Trajes espaciales: ¿qué tan especiales son? Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
6 diciembre, 2018
Todos sabemos que ir al espacio no es tarea sencilla. Desde las temperaturas extremas, hasta la radiación, la falta de oxígeno y el polvo cósmico, salir de nuestro confortable planeta es una misión que no se le confía a cualquiera. Pero desde que el ser humano puso los ojos -y las naves- allá afuera, se han creado diversas versiones de trajes espaciales que nos han permitido explorar el universo sin morir en el intento.
Los primeros trajes espaciales de la NASA se hicieron para el programa Mercury, el primer programa en la que astronautas de la NASA volaron al espacio. Durante el programa Mercury, que se implementó entre 1961 y 1963, los astronautas no salieron de la nave espacial, por lo que los trajes no requerían tanta tecnología, de hecho, estos sencillos trajes se basaron en los trajes que usaban en aquél entonces los pilotos de la marina estadounidense.
Gemini fue el primer programa en donde se requería que los astronautas salieran de las naves. Los trajes que se usaron para el programa Gemini eran un poco más elaborados que los del Mercury, pues aunque no traían soporte de vida propio como los actuales, se conectaban a los sistemas de soporte de vida en la nave espacial a través de un cable llamado “cordón umbilical”.
Después vino el programa Apolo, para el que los trajes espaciales ya contaban con elementos que protegían a los astronautas de las vicisitudes de la Luna, por ejemplo, contaban con botas para caminar por superficies rocosas, y además con un sistema de soporte de vida similar al Subsistema Portátil de Soporte de Vida de los trajes modernos, el cual permitía que los astronautas pudieran realizar exploraciones fuera del módulo de aterrizaje lunar.
Hoy en día, los trajes que se utilizan en la Estación Espacial Internacional se conocen oficialmente como Unidad de Movilidad Extravehicular, o EMU, por sus siglas en inglés.
Los EMUs se conforman de 11 capas de tela y láminas de metal y contienen:
-Bolsa de agua
-Módulo de visualización y control de temperatura, oxigeno y comunicación
-Guantes y botas especiales
-Prenda absorbente (o pañal) para ir al baño
-Vestidura con liquido de enfriamiento para refrescar la piel
-Cordón umbilical que se ata a la nave y provee de oxígeno
- Herramientas especiales
-Casco y visor de plástico irrompible para proteger de la luz ultravioleta
-Lámpara
-Mochila de soporte vital que provee oxigeno, electricidad y elimina el bióxido de carbono.
-Audífonos y micrófono para hacer contacto con el control de misión de la Tierra.
Además de todo esto, sujeto a la espalda del traje, existe un dispositivo llamado Auxilio Simplificado para Rescate en Actividades Extra vehiculares, o SAFER, por sus siglas en inglés. Este dispositivo cuenta con varios inyectores de propulsión pequeños, que permite al astronauta volver por si se separa de la estación espacial.
Así que ya lo sabes, cada que veas a un astronauta sumergido en ese conjunto de capas pesadas y estorbosas, recuerda que detrás hay un montón de ingeniería, creatividad, diseño, física y matemáticas que les permiten llegar a aquellos lugares a los que todos hemos soñado llegar.