Una nueva investigación propone un tipo de agujero negro distinto Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
1 noviembre, 2019
Los agujeros negros son uno de los grandes enigmas del universo. Hace apenas un siglo el concepto nacía. Con los avances en la tecnología que nos ayuda a observar las estrellas estamos cada vez más familiarizados con ellos. En unas cuantas décadas hemos pasado de la especulación sobre su existencia a tener fotografías de ellos a partir de algoritmos complejos. Ahora un grupo de investigadores propone un tipo de agujero negro distinto a lo que conocemos.
Un sistema binario con algo que no se puede ver
La imagen que comúnmente asociamos a un agujero negro es una región oscura en el espacio que consume todo lo que se le acerca. Estos cuerpos son enormes y tienen la capacidad de consumir grandes cantidades de energía. Durante mucho tiempo el tamaño promedio de los que conocemos era de entre 5 y 15 veces la masa de nuestro sol. Un artículo publicado recientemente por la revista Science propone uno mucho más pequeño, de apenas 2.6 veces la masa solar.
Hasta ahora los agujeros negros se conocían por la radiación que emiten. Los rayos X que escapan de ellos eran la pista para reconocer que ahí había algo, aunque no emitiera la luz típica de las estrellas. Para Todd a Thompson, director de la investigación y profesor de la Universidad Estatal de Ohio, las señales vinieron de otra parte. Una estrella con un brillo fuera de lo común dio el aviso.
El brillo de 2MASS J05215658+4359220 mostraba un movimiento Doppler en su luz. No había rayos X provenientes de esa dirección pero el comportamiento de la estrella no era el esperado. La explicación que propusieron Thompson y sus colegas fue que formaba parte de un sistema binario. El compañero de esta estrella no emite luz observable así que las opciones que consideraron fueron: una estrella de neutrones masiva o un agujero negro de poca masa.
Los agujeros negros que conocemos tienen cantidades enormes de masa. Para las condiciones de la estrella observada no podía ser un cuerpo masivo el que tenía cerca. Los cálculos de el equipo de investigadores arrojan un compañero para esta estrella de 3.3 masas solares con un margen de error de +2.8 y -0.7, lo que deja a este objeto entre 2.6 y 6.1 masas solares.
“La insinuación que presentamos es que hay otra población allá afuera que realmente no hemos sondeado en la búsqueda de agujeros negros”. Comentó Thompson. “Si podemos revelar una nueva población de agujeros negros, esto nos dirá más acerca de cuáles estrellas explotan, cuáles no, cuáles forman agujeros negros, cuáles estrellas de neutrones. Esto abre una nueva área de estudio”, agregó.
La propuesta de un nuevo tipo de agujero negro, más pequeño y con menos masa, cambia nuestra idea del universo. Los grandes agujeros negros que conocemos a través de los rayos X seguirán estando ahí, pero no serían los únicos. Esto trae nuevas preguntas para la exploración de espacio.
Considerar que existen otro tipos de agujero negro nos obligaría a buscarlos para comprender su función en el cosmos. Si conocemos únicamente una parte del mapa será fácil que nos perdamos en el fragmento que tenemos. Si realmente existen los agujeros negros de poca masa es importante conocerlos. Sobre los superasivos ya tenemos un camino recorrido, ahora aparece la propuesta de buscar un fragmento todavía más oscuro en el atlas cósmico.