El exoplaneta más cercano es parte de un sistema muy distinto al nuestro Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
29 julio, 2021
COCONUTS-2 es un sistema planetario a 35 años luz de la Tierra. A diferencia de la mayoría de los sistemas con exoplanetas que se conocen, de él se tienen imágenes obtenidas directamente. Los telescopios actuales no permiten una observación directa de gran parte de los planetas que existen más allá de nuestro sistema solar y han sido detectados mediante el método de observación de tránsitos. La captura de imágenes de este sistema cercano, y muy diferente al nuestro, se hizo desde la Universidad de Hawai.
Un diseño distinto al que conocemos
El sistema planetario se nombró COCONUTS-2. Fue descubierto usando el COol Companions ON Ultrawide orbiTS (COCONUTS) survey; su nombre en español sería estudio de Compañeros FRíos EN orbiTAS Ultraamplias. El exoplaneta localizado recibe el nombre de COCONUTS-2b y tiene aproximadamente seis veces la masa de Júpiter. Se trata de un gigante gaseoso de baja temperatura. Su órbita la realiza alrededor de una estrella enana roja de poca masa. La distancia que la separa de su estrella anfitriona es 6 mil veces mayor a la que separa a nuestro Sol y la Tierra.
“Con un planeta masivo en una órbita con una separación-super-amplia, y con una estrella muy fría, COCONUTS-2 representa un sistema planetario muy diferente a nuestro propio sistema solar”, explica Zhoujian Zhang, quien dirigió la investigación y es egresado de la Universidad de Hawai. Este investigador utiliza el COCONUTS para buscar acompañantes de estrellas a grandes distancias, que son de tipos distintos al que aloja a nuestro planeta. Esta investigación forma parte de su tesis para doctorado.
Encontrar a COCONUTS-2b no fue sencillo. Es el segundo exoplaneta más frío que se conoce hasta ahora. Su temperatura es de apenas 160 grados Celsius, es apenas un poco más frío que un horno para hornear galletas. Se captó a este planeta gracias al calor que conserva en su interior desde su formación. Para hallarlo fue necesario recurrir a la luz infrarroja de baja energía.
Originalmente fue descubierto en 2011. En ese momento se imaginó que era de una naturaleza muy distinta. El satélite Explorador de Investigación Infrarrojo de campo Amplio lo descubrió. En su momento se pensó que se trataba de un objeto flotando libremente en el espacio, sin relación con ninguna estrella. Gracias al estudio de Zhang y sus colaboradores ahora sabemos que está unido gravitacionalmente a una estrella con un tercio de la masa de nuestro Sol y 10 veces más joven.
“La detección directa y el estudio de luz desde planetas gigantes gaseosos alrededor de estrellas normalmente es muy difícil, ya que los planetas que encontramos normalmente tienen órbitas con una pequeña separación y así quedan enterrados bajo el brillo luminoso de sus estrellas anfitrionas”, explica Michael Liu, quien es tutor de la tesis de Zhang. “Con esta gran separación orbital, COCONUTS-2b será un gran laboratorio para estudiar la atmósfera y composición de un planeta gigante gaseoso joven”, agrega.
Imaginar mundos lejanos incluye cambiar muchos de los detalles a los que estamos acostumbrados. Con la distancia que existe entre COCONUTS-2b y su estrella, su cielo sería completamente diferente al que conocemos. La diferencia entre día y noche sería mínima, su estrella anfitriona se vería como un punto rojo y brillante, muy distinto a lo que estamos acostumbrados. Nuestra imaginación nos ha llevado a pensar planetas en otras partes que recuerdan a lo que conocemos: grandes desiertos o planetas submarinos. En el universo existen mundos todavía más distintos y que nos parecerían fantasioso como este gigante de gas en donde no se percibe la diferencia entre el día y la noche.