Colapsa el icónico radiotelescopio Arecibo en Puerto Rico Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
1 diciembre, 2020
Hasta 2016 el Observatorio Arecibo, en Puerto Rico, tuvo la antena de radio individual más grande del planeta, con 305 metros de longitud. El pasado 10 de agosto un cable auxiliar se salió de su enchufe y cortó el plato de la antena debajo de él; ese fue el inicio del fin de este referente científico y escenario de películas como Contacto o GoldenEye. Este martes 1 de diciembre, una plataforma del radiotelescopio ha colapsado.
El final de un radiotelescopio histórico
Se tenía planeado reemplazar al primer cable. El 6 de noviembre, cuando aún se investigaba lo ocurrido en agosto, cayó un segundo cable; ambos estaban conectados a la misma torre de soporte. De acuerdo a Ralph Gaume, director de la división de astronomía en la Fundación Nacional de Ciencia estadounidense, anunció que de acuerdo a los ingenieros una rotura más en la misma torre provocaría el colapso de todo el telescopio.
La antena del Observatorio Arecibo se ubicaba en un valle hundido. La combinación de vigas y dispositivos electrónicos suma un total de 900 toneladas que cuelgan en el aire. La presencia constante de huracanes en la zona ha tenido efecto sobre la construcción y casi 6 décadas después de su construcción será demolido para evitar riesgos a futuro.
Una historia ejemplar
Se construyó en 1963, originalmente se planeó como un telescopio y radar planetario. Con el paso del tiempo también se usó para mapear asteroides peligrosos que pudieran pasar cerca de la Tierra. En 2016 China construyó un radiotelescopio de mayor capacidad, con 500 metros de diámetro, pero para entonces Arecibo ya era un ícono de la astronomía.
El recuento de sus logros es largo. En 1967 cambió nuestra imagen de Mercurio al confirmar que su órbita es de 59 días y no de 88, como se creía previamente. En 1974 los astrónomos Joseph Taylor y Russel Hulse descubrieron desde Arecibo un par de púlsares que se orbitan mutuamente. También de ahí salió la primera señal enviada por el programa SETI, acrónimo de Search for Extraterrestrial Inteligence.
Ese primer mensaje interestelar tuvo como objetivo a M13, una nube de 300 mil estrellas a 25 mil años luz de nuestro planeta. El motivo fue la celebración de una mejora en la antena. El mensaje incluyó 1679 ceros y unos, organizados en 73 filas y 23 columnas. Este envío espacial fue una iniciativa de Frank Drake, quien fue el primero en buscar indicios alienígenas amistosos y también es autor de una ecuación famosa para predecir cuántos existen.
Los primeros planetas que se descubrieron en órbita de una estrella diferente al sol también se descubrieron gracias a Arecibo. En 1990 el astrónomo polaco Aleksander Wolszczan encontró a PSR B1257+12, un púlsar con latidos irregulares. Al estudiar posteriormente a este cuerpo celeste se encontró que los planetas giraban a su alrededor. Tres décadas después ya contamos con dispositivos sofisticados que buscan exoplanetas pero en su momento fue un hallazgo histórico.
Desde principios de este siglo el observatorio ha tenido problemas financieros. En 2007 La Fundación Nacional de Ciencia anunció que el observatorio estaba en riesgo de cerrar si no se encontraba un socio financiero. Su presupuesto anual actual es de 12 millones de dólares que provienen de instituciones como la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) y la Universidad de Florida Central, además de la Fundación Nacional de Ciencia.
A pesar del colapso, aún queda futuro para las instalaciones del observatorio. Se intentará restaurar la instalación LIDAR, que se usa para investigaciones geoespaciales. Entre los nuevos proyectos está un centro de visitantes, áreas educativas y una instalación externa en la isla de Culebra. Los días de intercambiar mensajes con el espacio exterior han terminado, pero el Observatorio Arecibo aún tiene mucho que contar a quienes permanecemos en la Tierra.