Diciembre 2025: nueve citas celestes imperdibles Copiar al portapapeles
POR: Deyanira Almazán
1 diciembre, 2025
Diciembre de 2025 ofrece un calendario celeste lleno de momentos especiales. Si llevas los ojos al cielo, podrías toparte con una luna brillante, lluvias de meteoros intensas, planetas resurgiendo en el amanecer y —con suerte y buen equipo— un cometa interestelar. A continuación, los nueve eventos destacados que conviene tener presentes.
Superluna
El primer espectáculo del mes llega el 4 de diciembre (UTC), con la Superluna — la luna llena tradicional de diciembre, también conocida como “Cold Moon” — que coincidirá con su perigeo, es decir, el punto más cercano de su órbita a la Tierra. Esto la hará verse hasta un 14 % más grande y 30 % más brillante de lo habitual. Esa noche, justo al atardecer, la Luna alzándose en el este será un objeto digno de admirar.
Mercurio mayor elongación occidental
Solo tres días después, el 7 de diciembre, el planeta Mercurio alcanzará su mayor elongación oeste —es decir, su máxima separación angular del Sol desde nuestra vista— lo que lo convierte en el mejor momento del mes para observarlo al amanecer, asomándose sobre el horizonte en el cielo oriental antes de que salga el Sol.
Lluvia de estrellas gemínidas
El fin de semana del 13–14 de diciembre toca el gran evento: la lluvia de estrellas Geminidas, considerada la más espectacular del año. El pico se espera entre la noche del 13 y la madrugada del 14, con posibilidad de ver hasta 120 meteoros por hora bajo cielo oscuro y sin interferencia de Luna. Este año, la Luna estará en fase menguante, lo que mejora mucho las condiciones de observación.
Lo ideal: acostarse o recostarse mirando al cielo, dejando que los ojos se adapten a la oscuridad, preferiblemente después de media noche. Los meteoros se verán en todo el cielo, aunque su radiante estará en la constelación de Géminis.
Nebulosa de Orión
El día 15 de diciembre — aunque no todos los calendarios lo señalan como algo visible a simple vista — está dentro de los días recomendados para una observación óptima de objetos de cielo profundo como la nebulosa de Orion, ya que las noches de diciembre y la posición de la constelación ofrecen buenas condiciones para verla desde latitudes medias durante el invierno boreal.
Cometa 3I/ATLAS
El 19 de diciembre de 2025, el cometa 3I/ATLAS realizará su paso más cercano a la Tierra, convirtiéndose en uno de los eventos astronómicos más comentados del mes. 3I/ATLAS es especial porque no es un cometa común del Sistema Solar, sino un objeto interestelar: un visitante proveniente de otro sistema planetario.
Su distancia mínima será de aproximadamente 1.79 unidades astronómicas, equivalente a más de 268 millones de kilómetros, lo que significa que seguirá siendo un objeto tenue incluso en condiciones óptimas. Sin embargo, los telescopios profesionales y algunos telescopios aficionados de gran apertura podrán detectarlo como una débil mancha elongada, con una cola poco contrastada.
Este paso del 19 de diciembre marca también el punto de máxima oportunidad para telescopios terrestres, ya que después de su acercamiento comenzará a alejarse del Sol y de la Tierra, debilitando su brillo. Se espera que diversos observatorios —incluyendo el JWST y telescopios ópticos como Subaru y VLT— realicen campañas de observación para estudiar su cola, su espectro químico y su estructura interna.
Solsticio de invierno
El 21 de diciembre de 2025 a las 09:03 UTC (03:03 en CDMX) ocurrirá el solsticio de invierno, un momento astronómico fundamental que marca el inicio oficial de la estación más fría en el hemisferio norte y el día con la noche más larga del año. Aunque solemos asociar el invierno con nubes, frío o festividades, el fenómeno en sí es puramente geométrico: ese día, la inclinación de la Tierra hace que el hemisferio norte apunte lo más lejos posible del Sol, provocando que la luz llegue con un ángulo más bajo y reduciendo significativamente la duración del día.
Durante el solsticio, el Sol alcanza su máxima declinación hacia el sur, iluminando directamente al Trópico de Capricornio. Desde nuestra perspectiva en México, ese amanecer y ese atardecer se sienten “extraños”: el Sol parece recorrer un arco más pequeño, se eleva menos en el cielo y su luz resulta más suave y dorada. Es también un periodo ideal para la observación astronómica porque las noches son más largas, más estables y—en muchas zonas—más frías, lo que reduce la turbulencia atmosférica y mejora la nitidez del cielo nocturno.
Lluvia de estrellas úrsidas
En la noche del 21 al 22 de diciembre ocurrirá una segunda lluvia de estrellas -aunque mucho más discreta que las Gemínidas- las úrsidas, con una tasa esperada de 5–10 meteoros por hora. Su fase relativamente tenue la convierte en una alternativa tranquila para cerrar el mes con algo de magia celeste.
Saturno y la Luna
Al acercarse a fin de mes, justo el 26 de diciembre, se producirá una conjunción entre la Luna y Saturno visible al atardecer. En latitudes favorables, puede ofrecer una imagen encantadora: una Luna creciente cerca de la tenue luz del planeta anillado.
Júpiter en su máximo esplandor
Finalmente, durante la última semana de diciembre, Júpiter, alcanzará uno de sus momentos de mayor luminosidad del año. Su disco brillante será visible desde temprano en la noche, dominando la región oriental del cielo y convirtiéndose en el objeto más destacado después de la Luna. Incluso con binoculares modestos será posible distinguir sus lunas galileanas alineadas a su alrededor, mientras que un pequeño telescopio revelará bandas nubosas y detalles atmosféricos que hacen de Júpiter un planeta especialmente agradecido para la observación invernal
