La ciencia detrás del hundimiento del Titanic Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Por: Deyanira Almazán
Todos estamos familiarizados con la tragedia del Titanic. Justo antes de la medianoche del 14 de abril de 1912, el transatántico que se creía "insumergible" colisionó con un iceberg. Seis de los compartimientos a prueba de agua del barco se dañaron y solo dos horas después, el barco se hundió con más de 2,200 pasajeros a bordo.
¿Por qué?
La ruta del Titanic era de Inglaterra a Nueva York, por lo que navegaría por las aguas de la Corriente del Golfo hasta llegar a la helada Corriente de Labrador. De acuerdo a algunos científicos, ese año, el Caribe y el Golfo de México experimentaron un verano inusualmente cálido, lo que generó una corriente del Golfo más intensa de lo normal.
Esto intensificó el límite entre la corriente de Labrador y la corriente del Golfo cerca de Terranova, creando una barrera de icebergs en el camino. El iceberg que hundió el Titanic estaba ubicado justo en esta intersección.
Una ilusión óptica
En esta helada corriente, la columna de aire se enfriaba desde abajo hacia arriba, creando capas de aire frío por debajo de las capas más cálidas. Este fenómeno, conocido como inversión térmica, hace que la luz se refracte de maneras inusuales, haciendo que los objetos aparezcan más altos (y más cercanos) de lo que realmente son, en un horizonte falso. El espejismo entre el horizonte falso y el real impidió que el observador pudiera ver el iceberg hasta que estuvo a menos de 2 km de distancia.
Se acudió a la clave morse, pero el aire anormalmente estratificado distorsionó e interrumpió las señales entre el Titanic y el Californian, un barco de carga inglés que se encontraba también en el Atlántico Norte esa noche. Los cohetes de emergencia disparados por el Titanic parecían más bajos en relación con el barco, por lo que el Californian ignoró las señales. Cuando el Titanic se hundió, a las 2:20 a.m. del 15 de abril, pensaron que el barco estaba navegando.
Pero también hubo errores humanos.
El capitán Edward Smith condujo el barco a gran velocidad a pesar de las advertencias de posibles icebergs. Los binoculares no estaban en el nido de cuervos, donde habrían permitido detectar el iceberg mucho antes. Al acercarse al iceberg, el primer oficial ordenó que se movieran las hélices en reversa, reduciendo así la capacidad de dirigir la nave.
En un artículo publicado en Physics World, el escritor científico Richard Corfield destaca los hallazgos de los metalúrgicos Tim Foecke y Jennifer Hooper McCarty, quienes sugieren que los remaches que unían el casco del barco no eran uniformes ni de la mejor calidad.
El Titanic se había construido con dieciséis compartimentos separados por mamparos que podrían sellarse para mantener el barco a flote en caso de que cuatro compartimentos delanteros se inundaran, pero se inundaron seis. A medida que se inundaron los compartimentos adicionales, el peso extra arrastró al Titanic al agua.
Cuando la parte trasera del barco se elevó, el casco se rompió y el Titanic se partió en dos. La sección delantera se separó y cayó al fondo del Atlántico. La sección trasera se mantuvo en la vertical antes de hundirse también.
De los 2,224 pasajeros a bordo del Titanic, fallecieron 1517 y se salvaron 707. Una combinación de factores llevaron a este suceso. A 106 años de la tragedia parece que aún tenemos mucho que aprender.