La NASA revela deslumbrantes imágenes del universo profundo Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
11 junio, 2017
Por: Alejandra Almed
Desde los inicios de la humanidad fuimos capaces de aprender sobre el universo solamente por lo que alcanzaban a ver nuestros ojos, hasta que en 1610, Galilileo Galilei apuntó por primera vez un telescopio al cielo. A partir de ahí nuestra noción del cielo y del mundo cambiaría para siempre. Un descubrimiento que permitió observar los anillos de Saturno, las lunas de Júpiter y la nebulosa que se extiende en medio de nuestro cielo, llamada Vía Láctea, que en realidad no es una nube sino un incontable número de estrellas.
A partir de ahí, los telescopios evolucionaron en cuanto a tamaño, complexión y por supuesto poder. En la década de 1920, Edwin Hubble utilizó el telescopio más grande y poderoso de aquella época para descubrir galaxias y mundos más allá de nuestra imaginación.
El Telescopio Espacial Hubble, en honor al susodicho, se lanzó al espacio en abril de 1990, marcando así el avance espacial más grande desde el telescopio de Galileo.
Hubble es el primer telescopio óptico importante puesto en el espacio. Esta equipado para tomar imágenes de varias longitudes de onda de luz con el fin de proporcionar mayor información de sus objetivos. El telescopio esta diseñado para capturar imágenes en luz infrarroja y ultravioleta, esto quiere decir que puede revelar información que no se puede ver con la luz visible. Ya que estas dos ondas de luz son invisibles para el ojo humano, las imágenes detectadas tienen que procesarse por los científicos, de tal manera que se le designen colores visibles a las longitudes de onda que no podamos ver.
Los científicos han utilizado este gran instrumento para conocer el universo que nos rodea, las estrellas, las galaxias más distantes, así como los planetas de nuestro propio vecindario. De hecho más de 15,000 investigaciones científicas han utilizado los datos obtenidos por Hubble, haciendo a este telescopio el instrumento científico más productivo hasta la fecha.
No obstante, el cielo ha sido observado durante décadas y han existido cientos de astrónomos y aficionados que pasan sus horas observando y descubriendo nuevos cuerpos en el cielo nocturno. Este es el caso del francés Charles Messier (1730–1817), que a su corta edad, el cielo fue su más grande pasión. En 1743 tres aficionados astrónomos descubrieron el cometa Klinkenberg-Chéseaux, que para finales de febrero 1744 había alcanzado su máximo brillo, siendo el objeto más brilloso del cielo sin contar al Sol y la Luna.
Este evento llamó la atención de Messier que gracias a su entrenamiento con la marina aprendió a utilizar herramientas astronómicas y se convirtió en un hábil observador del cielo para la edad de 21 años. Por sus esfuerzos fue promovido a astrónomo jefe del Observatorio Marino de Paris donde descubrió su pasión por los cometas, tanto que se ganó el nombre de “Cometa Ferrer” por el rey Luis XV.
EN 1758, Messier, estaba en proceso de observación de uno de sus cometas, cuando un objeto nebuloso lo distrajo. Viendo más detalladamente descubrió que éste no se trataba de un cometa, pues no viajaba a través del cielo. Para prevenir que sus colegas y los futuros astrónomos confundieran estos objetos con posibles cometas, Messier, comenzó un catálogo de “objetos a evitar” parecidos a los cometas.
Este objeto observado por Messier por primera vez, es conocido actualmente como NGC 1952, M1 (Messier 1) o Nebulosa del Cangrejo. Esta nebulosa se convirtió en el primer objeto del “Catalogo de Nebulosas y Cúmulos Estelares de Messier”. Para el día de su muerte, en el año de 1817, Messier había acumulado 103 objetos en su lista, utilizando varios telescopios y los descubrimientos de otros astrónomos colegas. En el siglo XX, el catálogo fue revisado y ahora son 110 objetos los que lo comprenden.
Este catalogo contiene algunos de los cuerpos celestes más fascinantes que se pueden observar en el cielo nocturno del hemisferio norte. Algunos de estos son lo suficientemente brillantes para ser observados con pequeños telescopios.
Para agosto de 2017, el telescopio Hubble ha observado y fotografiado 93 cuerpos de dicho catálogo. Muchas de estas fotografías muestran vistas completas de un objeto, mientras que otras tantas solo se enfocan en un punto especifico de interés. El Telescopio Espacial Hubble tienen un campo de visión relativamente pequeño, esto significa que en muchas ocasiones el telescopio tiene que capturar muchas exposiciones para conseguir un objeto completo. Por ejemplo, para crear una imagen de tan solo la mitad de la galaxia Andrómeda, designada como M31 del catálogo, Hubble tomó casi 7,400 exposiciones de la galaxia.
Este catalogo de cuerpos celestes se ha vuelto tan popular que ha inspirado a miles de astrónomos aficionados a encontrarlos todos. Inclusive existe un premio, otorgado por la Liga Astronómica (organización para astrónomas aficionados) a aquellos que logren detectar cada uno de estos objetos, y dándoles la oportunidad de ser parte del Club Messier.
Si tú también quieres formar parte de este increíble club o simplemente eres aficionado del cielo, no pierdas más tu tiempo, ya sea que utilices un telescopio normal, unos binoculares decentes o simplemente tus ojos, sal y descubre los 110 objetos del catalogo Messier. No olvides utilizar como guía los datos recopilados del Telescopio Espacial Hubble para profundizar tu comprensión de los cuerpos que vayas descubriendo .
Buena suerte y recuerda que si ya haz tenido la suerte de observar tan siquiera uno de los 110 objetos, no te olvides de contarnos.
Aquí te dejamos algunas de las fotografías publicadas por la NASA.
Messier 4 Crédito: ESA/Hubble y NASA Nebulosa del Águila. Crédito: ESA/Hubble & NASAMessier 20 Crédito: ESA/Hubble y NASA
Crédito: ESA/Hubble & NASA
Messier 100 Crédito: ESA/Hubble y NASA Galaxia del Huso. Crédito. ESA/Hubble y NASA