El poblado indígena Tucta, en Tabasco, será la primera comunidad con casas impresas en 3D Copiar al portapapeles
POR: Antonio Medina
28 julio, 2021
Año con año, el sureste mexicano suele verse afectado por la temporada de lluvias. Cientos de comunidades irregulares se inundan durante esta temporada y el trabajo de años con el que los pobladores levantan sus viviendas se ve arrasado por inundaciones o por los causes crecidos de los ríos de la zona.
Es por esta razón, que el poblado Tucta, de origen chontal en Tabasco, fue elegido para ser una de las primeras comunidades de México -y el mundo- en contar con viviendas impresas en tercera dimensión.
El proyecto se logró gracias a una sinergia entre la empresa mexicana Échale y la firma estadounidense New Story, coordinado por la Secretaría de Bienestar estatal y las autoridades municipales de Nacajuca. El plan es construir 200 casas para las comunidades que se encuentran en situación de riesgo y serán construidas con materiales ecológicos, además de que 50 de ellas estarán fabricadas mediante una impresora 3D.
Brett Haggler, director y fundador de New Story, aseguró que los pobladores más vulnerables y con los ingresos más bajos son los que recibirán estas viviendas. Se estima que esta comunidad chontal vive con un promedio de 3 dólares (60 pesos) diarios, lo que nos da una idea del nivel de pobreza en el que viven las familias de este grupo indígena. El financiamiento de las viviendas corre por completo por parte de las empresas involucradas y de las donaciones que reciben.
Una casa en 24 horas
La construcción se lleva a cabo mediante una gigante impresora 3D de la firma Icon, que tardó en desarrollarse alrededor de 3 años y que lleva el nombre de Vulcan II. El impresionante artefacto mide más de 10 metros de alto, es la primera máquina de su tipo y es capaz de construir una casa de 46 metros cuadrados en tan solo 24 horas.
El proceso de fabricación de estas casas comienza con la colocación de la impresora en el lugar deseado. Esta impresora actúa como una enorme máquina de helado, construyendo pisos y paredes con una mezcla de concreto adecuada para las condiciones climáticas de la península de Yucatán. Una vez terminada la construcción, voluntarios del proyecto colocan puertas, techos, marcos de ventanas y cristales, para dejar la casa lista para habitarse de manera inmediata.
Diseño participativo
Los diseñadores de estas casas toman en cuenta las necesidades de cada familia, generando una especie de “diseño participativo”. Sus muros exteriores son curvos, con la idea de mejorar la aerodinámica de la casa, y con la finalidad de reducir la temperatura interior. Además, cuentan con todas las comodidades de una vivienda normal: techo, ventanas, divisiones interiores y hasta un pórtico en la entrada donde los habitantes puedan disfrutar del aire fresco.
El proyecto comenzó en noviembre del 2019 y hasta el momento lleva un avance de 50%, luego de que la construcción se detuvo en marzo del 2020 debido a la pandemia de Covid-19 y retomara actividades un año después. Se intenta finalizar el proyecto en lo que resta del 2021. Para esto, el gobierno municipal donó los terrenos para edificar el nuevo vecindario 3D y el gobierno estatal de Tabasco se comprometió a brindar los servicios públicos.
Sin duda, este proyecto está imponiendo el ejemplo en cuanto a la construcción de viviendas más asequibles y de mucho mejor calidad para las personas que viven en situación de riesgo y que no cuentan con los medios necesarios para hacerse de una casa tradicional. Además de que nos inspiran a todos a seguir buscando soluciones para ayudar al planeta en el que vivimos y la vida de las personas que lo habitamos.