El ocaso de la vaquita marina Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
4 marzo, 2019
Por: Alejandra Almed
La vaquita marina es el cetáceo más pequeño del mundo. Fue descubierta por primera vez en el puerto de San Felipe en Baja California, México. Clasificada por KS Norrisy y WN McFarland en 1958 como Phocoena sinus, que quiere decir “marsopa del golfo de California”. Este pequeño cetáceo es endémico del Golfo de California o Mar de Cortés, es decir, que no habita en ningún otro lugar del mundo más que ahí.
Se cree que la vaquita empieza su etapa reproductiva a los 6 años y puede tener una sola cría cada dos o más años. Sin embargo, en el 2017, científicos avistaron varias vaquitas marinas con sus crías de un año y nuevas crías, lo que fue una primera evidencia de que estos animales pueden dar a luz una vez al año y no cada dos.
A pesar de los esfuerzos por parte de varios sectores, como la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en ingles) en México, la vaquita marina se encuentra en peligro de extinción. En 1997 se estimaban poco más de 100 individuos, pero la inquietud por parte de los especialistas radica en que actualmente este número ha disminuido a menos de 30 individuos.
Comercio ilegal: el porque del ocaso de la vaquita marina.
Según la medicina tradicional china, los buches de pescado secos suelen ser afrodisiacos y buenos para la salud. Desafortunadamente para la totoaba mexicana, ésta posee un gran buche, por lo que es realmente codiciado dentro de la élite del país asiático.
Este pez habita en una determinada área dentro del Mar de Cortés o Golfo de California cerca de la frontera con Estados Unidos, espacio que comparte con la vaquita marina. Aproximadamente en el 2014, los pescadores de dicha región comenzaron a darse cuenta que la pesca de tatoaba resultaba un negocio millonario, pues cada kilo de buche de este pez se podía vender hasta por 8,000 dólares y al llegar a China podía alcanzar hasta 250.000 dólares; los expertos creen que por la actual situación los precios hoy en día pueden ser mucho más elevados.
Pez totoaba y vaquita marina
Pronto la mina de oro sacó a relucir un verdadero problema. No solo la comunidad de la totoaba empezó a disminuir, si no que la vaquita marina, una especie que ya estaba amenazada, comenzó a verse bastante afectada . Todos los años, la vaquita muere incidentalmente en redes agalleras que capturan camarones, peces, tiburones, robalos y específicamente la totoaba.
A medida de que los pescadores tiraban sus redes para capturar la totoaba, sin querer capturaban a este pequeño cetáceo. El problema no solo se limitó a los pocos pescadores locales, si no que el negocio resultaba tan suculento que era más prometedor que el comercio de la droga. El crimen organizado llegó rápidamente con redes establecidas, rutas, contactos, puntos de venta y distribución, por lo que la comunidad de la vaquita marina pronto quedo arrasada, envuelta en un negocio difícil de combatir.
En el 2015 el gobierno mexicano prohibió la práctica de pesca en el área. De un día a otro los pescadores locales quedaron sin sustento; no obstante, para el crimen organizado esto no fue un impedimento. Hoy en día el negocio sigue operando en el mercado negro y el comercio ilegal, lo cual resulta aún más perjudicial para la vaquita. Debido a la resistencia del gobierno, tanto de México como de Estados Unidos, ahora resulta más complicado capturar, vender y distribuir el codiciado buche, por lo que varios pescadores furtivos han adoptado métodos de pesca mucho más agresivos, que dejan en ultimo plano el cuidado de la marsopa.
En un articulo publicado por CNN en 2017 se entrevistó a un funcionario mexicano, el cual aseguró que “la vaquita no se puede salvar… simplemente hay demasiado dinero en juego”. Así mismo se mencionó que por ahora los traficantes guardan los buches esperando el día, no tan lejano, que se extinga tanto la vaquita como la totoaba, para que los precios de su mercancía se dispare por las nubes.
Por años, las vaquitas han quedado atrapadas por accidente en redes que usadas por pescadores de la región.
(Cortesía: Omar Vidal, Alejandro Robles, Caterina D’Agrosa
¿Vaquitas en cautiverio?
En el 2017 un grupo de investigadores realizaron un ultimo esfuerzo para capturar algunas vaquitas y mantenerlas en cautiverio para poder salvaras de la extinción. Sin embargo el esfuerzo no tuvo éxito. Una vaquita hembra fue capturada y llevada a una zona más segura, pero murió horas después. Los investigadores concluyeron que estos animales marinos no son capaces de sobrevivir en cautiverio.
Han pasado casi dos años desde el último conteo de la vaquita marina, desde entonces los expertos afirman que en el Golfo de California, su único hábitat, quedan menos de 30. Sin embargo, en estos últimos años se cree que siete vaquitas han muerto asesinadas y que otras varias han quedado atoradas en las redes de pesca ilegal y se ahogaron. “Cada vez que voy en busca de vaquitas me preocupa que será la última vez que las vea o que ni siquiera podremos encontrarlas”, dijo Barbara Taylor, bióloga de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.
El futuro de la vaquita marina
A finales del 2018 y principios de este año, México sufrió una serie de cambios debido al cambio de gobierno y lamentablemente uno de éstos se vio reflejado en el recorte de presupuesto para la Semarnat. Estos recortes ponen en riesgo programas de protección ambiental que buscan la conservación de la vaquita marina, así como otros animales en peligro de extinción.
A principios de marzo de este año, la organización Sea Shepherd, encargada de patrullar el Golfo de California, encontró lo que parecía ser el cuerpo en descomposición de la primera vaquita marina muerta de este año. La organización llevó el cuerpo con las autoridades del Puerto de San Felipe, quienes no han afirmado o negado lo ocurrido.
Gracias a los monitores acústicos marinos que registran los sonidos de la ecolocalización, los científicos están confiados de que aún sobreviven algunas vaquitas. A pesar de esto la angustia continua y cada año aumenta la posibilidad de que sea el ultimo año de esta pequeña especie.
Un pescador en 1992 sosteniendo un totoaba (también en riesgo de extinción) y sobre la red se ve una vaquita muerta.
Crédito: Omar Vidal