No, una tormenta geomagnética “masiva” no golpeará a la Tierra en marzo Copiar al portapapeles
POR: Deyanira Almazán
13 marzo, 2018
Seguramente ya escuchaste sobre la “masiva” tormenta geomagnética que se dirige hacia nuestro planeta este fin de semana y que podría llegar a afectarlo severamente. Antes de que corras por suministros y busques refugio, hay algo que aclararte… es relativamente falso.
Las notas sobre este tema abarcan todos los escenarios, desde una severa afectación a las comunicaciones, hasta un problema mayor por la coincidencia de la formación de “grietas equinocciales” en el campo magnético terrestre.
En palabras de Robert Rutledge, del Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC), “Esto es basura, francamente… no estoy seguro de qué sean las “griegas equinocciales”, el SWPC no utiliza ese término”.
Si bien la NOAA sí advierte sobre una tormenta magnética este 14 y 15 de marzo en la Tierra, ciertamente no se trata de una tormenta masiva.
La tormenta, conocida como tormenta geomagnética "G1", es en realidad la más pequeña de este tipo de tormentas solares, y es probable que no ocasione ninguno de los graves problemas mencionados en muchos artículos publicados en el transcurso de los últimos días.
Lo que sí puede llegar a ocasionar esta tormenta, son algunas fluctuaciones débiles en la red eléctrica y cierto impacto menor en las operaciones satelitales; pero ello está muy lejos de los serios cortes de energía pronosticados por algunas personas.
¿Qué son las tormentas geomagnéticas?
Una tormenta solar ocurre cuando hay una explosión en la atmósfera del sol, expulsando grandes nubes de energía hacia el espacio. Pero cuando esas nubes de material, conocidas como viento solar interactúan con el campo magnético terrestre (región conocida como la Magnetósfera), ocurre una tormenta magnética.
De acuerdo al Dr. J. Américo Gonzalez Esparza, del Laboratorio Nacional de Clima Espacial (LANCE), estas tormentas geomagnéticas son comunes en esta parte del ciclo de nuestra estrella. De hecho, menciona Gonzalez Esparza “los dos meses anteriores hemos tenido efectos similares, y es por esto que ahora se puede predecir… No debemos preocuparnos por estos fenómenos”.
Dentro de los efectos que puede tener las tormentas geomagnéticas están, la alteración de las comunicaciones de radio, apagones de radar e interrupciones en el sistema de navegación por radio o incluso apagones eléctricos.
Pero otra de las consecuencias de una tormenta magnética, son las auroras polares. Las auroras suceden cuando la Tierra pasa por el el camino de viento solar y sus partículas cargadas comienzan a golpear átomos y moléculas presentes en la magnetosfera del planeta, provocando que los cielos se iluminen.
Las tormentas geomagnéticas se miden en una escala de G1 a G5, siendo G1 la más pequeña y G5 la más severa. Las tormentas G1 ocurren con frecuencia, aproximadamente 2,000 veces cada 11 años, o una vez cada dos días.
Severas tormentas G4 y G5 extremas son los eventos geomagnéticos realmente preocupantes que podrían causar problemas de energía en la Tierra y en los satélites en el espacio.