divulgación y futuro
El Nobel de 2025 envía un recordatorio contundente: la ciencia no es un accesorio cultural, sino la base misma del desarrollo económico y social. Sin conocimiento acumulado, compartido y aplicado, no hay innovación posible; y sin innovación, el crecimiento se estanca.
Esto nos invita a repensar el papel de la ciencia en nuestras sociedades: invertir en educación, fomentar la investigación, pero también hacer circular el conocimiento mediante la divulgación y la cultura científica. Cada niña y niño que se acerca a la ciencia no sólo abre la puerta a una vocación, sino que se convierte en parte de ese ecosistema que sostiene el progreso.
Un premio con resonancia global
En tiempos en que los retos planetarios —como el cambio climático, la transición energética o la crisis del agua— demandan soluciones urgentes, este Nobel recuerda que la clave no está en elegir entre economía o ciencia, sino en comprender que ambas están profundamente entrelazadas. La prosperidad del futuro dependerá de nuestra capacidad para producir, organizar y compartir conocimiento.
Fuentes:
The Nobel Prize. The Prize in Economic Sciences 2025 – Press release. NobelPrize.org, 14 de octubre de 2025. https://www.nobelprize.org/prizes/economic-sciences/2025/press-release/
Nature. Economics Nobel goes to growth theorists who put innovation centre stage. Nature (2025). https://www.nature.com/articles/d41586-025-03364-2
Anton Howes. Age of Invention: Joel Mokyr’s Nobel. Age of Invention (2025). https://www.ageofinvention.xyz/p/age-of-invention-joel-mokyrs-nobel