Un placa de casi el tamaño de la CDMX se desprendió de la Antártida Copiar al portapapeles
POR: Antonio Medina
8 marzo, 2021
Lo que para muchos suena como una noticia descabellada, para otros tantos ya es algo común. Y es que durante los últimos años las noticias del rompimiento de grandes plataformas de hielos en ambos polos de la Tierra se han dado mucho más seguido de lo que quisiéramos y ahora este tipo de noticia llega desde el extremo sur de nuestro planeta: la placa de hielo Burnt se ha desprendido por completo de la Antártida.
Hace poco menos de dos años, se detectó la fractura de esta placa y rápidamente las grietas fueron haciendo mella y poniendo en riesgo la estabilidad del hielo a través de la zona. No fue hasta este 26 de febrero cuando mediante satélites GPS de la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) se detectó, y posteriormente el 1 de marzo de 2021 se confirmó la separación total de este nuevo iceberg que recibió el nombre de A-74 y que tiene un tamaño de unos 1,270 kilómetros cuadrados, para darnos una idea la CDMX tiene una superficie de 1,495 km2.
Si bien, este no es un iceberg que romperá todos los récords, pues basta con recordar el lamentablemente famoso A-68, que en 2017 se desprendió de la plataforma Larsen C y que tenía 5 veces el tamaño del A-74, sí es un evento que genera preocupación en la comunidad científica.
La consternación recae en la rapidez con la que esta placa de hielo se desprendió por completo y es que su fractura inicial apenas fue detectada en septiembre de 2019 y las grietas crecieron notablemente durante el verano austral de 2020-2021 hasta su total desprendimiento hace algunos días.
En comparación con este desprendimiento, Christopher Shuman, glaciólogo de la Universidad de Maryland que trabaja con el Centro Espacial Goddard de la NASA, menciona dos grietas importantes, que en lugar de causar una fractura total fueron regenerándose poco a poco. La primera de ellas es la “Abismo 1”, ubicada al sur de las arrugas de hielo de la Antártida y la segunda es la grieta de “Halloween”.
Ambas fracturas mantuvieron un crecimiento constante durante décadas sin llegar a desprender un iceberg, como sí sucedió con el A-74. Fue en 2019 cuando al parecer estás dos grietas comenzaron a ralentizar su desprendimiento, aunque al parecer es imposible evitar su total desprendimiento con el paso del tiempo.
Los científicos de la Estación de Investigación Halley VI del “British Antarctic Survey”, como también los investigadores de la NASA en el Centro Espacial Goddard, seguirán muy de cerca el comportamiento de esta nueva estructura que por el momento no se ha movido muy lejos, pero que se prevea que termine atrapado en el Giro de Weddel, uno de los dos giros oceánicos que se general en el océano antártico. Y también estarán pendientes de como afecta el desprendimiento del A-74 a las dos grietas antes mencionadas, pues estas podrían resultar debilitadas y esto causar un nuevo desprendimiento de la placa de Brunt.