Científicos encuentran evidencia de un océano interno en Mimas Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
20 enero, 2022
El satélite interno de Saturno, Mimas, es un nuevo objetivo en la búsqueda de agua en el sistema solar. Durante los últimos días de la sonda Cassini se detectó algo fuera de lo esperado en esta pequeña luna saturnina. Se trata de una libración u oscilación en su rotación, que se reconoce como una señal de un océano interno. Ahora un grupo de investigadores del Instituto de Investigación del Suroeste (SwRI) en San Antonio, Texas, propone que este pequeño satélite congelado tiene en su interior un océano líquido.
Un candidato más para buscar agua en el interior
Si bien, la presencia de agua superficial, como en nuestro planeta, requiere una distancia adecuada al Sol, no es la única forma en que puede existir el líquido vital. La temperatura para mantener océanos superficiales en la Tierra es una de sus características más importantes. Sin embargo, en el último cuarto de siglo, se ha propuesto, cada vez con evidencia más convincente la posibilidad de planetas con depósitos internos de agua líquida.
Los Mundos con Océanos Interiores de Agua (IWOWs, por sus siglas en inglés) son capaces de existir en un rango más amplio que los que tienen agua superficial. Esta posibilidad amplía por mucho la posibilidad de encontrar mundos habitables en nuestra galaxia. Dentro de nuestro sistema solar, los IWOWs aparecen como satélites de planetas gigantes, es el caso de Europa, Titán y Encélado, sobre los que ya existe una larga lista de investigaciones. Mimas es la nueva adición a esta lista de posibles mundos con agua líquida.
“Si Mimas tiene un océano, representa una nueva clase de pequeños mundos oceánicos, 'sigilosos' con superficies que no delatan la existencia del océano”, explica la Doctora Alyssa Rhoden. Ella es especialista en geofísica en satélites helados del SwRI y aparece como primera firmante en la investigación. “Debido a que la superficie de Mimas está llena de cráteres, pensamos que sólo era un bloque de hielo”, explica Rhoden. A diferencia de Encélado o Europa, en este satélite no hay fracturas o algún otro tipo de marcas que delaten la actividad geológica.
El grupo de investigadores creó un modelo para explicar la interacción entre el océano interno y la capa de hielo. Las mareas disipan la energía orbital y rotacional en forma de calor en los satélites. Para llegar a un equilibrio, el calor interno debe ser suficiente para que el agua interna permanezca en estado líquido y la capa de hielo externa no se derrita. De acuerdo con el modelo matemático que desarrollaron, la capa de hielo estacionario en Mimas debe ser de entre 14 y 20 millas de espesor, que equivale a entre 22 y 32 kilómetros.
Otro de los hallazgos de los investigadores fue que el flujo de calor en la superficie es sensible al espesor en la capa de hielo. Esto podría verificarse desde una nave espacial. En este sentido existen sondas que podrían realizar esta tarea, aunque sus objetivos sean otros satélites helados. Es el caso de Juno, que usará su radiómetro de microondas para medir los flujos de calor en Europa (la luna de Júpiter). Los datos que obtenga serán de gran utilidad en futuras misiones como Europa Clipper de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio estadounidense (NASA), que saldrá al espacio en 2024. Al mismo tiempo permitirá comprender mejor lo que ocurre en Mimas.
“Aunque nuestros resultados apoyan un océano actual dentro de Mimas, es difícil reconciliar las características orbitales y geológicas de esta luna con nuestro conocimiento actual de su evolución térmica-orbital”, explica Rhoden. “Evaluar el estado de Mimas como una luna oceánica serviría de referencia para modelos de su formación y evolución. Esto nos ayudaría a entender mejor los anillos de Saturno y las lunas medianas, así como la prevalencia de lunas oceánicas potencialmente habitables, particularmente en Urano. Mimas es un objetivo convincente para continuar la investigación”, agregó.
Los objetivos de investigación espacial son cada vez más y de mayor precisión. Las sondas espaciales que saldrán en los próximos años tendrán misiones cada vez más específicas en la búsqueda del agua líquida. Ya existen satélites con la posibilidad de contener el líquido vital en la mira, Mimas es una nueva propuesta que cambia nuestro panorama sobre el sistema solar. Aún queda mucho por descubrir de nuestro vecindario cósmico.
Fuente: ScieceDirect