Deshielo en Himalaya pone en riesgo el ecosistema del Mar Arábigo Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
5 mayo, 2020
Las distintas regiones de nuestro planeta tienen una relación a veces imperceptible entre sí. Un ejemplo reciente es la proliferación Noctiluca scintillans en el Mar Arábigo. Estos organismos comenzaron a aparecer hace apenas un par de décadas y para este momento ya son una amenaza para el ecosistema marino. Las condiciones para que esta especie invasora esté cada vez más presente vienen desde las alturas del Himalaya, a varios kilómetros de distancia, así lo afirma un artículo recientemente publicado en la revista científica Nature’s Scientific Reports.
Un ecosistema cálido al que le falta frío
Hace apenas 20 años, Noctiluca scintillans era desconocida en el Mar Arábigo. Se trata de un organismo milimétrico de origen planctónico que ha mostrado una gran capacidad de adaptación. Cuando se acumula forma un material grueso, arremolinado y apestoso. Su presencia evita que se desarrollen correctamente las diatomeas, que son la base de la cadena alimenticia en ese ecosistema.
Los organismos de gran tamaño del Mar Arábigo, como peces, no se alimentan de Noctiluca scintillans. Esto tiene dos consecuencias inmediatas. Por una parte se acumula en grandes cantidades. Además, evita que la luz solar llegue correctamente a las diatomeas, unas algas unicelulares típicas de la región. De esta forma no se realiza correctamente la fotosíntesis y se interrumpe toda la cadena alimenticia.
Las poblaciones humanas también se ven afectadas por este cambio. 150 millones de personas dependen de la pesca y al interrumpirse los ciclos naturales hay consecuencias negativas también para los pobladores humanos de las regiones cercanas. Se teme que ante la falta de peces puedan aumentar las prácticas criminales como la piratería.
El origen de esta alteración en el ecosistema marino entre India y la Península Arábiga proviene de muy lejos. Al otro lado de la India, del lado chino de la frontera, se encuentra la meseta del Tíbet. Este espacio pertenece a la cordillera de los Himalaya y solía ser uno de los lugares más fríos del mundo. En este cambio climático es que el equipo dirigido por Joaquim I. Goes, de la Universidad de Columbia, encontró el origen de la aparición y presencia cada vez mayor de Noctiluca scintillans en el Mar Arábigo.
El calentamiento global ha tenido una gran influencia sobre el territorio eurásico. Esto ha disminuido la cantidad de nieve en la meseta del Tíbet. Para su investigación, Goes y sus colaboradores recurrieron a datos recopilados en laboratorio e imágenes satelitales de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio estadounidense (NASA). La pieza que conecta a la meseta del Tíbet con el Mar Arábigo es el Monzón.
Normalmente, el viento frío de los Himalayas enfriaba la superficie marina. Esta agua fría de la superficie se hundía y esto provocaba que agua del fondo ascendiera, de esta forma se transportaban nutrientes a la superficie. Así mismo el fitoplancton tenía un entorno adecuado para hacer la fotosíntesis, formar poblaciones grandes que alimenten a otros seres vivos y así mantener el equilibrio del ecosistema.
Ahora que los glaciares son cada vez más pequeños el viento que baja de los Himalayas no es lo suficientemente frío. La superficie marina se mantiene más caliente y húmeda, lo que evita que la mezcla de aguas del fondo y la superficie se realice correctamente. Especies como la diatomea se ve en desventaja bajo estas condiciones; en cambio, Noctiluca scintillans no requiere sol ni nutrientes para esparcirse.
Este organismo invasor tiene varias ventajas que le permiten sobrevivir y reproducirse. Es capaz de alojar a otros microorganismos simbiontes formando un efecto similar al de un invernadero, lo que se vuelve atractivo a falta de sol. Logra acumular grandes cantidades de amonio y nitrógeno; de esta forma la falta de nutrientes del fondo del mar no le afecta en la misma medida que a otros organismos.Además de la alteración ecológica Noctiluca scintillans provoca otros daños a las poblaciones humanas. La reducción en los niveles de pesca es apenas una parte. Ahora se acumula cerca de instalaciones donde se extrae y refina gas natural y otros combustibles. Esto incrementa los riesgos de operación. La forma en que se regula nuestro planeta es más compleja de lo que parece y ahora que aparecen efectos nocivos para nuestra especie los vamos comprendiendo mejor.