Adiós, Tiangong-1: La Estación Espacial China ha caído en el Pacífico Sur Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
4 enero, 2018
Por: Deyanira Almazán
Después de una semana de especulaciones frenéticas sobre dónde y cuándo caería la primera espacial china, Tiangong-1, la nave se desintegró en los cielos sobre el océano Pacífico. La ardiente actuación de la estación espacial comenzó alrededor de las 8:16 p.m. EST, cuando reingresó en la atmósfera de la Tierra y se incendió casi por completo.
Es muy probable que algunas piezas del Tiangong-1 sobrevivieran, pero las probabilidades de que causen algún daño o lesión son extremadamente pequeñas: menos de 1 en 1 billón.
Los expertos recomiendan que en caso de encuentres un trozo de Tiangong-1, no lo levantes ni inhales los vapores que emanan de él pues la basura espacial puede estar contaminada con hidracina, un combustible tóxico para cohetes.
China lanzó el primero de los módulos de Tiangong-1 en el 2011. Con los años, la estación creció a dos módulos y más de 8 toneladas, tuvo dos visitas de astronautas chinos y sirvió como un laboratorio en órbita para probar tecnologías robóticas. Pero en 2016, un mal funcionamiento hizo que la estación espacial fuera inoperable, y en 2017 China anunció que Tiangong-1 caería en la Tierra sin control.
Tiangong-1, que en chino significa “Palacio celestial-1” medía casi lo mismo que un autobús escolar, y pesaba 8.5 toneladas métricas. No es la primera vez que caen restos de objetos fabricados por el hombre sin control sobre la Tierra. La última estación espacial que cayó a la Tierra fue la MIR, de origen ruso. Su peso era de 120 toneladas. En esa ocasión se trató de un descenso controlado y cayó en el Océano Pacífico en marzo del 2001. Si retrocedemos un poco más en el tiempo, en 1979 el Skylab estadounidense cayó sin ser controlado sobre Australia. El peso de aquel objeto se estima entre 69 y 77 toneladas.
El vehículo más grande que ha caído al menos parcialmente sin control es el transbordador espacial de la NASA de 91 toneladas métricas, que explotó cuando regresaba a la Tierra el 1 de febrero de 2003, matando a los siete astronautas a bordo.