ESA muestra video con los cambios en el derretimiento del permafrost Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
26 febrero, 2020
El hielo permanente de las regiones polares, mejor conocido como permafrost, es una pieza indispensable para el control de las emisiones de gases de efecto invernadero. Ha estado ahí durante miles de años, pero el cambio climático ha puesto en riesgo su permanencia durante las últimas décadas. La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), a través de su Iniciativa de Cambio Climático (CCI), produjo una serie de mapas sobre la presencia del permafrost en el hemisferio norte. Con ello se elaboró un video que nos muestra cómo ha cambiado el hielo permanente en un par de décadas.
Un hielo permanente que comienza a moverse
Bajo el permafrost se alojan grandes cantidades de metano y dióxido de carbono. Si el hielo permanente se derritiera esos gases se liberarian a la atmósfera y sus cantidades serían grandes, incluso comparadas con las que producimos como especie. El permafrost se derrite por efecto del cambio climático y al mismo tiempo, cuando haya desaparecido, promoverá que este proceso se acelere.
Las temperaturas en el permafrost se han incrementado significativamente desde la década de los 80s del siglo XX, esto de acuerdo al Reporte Especial del Panel Intergubernamental de cambio climático. El permafrost se encuentra en regiones de latitudes extremas, como Siberia o Alaska, también a grandes altitudes como los Andes y los Himalayas. El video elaborado a partir de los mapas de la ESA muestra que estas regiones ya no tienen garantizado su permafrost.
Para considerar que una región helada pertenece a la clasificación “permafrost” debe permanecer ahí por lo menos dos años consecutivos. No se trata de cualquier superficie helada, sino que el hielo debe permanecer anclado al suelo. Bajo el permafrost ártico hay restos de plantas que no lograron descomponerse. En el caso de los más profundos también hay suelos ricos en minerales; de ahí es de donde provienen los gases de efecto invernadero.
Los mapas realizados por a la ESA a través del CCI tomaron mucha información satelital. La misma agencia hace notar que al tratarse de un fenómeno bajo la superficie, requiere análisis directos en la zona donde el suelo se encuentra congelado. Una revisión satelital nos da una idea de la distribución del permafrost pero no es un indicador completamente confiable. Una parte importante del mapeo fueron las observaciones directas (in situ) para obtener una visión panóptica.
“Los mapas muestran que hay una variabilidad clara en la extensión del permafrost. Esto se ve tanto en el norte de América como en el norte de Eurasia”, afirma la Doctora Annette Bartsch, líder científica del proyecto permafrost del CCI. Sin embargo, aclara que el periodo analizado es relativamente pequeño. “A pesar de que los mapas nos proveen de una mirada útil a partir de la observación de la variabilidad interanual en el último periodo de 14 años, no es posible obtener conclusiones sobre las tendencias climáticas”, agregó.
El derretimiento del permafrost es visible en diferentes regiones. Para los interesados ya hay un mapa animado disponible. Si bien, aún se conserva una parte considerable del hielo permanente, se trata de un periodo breve y aún faltan estudios que expliquen la dinámica de su derretimiento. Cuando esto ocurra en regiones proporcionalmente grandes tendremos una gran cantidad de gases de efecto invernadero libres en la atmósfera.