Una estrella casi intacta del universo primitivo Copiar al portapapeles
POR: Deyanira Almazán
27 octubre, 2025
Entre miles de millones de estrellas que pueblan el cielo, los astrónomos acaban de encontrar una que parece venir directamente del amanecer del cosmos. Se llama SDSS J0715-7334 y fue descubierta en el halo de la Gran Nube de Magallanes, una de las galaxias vecinas más cercanas a la Vía Láctea.
Pero lo que la hace especial no es su ubicación, sino su composición: es, hasta donde sabemos, una de las estrellas más “puras” que existen, prácticamente intacta desde los primeros tiempos del universo.
El significado de una estrella “pobre en metales”
En astronomía, cuando se habla de “metales” no se hace referencia al hierro, al cobre o al oro que conocemos en la Tierra, sino a todos los elementos más pesados que el helio. Después del Big Bang, el universo estaba formado casi exclusivamente por hidrógeno y helio. Todos los demás elementos —los que hacen posibles los planetas, la vida y, por supuesto, los minerales que extraemos hoy— se forjaron dentro de las estrellas. Cada vez que una estrella moría y explotaba, esparcía al espacio estos nuevos elementos, enriqueciendo lentamente el cosmos.
Por eso, cuanto más vieja es una estrella, menos “metales” tiene en su composición. SDSS J0715-7334 es una cápsula del tiempo: su contenido de hierro es unas veinte mil veces menor que el del Sol. En términos astronómicos, eso significa que casi no ha sido “contaminada” por generaciones anteriores de estrellas. A diferencia de otras estrellas extremadamente pobres en metales que suelen mostrar un exceso de carbono —un elemento que a veces enmascara su verdadera pobreza química—, esta no lo tiene. Es un fósil estelar en estado puro.
Una reliquia del primer universo
El hallazgo fue posible gracias a observaciones detalladas del espectro de la estrella, es decir, la huella de luz que revela de qué está hecha. Los astrónomos descubrieron que sus patrones químicos coinciden con los restos de una sola supernova ocurrida hace miles de millones de años, probablemente de una estrella que tenía unas treinta veces la masa del Sol. La energía liberada por aquella explosión sembró el gas del que nació SDSS J0715-7334, conservando la firma química del universo en su infancia.
Lo asombroso es que una estrella con tan poca cantidad de metales haya podido formarse. Los modelos tradicionales de formación estelar suponían que, para que una nube de gas se enfríe y colapse formando estrellas pequeñas y estables, se necesita una cierta cantidad de elementos pesados que ayuden a dispersar el calor. Sin embargo, este descubrimiento demuestra que el enfriamiento también puede ocurrir mediante el polvo cósmico, incluso cuando la materia es casi completamente “virgen”. En otras palabras, las primeras estrellas del universo pudieron haber formado descendientes de baja masa mucho antes de lo que imaginábamos.
El tesoro oculto de las galaxias vecinas
Encontrar una estrella así en el halo de la Gran Nube de Magallanes también nos recuerda que los fósiles del universo temprano no están confinados a la Vía Láctea. Las galaxias satélite que orbitan alrededor de la nuestra podrían esconder muchas más reliquias como esta, vestigios de una era en la que el cosmos apenas empezaba a fabricar los ingredientes de la vida.
Los astrónomos llaman a este tipo de estudios “arqueología estelar”. Igual que un geólogo examina las capas de roca para reconstruir la historia de la Tierra, los astrofísicos analizan la química de las estrellas para entender cómo evolucionó el universo. Cada una cuenta una parte de la historia: cómo se forjaron los elementos, cómo se formaron las primeras galaxias y, finalmente, cómo surgió la materia de la que estamos hechos.
Un fósil de luz
SDSS J0715-7334 no brilla tanto como las grandes supergigantes ni es visible a simple vista, pero su luz contiene un relato más valioso que cualquier joya: el de un cosmos recién nacido, cuando las primeras chispas de hidrógeno empezaron a encenderse y a construir, átomo por átomo, todo lo que hoy conocemos.
Fuentes:
Chiti, A., et al. (2025). A nearly pristine star from the Large Magellanic Cloud. arXiv:2509.21643v1
ESO / NASA / SDSS Collaboration
