Encuentran agujero negro a mil años luz de la Tierra Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
6 mayo, 2020
En las últimas décadas la tecnología astronómica ha permitido seguir el rastro de distintos hoyos negros. Los más conocidos son los que se encuentran al centro de la galaxia. Desde el Observatorio Austral Europeo (ESO, por sus siglas en inglés), en Chile, se ha detectado a uno mucho más cercano. Se ubica apenas a 1,000 años luz, en la constelación de Telescopio, que es visible desde el hemisferio sur.
Un oscuro detalle sobre una región conocida
Dentro de la constelación de telescopio existe un sistema llamado HR 6819. A primera vista ahí existía una estrella. Tras observarla con más detenimiento se notó la presencia de otra estrella. Un análisis más detallado reveló que no sólo estaba ahí el brillo de las estrellas, sino que además había un tercer cuerpo presete: un hoyo negro de cuatro veces la masa de nuestro sol.
Los resultados se publicaron recientemente en la revista científica Astronomy & Astrophysics. El artículo titulado “Sistema triple a simple vista con un hoyo negro no acumulativo al interior del binario” reporta los resultados del análisis de docenas de registros espectrales de HR 6819. Los datos que se tienen sobre las dos estrellas que conforman el sistema implican la existencia de un hoyo negro. A partir de la masa y velocidad radial de la estrella interior se deduce que el hoyo negro tiene una masa de 4.2 masas solares.
“Una de las estrellas se está moviendo periódicamente, en un periodo de 40 días”, afirmó Dietrich Baade, astrónomo emérito del ESO y co-autor del estudio. “Y la única forma de entender ese periodo y la gran velocidad de 60 kilómetros por segundo con una masa de 5 veces el Sol, es inferir que ahí hay otro objeto muy masivo, sin embargo, no es visible”, agregó.
Un hoyo negro es un objeto con una gran masa. Típicamente se forman por el colapso gravitacional de una estrella masiva. Con la presencia de este hoyo negro se forma lo que se conoce como un “sistema jerárquico triple”, Baade ejemplifica este sistema como un sube y baja.
“En uno de los extremos del sube y baja tienes dos estrellas colgando, una de las cuales no es visible, es negra ─ese es el hoyo negro. Y esos dos objetos se orbitan mutuamente… Y en el otro extremo del sube y baja tienes una estrella que está muy lejos de las otras dos”, explicó Baade.
Hay una particularidad en este hoyo negro que lo hace distinto a los otros que conocemos. En las casi 2 docenas de hoyos negros que se conocen en la vía láctea hay un brillo a su alrededor que proviene de los rayos X. “La marca particular de este hoyo negro es que es realmente negro”, confirmó Baade. Cuando un agujero negro tiene una estrella compañera, esta lo alimenta con gas y este sistema parece ser una excepción.
Los modelos teóricos indican que nuestra galaxia está llena de agujeros negros. Aunque conocemos unos cuantos, se estima que existen entre 100 y 1000 millones de ellos. Baade comenta al respecto: “estamos encontrando la punta de un iceberg”. Los resultados del equipo de astrónomos del ESO servirán como antecedente en la búsqueda de otros agujeros negros dispersos por toda la Vía Láctea.