Se descubren restos arquelógicos tras el sismos del 19 de septiembre Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Por: Luis Moctezuma
El pasado 19 de septiembre de 2017 fue una fecha que le recordó a México muchas cosas que había olvidado: el terror, la fragilidad, la solidaridad y ahora se confirma que también una parte de su historia. En el estado de Morelos, específicamente en Cuernavaca, se encuentra la zona arqueológica de Teopanzolco, a menos de 100 km del epicentro del sismo.
Los daños en el espacio arqueológico que se conserva obligaron a revisiones y dentro del basamento principal se registraron daños. Para evaluar su magnitud se revisó la estructura interna y cuando se realizaban trabajos de restauración apareció algo sobre lo que no se tenía información previa. Dentro del basamento había restos de un centro ceremonial anterior a la construcción principal que se conoceía en la zona arqueológica.
El templo viejo
Teopanzolco es una palabra náhuatl. Se compone de “teopan” que se traduce como templo, “zolli” que equivale a viejo y el locativo “co”. Su traducción al español sería “Templo viejo”. Con este nuevo hallazgo nos damos cuenta que en realidad el nombre era más preciso de lo que parecía.
La ubicación temporal del basamento principal se reconoce en el Posclásico tardío. Se consideraba que el momento en que esta región estuvo poblada fue entre 1200 y 1521. Esto la coloca como una receptora de la influencia mexica. Aparentemente, su construcción habría ocurrido después del Templo Mayor. Los descubrimientos que trajo consigo el sismo revelan que Teopanzolco apareció antes, ahora se le ubica entre 1150 y 1200.
El crecimiento de la ciudad de Cuernavaca ha orillado a reducir el territorio en que se conservan restos arqueológicos. En sus alrededores, se reconocen fragmentos de lo que en algún momento fue este asentamiento prehispánico. El basamento que se conserva tiene una estructura similar a los de origen mexica: una estructura casi piramidal sin punta (por eso el nombre de basamento), dentro de la cual se encuentran edificios anteriores que fueron cubiertos y eso es algo que apenas sabemos.
Los primeros restos arqueológicos se descubrieron en 1921. A tres años del centenario de ese descubrimiento, ahora tenemos un nuevo indicio del pasado de lo que ahora es Cuernavaca. El sismo dañó la estructura del basamento y a cambio nos dio la oportunidad de conocer sus entrañas.
Lo que había dentro del basamento
Dentro de las tareas de reparación se incluía restaurar el núcleo del basamento. Al realizar los pozos y calas (roturas en la pared para reconocer las condiciones de la pared), se notó que había algo más; lo que había dentro era un centro ceremonial de aproximadamente 6 metros de largo por 4 de ancho, en él un adoratorio dedicado a Tláloc.
Como parte de los restos, también había objetos de cerámica y un incensario, todo de origen tlahuica. Se cree que junto a este adoratorio hay restos de otro dedicado a Huitzilopochtli. Por las condiciones de los restos arqueológicos estos no serán mostrados al público cuando terminen las labores de restauración y el centro se abra nuevamente.
Por ahora no hay acceso para visitantes en la zona arqueológica de Teopanzolco y los trabajos de restauración seguirán hasta octubre de este año. Aunque la zona ceremonial que se descubrió como consecuencia del sismo no tendrá acceso al público, ahora sabemos algo más sobre el pasado del actual Cuernavaca. El análisis por parte de profesionales de los restos arqueológicos ayudará para hacer algunas adiciones a nuestros libros de historia, o al menos a la descripción de los guías turísticas que reciban a los visitantes en los próximos meses.