Japón derramará el agua de la central nuclear de Fukushima en el océano Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
15 abril, 2021
El 11 de marzo de 2011 un movimiento sísmico sacudió a la central nuclear de Fukushima. Un terremoto y un tsunami cortaron el suministro energético y los sistemas de enfriamiento. Existía el riesgo de que los núcleos de tres reactores se fundieran. Para evitarlo se bombeó agua de enfriamiento, que luego se contaminó con barras de uranio, ese líquido se filtró hacia los sótanos y túneles dañados para mezclarse con el agua subterránea. Tokyo Electric Power Co. construyó tanques para almacenar el agua y se espera que para finales de 2020 lleguen al límite de su capacidad. La solución que ha definido Japón es verter el agua en el océano Pacífico en los próximos dos años.
Una decisión controvertida
Los gobiernos de países vecinos ya han mostrado su preocupación por esta decisión del gobierno japonés. A través de sus portavoces, los ministerios de relaciones exteriores de Corea del Sur y China ya han expresado su desacuerdo. Por su parte, el gobierno japonés cuenta con el apoyo del Organismo internacional de Energía Atómica (OIEA).
“No es que se vaya a ver el mar brillando de color violeta o verde, y que todos los peces vayan a morir, y que el océano Pacífico vaya a morir. Por supuesto que no”, declaró el director general de la OIEA a CNN. El funcionario agregó que “No hay daño”. Pero para las naciones vecinas la situación es distinta.
Existe preocupación sobre los efectos que pueda tener el agua contaminada al mezclarse con el agua del Pacífico. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur: Choi Young-sam, declaró el martes pasado en una conferencia de prensa que esta acción japonesa podría “afectar directa o indirectamente la seguridad del pueblo coreano y el medio ambiente circundante en el futuro”.
Desde China también se ve con sospecha esta decisión del gobierno japonés. “Un alto cargo japonés dijo que está bien si bebemos este agua, entonces por favor, adelante, bébala”, declaró Zhao Lijian, quien es portavoz del Ministerio de Exteriores de China, durante la rueda de prensa diaria del departamento. Para el funcionario chino hay una gran diferencia entre la expulsión de agua residual de operaciones normales y la que proviene de un accidente de nivel alto como el de Fukushima,de acuerdo a un artículo publicado por Forbes.
Para validar su decisión de verter el agua contaminada en el océano, el gobierno japonés argumenta que se hace en otras partes del mundo. Además, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón prometió que el agua será vertida una vez que los productos químicos se diluyan. Se afirma que una vez que lleguen al océano las sustancias peligrosas estén por debajo de los estándares japoneses e internacionales.
Las críticas a esta acción no vienen sólo del exterior. También los pescadores locales se han pronunciado en contra de la integración del agua contaminada al océano. Este grupo aún no se recupera de la crisis originada por el accidente de hace poco más de 10 años.
El agua que debe desalojarse equivale a 500 albercas olímpicas. Con el paso de los años se ha ido sumando el agua de lluvia, lo que provoca que los niveles de agua almacenada estén cerca del límite. El Ministerio de Economía, Comercio e Industria japonés recomendó dos opciones el año pasado al gobierno japonés: liberar el agua contaminada al océano o evaporarla. De acuerdo a esta propuesta al reintegrarse al medio ambiente se diluirá y purificará.
Durante años se ha discutido el destino del agua contaminada de Fukushima. El tiempo es cada vez menos y el gobierno de Japón ya ha tomado una decisión. Liberar los contenedores de agua es un paso clave para desmantelar la central nuclear y eso ya está decidido.
Pese a las quejas de las naciones vecinas, la nación del sol naciente ha elegido al océano como destino para el agua que sobrevivió al desastre nuclear de Fukushima.