Muestras lunares de Chang’e 5 son evidencia de actividad volcánica Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
9 octubre, 2021
En más de 4 décadas no se habían recolectado muestras de la superficie lunar. Los primeros resultados de su análisis ya fueron publicados el 7 de octubre en la revista científica Science. Las muestras recolectadas por la misión china Chang’e 5 provienen de una región que tuvo actividad volcánica más recientemente que donde se tomaron las muestras del programa Apolo estadounidense. Las rocas que se describen en este primer estudio tienen una edad aproximada de 1.97 mil millones de años.
Lo que dicen las rocas lunares
Las muestras que se analizaron son lavas basálticas. Su origen es el Oceanus Procellarum, una región con niveles altos de elementos como potasio, torio y uranio. Las muestras fueron sometidas a pruebas de laboratorio para determinar su composición mineral y química. No se tiene evidencia de concentraciones altas de elementos que produzcan calor en el manto profundo de la Luna, que serían capaces de crear este material. Por lo tanto, se requieren explicaciones alternativas que expliquen la longevidad de la actividad magmática en la Luna.
“Es la muestra perfecta para cerrar una brecha de 2 mil millones de años”, comenta Brad Jolliff, quien es director del Centro McDonnell de Ciencias Espaciales de la Universidad Washington de St. Louis y participó en el estudio. Se trata de la primera publicación en la que se reportan resultados de análisis sobre las muestras que obtuvo la misión espacial china.
Las muestras de rocas lunares cubren un hueco importante en lo que se conoce sobre la historia de la Luna. Las rocas volcánicas que se recolectaron durante el programa Apolo tienen edades mayores a los 3 mil millones de años. Por otro lado, las muestras más jóvenes que se tienen cuentan con una edad de alrededor de mil millones de años. Estas muestras recientemente obtenidas están en un punto medio de los dos extremos que se conocían.
La edad de la Luna es de aproximadamente 4.5 mil millones de años, casi la misma de la Tierra. A diferencia de nuestro planeta, la superficie lunar no ha tenido procesos propios que la modifiquen. Los cráteres que se conservan en su superficie guardan información sobre su historia. Gracias a esto ha sido posible desarrollar métodos que permitan definir las edades de cada región lunar a partir de la acumulación de cráteres.
“Los científicos planetarios saben que mientras más cráteres hay en la superficie, más antigua es; mientras menos cráteres hay, más joven es la superficie. Esa es una buena determinación relativa”, explica Jolliff. “Pero para asignarles una edad absoluta, se deben tomar muestras de la superficie”, aclara el especialista. El mismo Jolliff explica que las muestras que se obtuvieron durante el programa Apolo permitieron comparar las estimaciones. Esta cronología se puede extender a otros planetas que han conservado cráteres sobre su superficie por mucho tiempo como Mercurio o Marte.
El estudio se realizó a partir de dos muestras traídas por Chang’e 5. Sus tamaños son de entre 3 y 4 milímetros. Se trata del primer análisis realizado sobre el material que trajo a la Tierra la misión Chang’e 5. En total, se obtuvieron 2 kilogramos de rocas lunares. Aún es mucho lo que pueden enseñarnos esas muestras que llegaron a la Tierra en diciembre pasado. El conocimiento que se obtiene estudiando a la Luna permite comprender mejor lo que pasa en otras regiones del sistema solar. En los próximos meses y años sabremos qué otros detalles de la historia de nuestro vecindario estelar guardan esas muestras.