Bacalar conserva a los seres vivos más antiguos del mundo Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
21 agosto, 2021
Los estromatolitos son seres vivos que aparecieron antes de los dinosaurios e incluso antes de las primeras plantas. Aunque a primera vista parecen rocas, se trata de estructuras vivas que se calcula surgieron entre 25 mil y 10 mil millones de años atrás. Específicamente los que habitan Bacalar, al sur de Quintana Roo, tienen una edad aproximada de 3 mil 500 millones de años”.
La actividad turística ha puesto en riesgo a los estromatolitos. Desde hace una década se han mantenido en riesgo y en los últimos dos años la baja en las actividades turísticas ha permitido que se recuperen.
Fósiles vivientes que requieren sana distancia
Los estromatolitos son células que se agrupan en colonias. Forman estructuras grandes y acolchadas de color beige similares a una coliflor. Crecen sobre la roca caliza al fondo de la laguna de Bacalar. Parecen rocas, aunque en realidad están vivas y provienen de una época muy distinta a la nuestra. Las cianobacterias, que son organismos capaces de hacer fotosíntesis, permiten que estos seres se sedimenten. En aguas poco profundas se pueden ver desde la superficie.
Se encuentran también en otros lugares del mundo como la costa oeste de Australia, las Bahamas, el Mar Rojo, Cuatrociénegas en Coahuila y dentro del mismo estado de Quintana Roo en la laguna de Chichankanab.
Hace millones de años los estromatolitos se encargaron de producir oxígeno para cambiar por completo las condiciones de vida en la Tierra. Estos fósiles vivientes son frágiles y la popularidad de Bacalar como destino turístico los ha puesto en riesgo.
El turismo ha propiciado que Bacalar se deteriore. De acuerdo con la doctora Luisa Falcón, quien es ecóloga microbiana de la Universidad Nacional Autónoma de México en Mérida, la última década ha encaminado a Bacalar a un desastre ecológico, así lo mencionó a la BBC.
Las advertencias no han faltado. En noviembre de 2015 la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), lanzó una alerta por la descarga de aguas residuales en el lago de Bacalar. En aquel momento, la PROFEPA mencionaba que la infraestructura de manejo de aguas residuales era inadecuada, existían basureros a cielo abierto y no había regulación sobre las construcciones. Para junio de 2020 la laguna conocida por sus siete colores adquirió un color café del que no se ha recuperado completamente.
Además de la apariencia del agua, la contaminación afecta a la biodiversidad del lago de Bacalar, entre la que se incluyen los estromatolitos. Una de las razones para que permanezcan en el lago, después de miles de años y con varias extinciones masivas de por medio, es que ahí se conservan las condiciones fisicoquímicas que permiten una sedimentación lenta, tal como lo requieren estos organismos. Junto con los desechos turísticos se agregan al lago sedimentos, pesticidas y fertilizantes que llegan en la temporada de lluvias, lo que ha provocado niveles altos de nitrógeno y amonio en la laguna.
La pandemia ayudó a la recuperación de los estromatolitos
Los últimos dos años han registrado menor actividad turística en la zona. Esto ha permitido que los estromatolitos, junto con el resto de su entorno, se recuperen. Las propuestas para conservar a esta especie prehistórica incluyen promover un turismo responsable en la laguna de Bacalar. Entre las acciones que se pide a los visitantes están no tocar, pisar ni sentarse en los estromatolitos, ingresar a la laguna descalzos y sin protector solar o maquillaje (ambos promueven el blanqueamiento de los estromatolitos), reducir desechos y alojarse en hoteles ecológicos.
“El crecimiento del turismo en Bacalar es de 600% en tres años, y los anfitriones no están preparados”, de acuerdo con Silvana Ibarra, quien es bióloga e investigadora y forma parte del Consejo Ciudadano y Científico en Pro de la Restauración y Preservación del Acuífero y Sistema Lagunar de Bacalar. Ahora que los residuos que llegan al lago son menores a los últimos años es un buen momento para preparar a los encargados del turismo local para que cuando la temporada alta vuelva, lo haga en condiciones más amables para el medio ambiente.