Al reloj del fin del mundo le quedan 90 segundos Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
26 enero, 2023
Existen muchas formas de visualizar el fin del mundo, algunos han imaginado dragones de varias cabezas, otros simios o robots tomando las armas. La evidencia muestra que las acciones y omisiones humanas están provocándolo y tendrá temperaturas mucho mayores.
El “reloj del fin del mundo” es una iniciativa que surgió a mediados del siglo XX. Un grupo de científicos que participaron en el Proyecto Manhattan lo estableció como una forma de alerta que invita a la acción contra los grandes peligros de nuestra civilización.
A 90 segundos del fin del mundo
No existe una forma confiable de saber cómo terminará el mundo, o nuestra especie. Lo que sí tenemos son distintas alertas sobre los riesgos que la misma humanidad crea para su supervivencia.
El reloj del fin del mundo es una metáfora que nos recuerda lo cerca que estamos de la autodestrucción. Surgió para alertar sobre los riesgos de la guerra nuclear y su avance en los últimos años se debe al cambio climático.
El reloj del fin del mundo se estableció en 1947. Para ese momento las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki ya habían sido bombardeadas con armas nucleares. Ese fue el primer gran riesgo sobre el que alertó este reloj; la guerra nuclear podría terminar con la humanidad.
Las manecillas de este reloj son operadas por el Boletín de Científicos Atómicos. Lo fundó un grupo de la Universidad de Chicago que participó en el Proyecto Manhattan. Lo construyeron como protesta por usar el producto de su trabajo científico contra la gente.
El final del conteo de este reloj es la media noche. Recientemente sus manecillas se acercaron más a este momento marcando 90 segundos para llegar al final del recorrido. Cada año el Boletín de Científicos Atómicos hace público su avance para alertar sobre los riesgos que nosotros mismos fomentamos e inspirar a la acción.
Desde 2007 el boletín comenzó a considerar los cambios catastróficos que provoca el cambio climático. En 2020 el reloj se acercó a 100 segundos antes de la medianoche, para 2023 ya ha avanzado 10 segundos más.
No siempre ha estado tan cerca de su momento final este reloj. En 1991 el final de la Unión Soviética y la firma del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas lo mantuvo a 17 minutos de la medianoche, su momento más alejado.
Su momento de mayor acercamiento por mucho tiempo fue a dos minutos de la medianoche. Esto ocurrió por primera vez en 1953 cuando Estados Unidos y la URSS probaron armas termonucleares. En 2018 volvió a ocurrir considerando tanto el riesgo nuclear como el climático.
El anuncio del momento en que se encuentra el reloj del fin del mundo actualmente se hizo el 24 de enero de 2023. Este anuncio se da como una alerta a los líderes mundiales y a la ciudadanía para tomar acciones inmediatas. El conflicto armado entre Rusia y Ucrania es el factor que ha llevado a acelerar el avance de este reloj metafórico.
“Las amenazas apenas veladas de Rusia de usar armas nucleares le recuerdan al mundo que la escalada del conflicto, por accidente, intención o error de cálculo, es un riesgo terrible”, explica John Mecklin, quien es editor del sitio oficial del Boletín de Científicos Atómicos.
Inicialmente este reloj alertaba sobre amenazas nucleares. Ahora también incluye riesgos ambientales que son más difíciles de predecir. El objetivo del reloj no es producir miedo sino promover la acción ante los peligros actuales.
“Dicho esto, esta metáfora es importante porque para el clima, hay puntos de inflexión de los que no se puede volver. Y no sentirás esos efectos hasta que pasen años, pero será muy difícil, si es posible, recuperarse de ellos”, menciona Rachel Bronson, quien es directora del boletín.
El reloj del fin del mundo no nos dirá el momento en que el fin ha llegado. Incluso podría sobrepasar la media noche mientras nuestra especie sigue viva. Esta metáfora está ahí para recordarnos que nuestras acciones están llevando al fin del mundo que conocemos. ¿Qué hay después? Eso es algo que por ahora no estamos en condiciones de predecir.