ICON de la NASA está listo para estudiar la ionósfera Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
13 octubre, 2019
Es mucho lo que falta por conocer del espacio y en algunos casos nos quedan muchas preguntas sobre aquello que tenemos cerca. La ionósfera es una de estas regiones que aún guarda mucho por explorar. El jueves 10 de octubre de 2019 a las 8:31 pm EDT (7:31 pm hora del centro de México) salió de la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral el vehículo Northrop Grumman Stargazer L-1011. A bordo viajaba el Explorador de Conexión Ionosférica (ICON, por sus siglas en inglés). La misión de ICON consiste en estudiar esa zona dinámica de nuestra atmósfera en que el clima terrestre se encuentra con el exterior.
Un inicio exitoso
En este momento ICON, un dispositivo del tamaño de un refrigerador, ya se encuentra en órbita. Se trata del primer dispositivo espacial de su tipo. La ionósfera es una región de frontera y como tal presenta condiciones difíciles de ver en otros lugares. Los cambios que ocurren aquí son capaces de alterar la comunicación de los satélites en órbita, además, aquí el riesgo de radiación para los astronautas es mayor.
El despegue de ICON fue un poco diferente a lo que estamos acostumbrados en las misiones espaciales. El vehículo que despegó originalmente es una aeronave que llevaba dentro de sí al Northrop Grumman Pegasus XL rocket. Este cohete a su vez llevaba consigo al ICON, que fue lanzado a 39 mil pies de altura (11.887 kilómetros en sistema internacional). El momento en que ICON salió al espacio fueron las 9:59 EDT (8:59 hora de México).
Los paneles solares se desplegaron correctamente. Cuenta con la energía suficiente para realizar todas sus operaciones. Dentro de un mes comenzará a enviar los datos que ha recopilado. Será noviembre el mes en que la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio estadounidense (NASA) reciba las primeras noticias sobre esta región de la atmósfera de la que se mantienen aún muchas interrogantes.
La ionósfera es conocida como una región crítica y difícil de observar. Se encuentra en una zona demasiado baja para las naves espaciales y muy alta para los globos. De ahí que sepamos tan poco sobre lo que ahí ocurre, fuera de los riesgos que representa para los vehículos espaciales, que caen prematuramente al acercarse, o para los astronautas por el aumento de la radiación.
Algo que complica el estudio de la ionósfera son todos los factores que influyen en su comportamiento. Las estaciones terrestres aún tienen presencia ahí. El calentamiento y enfriamiento que se vive durante el día terrestre también se percibe ahí. Las ráfagas de radiación solar también llegan ahí. Si pensamos en la tecnología humana, también está presente, ya que que ahí viajan las señales de radiocomunicaciones y GPS; por eso se ven afectadas cuando hay alguna disrupción en la zona.
Son varias las instituciones que participan en este proyecto. La construcción de ICON estuvo a cargo de Northrop Grumman bajo contrato con el Laboratorio de Ciencias Espaciales de la Universidad de Berkeley California. El encargado del lanzamiento fue el Programa de Servicios de Lanzamiento de la NASA. ICON forma parte del Programa Explorador de la NASA que es administrado por la agencia del Centro de Vuelo Espacial Goddard en Maryland, que a su vez pertenece al Directorado de Misiones Científicas en Washington.
Se espera que ICON ayude con el pronóstico de climas espaciales extremos. Sus instrumentos están diseñados para estudiar las variaciones en la ionósfera. Al conocer mejor las condiciones de esta región de la atmósfera podremos controlar mejor los efectos que tiene en nuestra tecnología actual. Ocasionalmente tenemos errores en las señales de sistemas de telecomunicación o de geolocalización, cuando comprendamos mejor la ionósfera estos podrán reducirse significativamente.