Se confirma el motivo de la disminución en el brillo de Betelgeuse Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
17 junio, 2021
El 9 de octubre de 1604, Johannes Kepler observó por primera vez a la supernova SN1604, mejor conocida como la estrella de Kepler, aquella fue la última ocasión que se observó este fenómeno en nuestra galaxia. Entre octubre de 2019 y marzo de 2020 Betelgeuse, una supergigante roja en la constelación de Orión, disminuyó su brillo. Este cambio en Betelgeuse hizo fantasear a muchos con un anuncio de supernova. Desde el Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés) se confirmó la verdadera causa de ese cambio en el brillo.
Polvo en el hombro de Orión
Para confirmar lo que pasaba en la estrella que se ubica en el hombro de la constelación de Orión el cazador, se recurrió al Telescopio Muy Grande (VLT, por sus siglas en inglés) del ESO. Se recurrió a los telescopios del Observatorio Paranal, ubicados en el desierto de Atacama, en Chile. "Pudimos observar la estrella no sólo como un punto, sino que fuimos capaces de resolver los detalles de su superficie y monitorizarla durante todo el evento", explica Miguel Montargès, quien participó en el estudio y trabaja para el Observatorio de París (en Francia) y el KU Leuven (en Bélgica).
A finales de 2019 la disminución en el brillo de Betelgeuse era notoria, se veía incluso sin equipo especial. Se dio seguimiento especial a la supergigante roja y se hicieron diferentes capturas para compararlas con otras anteriores. El ESO se basó en una de enero de 2019, otra de diciembre del mismo año, de 2020 se registró una en enero y otra en marzo. Para abril la estrella ya tenía su brillo normal. Ahora se le llama este fenómeno la “Gran Atenuación” de Betelgeuse.
Para el estudio de Betelgeuse y sus cambios de brillo se recurrió a instrumentos especializados del ESO. Uno de ellos fue el instrumento de Búsqueda de Exoplanetas con Espectropolarimetría de Alto Contraste (SPHERE, por sus siglas en inglés). Otro de ellos fue GRAVITY. Ambos están instalados en el VLT. Con ellos fue posible monitorear con detalle los cambios en el brillo de la estrella. "Con la capacidad de alcanzar resoluciones espaciales sin precedentes, el ELT nos permitirá obtener imágenes directas de Betelgeuse con notable detalle", explica Emily Cannon, quien colabora en KU Leuven y participó en el estudio
Recientemente se confirmó que la causa fue un velo de polvo que atenuó a la estrella. Los resultados se publicaron en la revista científica Nature. El origen de este polvo fue la misma Betelgeuse. Todo comenzó cuando la temperatura de su superficie disminuyó. La estrella expulsó una gran burbuja de gas que, ya lejos de ella, se enfrió para convertirse en polvo. Normalmente, las burbujas de gas se mueven por la superficie estelar, se hinchan y disminuyen constantemente.
"El polvo expulsado de estrellas frías y evolucionadas, como la eyección que acabamos de presenciar, podría convertirse en los ladrillos básicos para la construcción de planetas terrestres y de vida", describe Cannon. La especialista recuerda que presenciar este evento cósmico fue emocionante para los interesados en el cielo. "Cuando miramos las estrellas por la noche, estos pequeños y brillantes puntos de luz nos parecen perpetuos. La atenuación de Betelgeuse rompe esta ilusión", menciona la especialista.
Más de un año después ya tenemos la explicación de lo que ocurrió con Betelgeuse. No observamos el anuncio de una supernova pero sí conocimos un poco más a nuestras vecinas estelares las supergigantes rojas. Los resultados del estudio titulado “Un velo polvoso oscureció a Betelgeuse durante la Gran Atenuación” servirán como antecedente para futuras herramientas tecnológicas de observación astronómica. Montargès y Cannon declaran que desean conocer lo que aportará en el desarrollo de estos dispositivos. La observación directa de las estrellas nos ayuda a comprender mejor lo que pasa en ellas y en el futuro habrá dispositivos que nos permitan conocerlas con mayor detalle.